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Desde el gallo de la Almudena: Villanueva: una cierta idea de CyL

Desde el gallo de la Almudena: Villanueva: una cierta idea de CyL

Los congresos y las convenciones de los partidos sólo sirven para hacer relaciones públicas, calentar el braserillo, hacer un poco la pelota a los que cortan el bacalao e incluso para hacer turismo parcialmente gratis. Máxime en los actuales momentos electorales donde ir o no en las listas supone mucho. Y nunca se encuentra mejor ocasión para presionar al que las escribe. Tengo para mí que las conclusiones que se tabulan en esos aquelarres, generalmente muy caros, se podrían remitir por email, que es gratis, o por correo ordinario que casi lo es. Aún así, debo reconocer que ese tipo de cónclaves siempre da juego a los observadores libres e independientes –como es mi caso- y permite ver a los dirigentes políticos fuera de sus despachos oficiales, observando cómo se mimetizan, o lo intentan, con la amabilidad y la sencillez. ¡Casi siempre mentira! Pero para algo sirven, desde luego. Me ocurrió el pasado fin de semana con Tomás Villanueva, consejero de Economía de la Junta de Castilla y León, del que fui ocasional compañero de asiento en el AVE. Hacía mucho tiempo (desde que Juan José Lucas abandonó esta tierra) que no tenía una charla en profundidad con dirigentes de mi tierra, aunque el  viernes por la noche en el apabullante, modernista y excesivo Palacio de Congresos de Málaga tuve ocasión de echar unas risas con Pedro Viñarás, la burgalesa Virginia Arnáiz –mi particular señorita Rotenmeyer-, Alfonso Fernández Mañueco, flamante alcalde de la inmortal Salamanca, al que no conocía y me causó una magnífica impresión de “ordinary people” y nivel personal, y algún que otro paisano de la meseta cada vez más seca. Con Herrera fue un saludo protocolario, como siempre. Me preguntó por la vendimia en mi pueblo como me podía haber interrogado por la calidad de la miel en el Ausbique. No consigo penetrar en la profundidad de su pensamiento; será como Florentino… ¡un ser superior! Yo, sinceramente, señorita Rotenmeyer me rindo. Villanueva Retorno al AVE. Villanueva me hizo una exposición muy certera sobre el presente y el futuro de Castilla y León. Desde la atalaya que le ofrece su gran experiencia de gobierno y de poder. Es una persona que bien podría ocupar el número 1 en el Convento de la Asunción, capacidad y ancestro tiene, pero ya se sabe que una cosa es ser gracioso y otra caer en gracia. Me impresionó su nivel de conocimiento “industrial” de Castilla y León y lo que él entiende como salida ineludible hacia el futuro. Industrialización en I+D en el inevitable cambio de modelo económico que se impone en todo el país. Me descubrió muchos perfiles de una tierra de la que emigré pero que tengo siempre muy presente en mi corazón y en mis quehaceres mediáticos. Me encontré con un dirigente político maduro –con sus inquietudes cubiertas y algunas de sus ambiciones “in albis”-, en lo mejor de su carrera, justamente cuando un hombre puede dar lo mejor al servicio público. Sus planteamientos industriales, culturales, lingüísticos en plan “negoci” creo que son acertados; es más, lo único que puede salvar a una colectividad envejecida y un tanto desesperanzada, cuasi fatalista. En realidad esta percepción colectiva tampoco es algo nuevo en nuestra abigarrada historia. Y escrito lo anterior, tengo también para este servidor que el tiempo político de Tomás Villanueva a orillas del Pisuerga toca a su fin. Quizá tras el 20N podremos recordar lo que aquí digo. Me alegraría por él y por España. P.D. Como por estos páramos se hierve muy mala leche, quiero recordar antes que nada que Villanueva jamás me dio mamandurria, sinecura o prebenda alguna. ¡Por si acaso! Que algunos (as) son muy dados a confundir, como los necios, valor y precio.  Graciano Palomo. Periodista.