Nace una empresa minera con soporte petrolero

Con el objeto de participar activamente en las etapas de cateos, exploración y producción, los principales gerenciadores de la petrolera, han decidido la formación estratégica de una empresa minera en las áreas de operaciones que poseen la firma. Con este anuncio se renueva la participación de capitales nacionales en el desarrollo minero argentino. “La minería constituye una excelente oportunidad de negocio que diversifica inversiones y posiciona a la empresa en un mercado extractivo con potencialidades infinitas de desarrollo a largo plazo” sentenció uno de los principales gestores de la idea. El grupo nacional que responde a Vicepresidente del Directorio de YPF Enrique Eskenazi y al actual Vicepresidente Ejecutivo (CEO) y Gerente General Sebastián Eskenazi, dio el visto bueno para avanzar en la puesta en marcha de este nuevo emprendimiento corporativo. Los principales objetivos trazados hacia la inversión en minería, tendría como principales ejes dos minerales de trascendencia mundial como lo son el litio y el potasio. Esta lectura se fundamenta dado que al ser YPF una empresa líder en la actividad de Exploración y Producción de hidrocarburos, de la Argentina, posee los principales datos de ubicación de estos minerales estratégicos, consecuencia de largas décadas de exploración y explotación en el sur y norte argentino. Esa valiosa información posicionaría a YPF para convertirse en un actor trascendente, a corto plazo, en la obtención de estos productos, ya que de antemano, tienen ubicación y cantidad del mineral. Información de alto valor a la hora de proyectar inversiones de riesgo en este tipo de industria. Además se debe resaltar que YPF es una de las empresas más grande del país, con constante inversión y siendo una de las máximas empleadoras; en la actualidad cuenta con más de 30.000 personas trabajando en forma directa e indirecta. Otro ingrediente, no menor por cierto, es que YPF tiene hoy por hoy un alto protagonismo en el plano social y en el mercado de consumo. Algo que, todavía, el sector minero en su conjunto no posee y sí necesita para alcanzar una aceptación social. Otra preeminencia, a las ya enumeradas, es que, entre sus principales activos, YPF opera el yacimiento Loma La Lata, considerado uno de los yacimientos gasíferos más grandes del continente americano que está situado en la Provincia del Neuquén. La cuenca “Neuquina” incluye los yacimientos de Sierra Barrosa, Aguada Pichana y San Roque, desde donde se abastece el 57,9%  de la demanda del mercado de gasífero en Argentina. Se especula que en toda esta zona, bajo tierra, los minerales abundan; y ante las perspectivas del mercado de consumo de estos comoditis en el mundo, se posee la perspectiva que aseguran largos años de explotación y con  resultados altamente positivos. La información conocida recientemente sobre la funcionalidad de la empresa, contempla posibles asociaciones con empresas junior y senior que ya están operando en las zonas de influencia donde YPF posee asentamientos. Los analistas entienden que “esta presencia de YPF potencializará a todas las pequeñas y medianas empresas de exploración” posibilitando mejores negocios para quienes comparten inversiones en el rubro minero. C.M.A. SA El posible nombre con el cual bautizarán a esta empresa sería Compañía Minera Argentina S.A., CMASA, para irrumpir en el mercado definiendo en una primera instancia el porte, inversores y perfil institucional. La conducción de la empresa recaería en un geólogo de dilatada trayectoria y conocedor de las distintas etapas de una empresa minera. Definiendo de esa forma una viabilidad empresaria que le permita una licencia social desde su nacimiento, en una industria que carece de aceptación. Necesitando para ello de profesionales y gerentes argentinos. En definitiva, una excelente noticia para el mercado, donde se apreciará un acento nacional, con perspectivas de buenos negocios y capacidad de generación de riquezas y puestos de trabajo. Hilando más fino se puede concebir como que aquí se inicia una posible huella para que otros actores del campo inversor, opten por este camino que es de suma atracción para las ganancias y de mejores recaudaciones para el Estado en su conjunto, donde predomina un claro acento de bienestar por su incidencia social.