Y ahora que reflexionen los políticos

Hoy sí toca reflexionar. Yo creo que incluso más que el sábado. Pero hoy les toca a ellos, a los políticos. A los ciudadanos hoy nos toca seguir trabajando. De estos resultados electorales me han sorprendido las siguientes cosas: -Que Camps no ha sido castigado en las urnas. Deduzco que, o no se lo creen sus electores, o que nos les quedaba más remedio votar PP porque la otra opción, PSOE, era todavía más patético. Lo cual dice bastante poco de nuestra clase política. -Bildu se lleva la palma en Gipúzcoa lo que demuestra que era una opción deseable para los ciudadanos de allí, de lo contrario no hubiesen sacado ese resultado. Y una de dos, o la amyoría de los españoles no entendemos su mensaje o ellos no lo saben transmitir. Ayer leí varios artículos de opinión de expertos avezados en el país Vasco defender esta formación como democrática puesto que rechaza de pleno la violencia como argumento político. Veamos entonces a partir de ahora cómo funcionan los próximos cuatro años. -Y ya por último la debacle histórica del PSOE es sangrante. Zapatero ayer por primera vez no sonreía, síntoma evidente de que empieza a entender de qué va el tema y eso empieza a darme tranquilidad porque hasta ahora, pasase lo que pasase seguía imapsible con la cara de feliz que se le quedó el día que gano sus primeras elecciones generales. Cargo que, es evidente, le quedó en exceso grande. Pero me gustaría también aquí dar mi opinión sobre los indignados. Sé que hay gente ahí acampada muy preparada, de todas las edades, de todas las condiciones. Bueno, de todas, no. Hay algo que les une y yo más que decir que les une la falta de esperanza diría que les une la falta de tolerancia a la frustración tan típica de las genraciones que empezaron a nacer a finales de los setenta y comienzo de los ochenta y que, hasta ahora permanecían callados porque vivíamos épocas de bonanza. Y retrocedo hasta la base porque creo profundamente en que la educación es la primera revolución pendiente. Si nos hemos criado con todas las comodidades habidas y por haber, difícilmente querremos lograr lo mismo esforzándonos veinte veces más. Idéntica o peor situación se vivió en España a comienzos de la década de los cuarenta pero nuestros abuelos callaron y siguieron trabajando. Muchos hicieron las maletas y emigraron. ¿Eran ellos más listos que nosotros? No lo creo. Más bien pienso que eran más responsables. Los jóvenes (yo ya tengo 37, así que hace dos años que ya son soy joven) vivimos, viven, crecieron, crecimos creyendo que el mundo estaba a nuestros pies a golpe de click pero vivíamos en una mentira. Y ahora que las cosas están empezando a dar la cara y todo se desmorona, la revolución no es acampar 15 días alargando el problema. La solución es hacer la revolución a la japonesa trabajando más, exprimiendo nuevas ideas de trabajo y aceptando que, por el momento a todos nos toca trabajar más para cobrar menos. Y a eso también se aprende aunque ya no seamos tan jóvenes. Lea todas las columnas de Gema Lendoiro>> - Lea también: Análisis general de las elecciones autonómicas y municipales: así queda España El PSOE se prepara para las primarias tras la terrible debacle electoral