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Escritos en libertad: Tres millones de palabras y 24 años de estudio

Escritos en libertad: Tres millones de palabras y 24 años de estudio

martes 18 de enero de 2011, 21:00h
Cuando uno mira los fuegos de artificio, no ve nada más. La convulsión política y económica y las luchas de poder entre quienes lo ostentan y quienes aspiran a ejercerlo, con frecuencia desvían la atención de los periodistas de otros asuntos, igualmente importantes, a veces más, y que también ocurren.

En León se presentó  el Diccionario de Latín Medieval del Reino de León, una obra que ha dirigido el catedrático Maurilio Pérez González, con la inestimable colaboración de quien será su sucesora al frente de esta magna obra científica, la catedrática de Valladolid y alumna aventajada en su día del propio Maurilio, Estrella Pérez, con la participación de una decena de expertos en la materia. Las cifras marean. Han sido analizados miles de documentos, casi tres millones de vocablos correspondientes a unas  98.000 variantes gráficas. Nos encontramos ante una obra que comenzó a gestarse hace 24 años, que contiene exactamente 3020 palabras y que, por su propia naturaleza científica, se considera inacabada.

De la importancia de esta obra da fe el hecho de que a su presentación acudiera el vicepresidente de la Real Academia Española, José Antonio Pascual, el también  académico y catedrático de lingüística, Salvador Gutiérrez, el  catedrático de Filología Hispánica, José Ramón Morala, y el rector de la Universidad de León, José Ángel Hermida. Pascual destacó en su intervención el hecho de que este inmenso trabajo haya podido ser desarrollado por una Universidad tan pequeña como la de León. Él mismo dio la respuesta a lo que planteaba como incógnita y asombro: al final los proyectos salen adelante cuando hay personas que en lugar de dedicarse a criticar lo que hacen otros o a proponer lo que son incapaces de abordar personalmente, se sientan en la mesa de trabajo años y años, con sus correspondientes días y muchas noches, y alumbran para asombro de los entendidos lo que sólo se logra desde la constancia en el esfuerzo.

La obra recoge el estudio de documentos diplomáticos de los archivos más importantes del antiguo Reino de León, excepto Galicia, datados desde el siglo VIII al año 1230, cuando se produce la unión de las coronas de León y Castilla. Asistimos, pues, a la transición del latín vulgar y cristiano, más o menos evolucionados, a la nueva lengua romance, que Maurilio Pérez denomina “latín medieval diplomático” en general  y “lengua latinorromance” en particular. Un híbrido en el que aparecen ya muchos leonesismos, galleguismos y hasta palabras provenientes del vasco. Existen vocablos a los que se dedican varias páginas del libro para su explicación, tanto desde el punto de vista etimológico como por su significado.

El proyecto no quedará aquí y después de concluir el estudio del resto de los documentos leoneses, se abordará la investigación de los diplomas de Castilla. Una magna obra que no tiene parangón y que ha sido editada  por una editorial belga, Brepols, la de mayor prestigio en el mundo en esta materia.  Curiosamente se le ofreció también a una editorial española conocida  por sus diccionarios, pero declinó la oferta por considerar el trabajo “excesivamente científico”. Importa la masa y el beneficio rápido y así nos luce el pelo en España. Pero este es otro asunto que requiere reflexión y regeneración.

Y como es justo también decirlo, el trabajo se ha podido realizar gracias al apoyo económico de cinco proyectos de investigación del Ministerio de Educación y de otros tantos de la Junta de Castilla y León.

En definitiva, que León ha sido cuna de una de las obras más importantes de las últimas décadas para el conocimiento de la gestación  de la lengua española y que el nacimiento de la criatura ha pasado oprobiosamente desapercibido. Y es que, efectivamente, vivimos cegados por los fuegos y la ignorancia.

Fernando Aller. Periodista.
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