Putin rompe la baraja

El decreto firmado por el presidente ruso tiene efectos inmediatos. Putin ya había amenazado en el pasado con retirar a Rusia del tratado al acusar a Estados Unidos y la OTAN de poner en riesgo la estabilidad de la región con el plan de defensa antimisiles de Washington. El tratado, entre Rusia y los países miembros de la OTAN, fue firmado en 1990 para demostrar los cambios tras la caida de la Unión Soviética, y que obligaba a Moscú a retirar sus tropas de las antiguas repúblicas soviéticas de Moldavia y Georgia.

   Rusia había ratificado una versión enmendada del acuerdo, pero tanto Estados Unidos como los países miembros de la OTAN se han negado a firmarlo hasta que se complete la retirada de las tropas rusas. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, precisó que Rusia no podía seguir tolerando una situación en la que estaba cumpliendo con el tratado pero la otra parte no, y confió en que la decisión de Moscú llevará a los países occidentales a adaptarse al tratado.

   "Esa situación contradecía los intereses rusos. La Federación rusa sigue confiando en que el resto de países que firmaron el Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales de Europa cumplirán con todas sus obligaciones", precisó Told.

   Pero no es el único motivo que ha impulsado al Kremlin a abandonar el pacto, el plan de defensa antimisiles que ha levantado ampollas en varias ocasiones entre ambas partes ha tenido buena culpa. La retirada de Rusia del tratado, que limita la cantidad de armas pesadas desplegadas entre el Atlántico y los Montes Urales, se ha debido a "circunstancias extraordinarias" que afectan a la seguridad de la Federación rusa que obliga a adoptar medidas "inmediatas", dijo el Kremlin en un comunicado.

   REACCIONES EN CONTRA.

   "LA OTAN lamenta esta decisión de Rusia. Es un paso en la dirección errónea. Los aliados consideran este tratado una piedra angular de la estabilidad europea y les gustaría verlo ratificado lo antes posible", afirmó el portavoz de la OTAN, James Appathurai, tras conocer la decisión rusa.

   El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, en su calidad de presidente de turno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), mostró también su preocupación por la retirada de Rusia del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) y pidió a los estados firmantes renovar sus esfuerzos para solventar los problemas de fondo "con rapidez y empeño".

   "Tomo nota de la decisión del presidente Vladimir Putin de suspender mediante un decreto la participación de Rusia en el Tratado", afirmó Moratinos, quien precisó que para la OSCE este convenio es la "piedra angular" de la seguridad y la estabilidad de Europa.

   La retirada de Rusia del tratado permitirá a Moscú instalar sus fuerzas militares cerca de la frontera aunque analistas rusos creen que se trata únicamente de una decisión simbólica más que una escalda militar en la zona. El tratado está considerado como clave para mantener la estabilidad en Europa. Establecía limitaciones a los países en cuanto al número de tanques, vehículos de combate, artillería, helicópteros de ataque y aviones de combate.