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La cantidad asciende a 108.182,18 euros

El SERMAS deberá indemnizar a la familia de una paciente que murió en tratamiento oncológico

lunes 04 de diciembre de 2006, 13:43h
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha condenado al Servicio Madrileño de Salud (SERMAS) al pago de una indemnización de 108.182,18 euros a la familia de una paciente que murió tras ser sometida a un tratamiento oncológico en el que se cometió una mala praxis, según informó este lunes la asociación El Defensor del Paciente.

El fallo establece "una infracción de la lex artis en la valoración de una mamografía" realizada en octubre de 1998 a la paciente Asunción Fernández, quien sufría "un cáncer de mama" en estado "no avanzado" que, "de haberse valorado correctamente, debió determinar la realización de pruebas complementarias". De esta manera, podría haberse detectado la enfermedad "en diagnóstico precoz", lo que, según la resolución judicial, "hubiera aumentado considerablemente las posibilidades de curación" de la mujer. Según El Defensor del Paciente, la mujer falleció debido a "la progresión de su enfermedad".

"Avanzada patología cancerígena"
Los hechos se produjeron en abril de 1998, cuando la paciente apreció unos bultos y molestias en su pecho derecho, por lo que consultó a su médico de cabecera del centro de atención primaria 'Vicente Soldevilla'. La doctora, M.G.O., le remitió al Servicio de Radiodiagnóstico, donde le realizaron una mamografía en la que no se identificaron "imágenes radiológicas" que sugirieran "una patología agresiva". Sin embargo, El Defensor del Paciente sostiene que en aquel momento ya se podían apreciar "signos sospechosos" de la enfermedad, a los que tanto el radiólogo como la doctora de cabecera "restaron importancia".

En mayo de 1999, la paciente consultó a la doctora de cabecera por molestias en la axila izquierda, pero ésta, según explica la asociación, "no recomendó la realización de prueba de ningún tipo". En noviembre de 2001, la mujer comenzó a sufrir dolores en el miembro inferior derecho que su médico de cabecera relacionó con problemas "musculares", por lo que "no efectuó ninguna prueba que determinara el origen de aquellos síntomas". Según la asociación, tras "dos meses de dolores", la doctora  recomendó la práctica de una radiografía de rodilla y tibia que reveló "una avanzada patología cancerígena que requería el ingreso inmediato en un centro hospitalario".

La paciente padecía "un avanzado carcinoma de mama, en estadio IV, de 10 centímetros de diámetro, con metástasis óseas en rodilla derecha y talón, principalmente, y metástasis ganglionares axilares".

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