La gran movilización sanitaria de Cataluña

Se han venido produciendo en Cataluña distintas movilizaciones, particularmente del personal sanitario, que han expresado el malestar que les produce el recorte presupuestario y de gasto que el Departamento de Sanidad del Govern prepara para los siguientes presupuestos.  Ha calculado el Gobierno de Artur Mas que, para adecuarse a los criterios de gasto que plantea el Estado, la Sanidad catalana debiera reducir nada menos que en cerca de mil millones de euros anuales esos gastos en sus servicios actuales, lo cual pasa por un sustancial recorte de la oferta que se ha venido produciendo en el sector en los últimos años. El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha reclamado este jueves que no se genere "alarma innecesaria" en torno a esas medidas emprendidas por el Govern para reducir en cerca de 1.000 millones de euros el presupuesto en sanidad, y ha deplorado "las barbaridades" que los grupos de la oposición le han dedicado al Ejecutivo catalán a cuenta de los recortes en sanidad. "Hay más alarma de la estrictamente necesaria", dijo  Mas, después de que este miércoles el Govern sufriera su primera gran protesta ciudadana al concentrarse, según la Guardia Urbana, 10.000 manifestantes ante la Generalitat en una marcha contra los recortes sociales convocada por los sindicatos. El presidente de la Generalitat sostiene que las medidas de ajuste no son "un capricho", sino una obligación que el Ejecutivo debe acometer a "regañadientes", pero movido por el sentido de país. Y pide a médicos y enfermeras que sean los "aliados" del Govern en este proceso de reformas que, según ha dicho, conllevará reducir la actividad de los centros en pequeños porcentajes, pero no una rebaja de la calidad del servicio. "Todo el que tenga una urgencia, será atendido. Quien tenga una enfermedad grave, será atendido como siempre", garantizó Mas. El asunto, esa manifestación de grandes dimensiones, es este viernes asunto principalísimo para la prensa escrita, tanto la catalana como la nacional, que proporciona imágenes de la multitud y sus pancartas, con estimaciones de asistentes: El Paqís habla de veinte mil  asistentes, que colapsaron el centro de Barcelona y desbordó las previsiones. Habla El Mundo de “clamor en la calle contra los recortes de la Generalitat”, y reitera la cifra de 20.000 participantes.  Coincide ABC en hablar de “clamor de médicos y docentes  contra un tijeretazo irreversible en Cataluña”. La Vanguardia titula su crónica “el recorte estalla en la calle: emerge el malestar en una masiva protesta convocada por los sindicatos. Varía la cifra: Sant Jaume, principalísima plaza  de Barcelona, se llenó de unas diez mil personas, la mayoría con bata blanca. Diez mil son también  los funcionarios asistentes a la protesta que se mencionan en el diario Público, o en La Razón.  El Periódico de Cataluña emplea el más descomprometido “miles de personas claman en la calle contra los tijeretazos de Mas. El president admite la tensión y pide a médicos y enfermeras apoyo para hacer lo que hay que hacer... En este último diario se  explican algunos de los recortes de gastos que ya han comenzado a producirse: el tijeretazo afecta ya a productos básicos de atención al paciente. Se está ahorrando en agujas, jeringuillas e incluso en el goteo del suero o en los servicios de atención domiciliaria a pacientes en situación irreversible. Señala también este diario que los hospitales  piden a Salud que reparta en dos años en recorte...  Los diarios catalanes añaden a estas informaciones que “Pajín anuncia que fiscalizará los recortes”, y que la ministra se erige en garante de la calidad, en plena oleada de protestas, y que Sanidad avisa de que vigilará  que el tijeretazo no lesione el servicio básico. Sorprenderá a la mayoría de lectores que el recorte se haga desde Cataluña, y que no se hayan producido protestas contra Madrid. ¿Cómo cabe entender esta situación insólita, en la que no se ha producido el habitual victimismo contra las decisiones “del Estado”? Hay una impresión generalizada de que, en los últimos años, los servicios sanitarios que se vienen ofreciendo a los ciudadanos catalanes han venido siendo sustancialmente mejores, y por tanto más caros, que los ofrecidos a los españoles en general, en otras Comunidades autónomas. Y eso que ésta viene recibiendo un aprobado alto por los ciudadanos en las sucesivas encuestas. Los ciudadanos creen, según estas mismas encuestas, que los servicios sanitarios son distintos en función de la región, cuando “en teoría”, la Sanidad es un derecho equitativo, independientemente del lugar de residencia. Claro que la nota catalana es superior a la media nacional: un 72 por 100 frente a 66 por 100... Sin duda, en Cataluña y en materia sanitaria se ha venido produciendo el conocido axioma de que “a coste cero, demanda infinita”. Los dirigentes catalanes han venido debatiendo la oportunidad de introducir el copago, o alguna otra clase de impuesto..., pero ha preferido la tijera... Incluso por encima de lo imprescindible: el déficit estructural se estima en 850 millones y el recorte en marcha supondrá 950. Pero parece que no había más remedio que recortar para poder hacer algunas cosas más...