Un centenar de familiares y amigos asistieron la mañana de este sábado en el cementerio de Torrejón de Ardoz al entierro de Starling Martínez, la niña de año y medio que falleció en la madrugada del viernes tras ser disparada por su padre el pasado 7 de agosto. Alrededor de las 11 horas, el coche fúnebre trasladó el pequeño féretro blanco desde la sala del velatorio hasta el nicho en el que fue enterrada, junto con varias coronas de flores, también blancas.
Vestida de negro y acompañada por sus hermanos, la madre de la pequeña, Yolanda Mena, no pudo contener los gritos de dolor durante el sepelio y abandonó el cementerio una media hora después sostenida por sus familiares y con el rostro cubierto con un pañuelo. Otros amigos de la familia, tanto por parte de la madre como del padre, que se suicidó tras disparar a la niña, acudieron al entierro para despedir a la pequeña, así como varios representantes institucionales, entre los que se encontraba el alcalde en funciones, José Luis Navarro, y varios concejales de Torrejón.
Ninguno de los asistentes hizo declaraciones a los medios de comunicación que acudieron al cementerio ni se permitió la grabación de imágenes por expreso deseo de la familia, que quiso celebrar el entierro en estricta intimidad.
El fallecimiento de la niña, que estaba ingresada en la UCI pediátrica, se produjo a las 2.40 horas de la madrugada del viernes tras permanecer tres días debatiéndose entre la vida y la muerte. Después, su cuerpo fue trasladado al Instituto Anatómico Forense.
El suceso tuvo lugar hacia las cinco y media de la tarde del martes en el Parque del Ocio, de Torrejón de Ardoz. La Policía Local recibió una llamada en relación con una mujer que pedía ayuda urgente después de que su pequeña, de 18 meses, hubiera recibido un disparo de bala en la cabeza.
La niña fue llevada a un centro de salud próximo y desde allí fue trasladada al Hospital 12 de Octubre, de Madrid, donde quedó ingresada en el Servicio de Maternidad en estado muy grave. Al día siguiente, una tía de la pequeña explicó a la prensa que ésta tenía dañado el cerebro. Tras cometer el disparo, el padre se pegó un tiro en la cabeza, falleciendo en el acto.
Al Tanatorio de Torrejón de Ardoz
Una tía de la niña explicó que la madre de Starling tomó la decisión de donar esos órganos "para que la pequeña pueda al menos vivir a través de otra persona". Al tanatorio acudieron decenas de familiares y amigos, así como varios representantes municipales, para dar el pésame y solidarizarse con la madre de la pequeña, que entró en la sala de velatorio cogida del brazo por dos mujeres y llorando desconsoladamente.
"Esta es la primera y la última vez que queremos hablar con los medios: solo pedimos que nos dejen tranquilos con nuestro dolor y que nos dejen enterrarla en la intimidad", manifestaron los familiares, que se quejaron del "acoso" mediático que han sufrido durante su hospitalización.
Además, mostraron su agradecimiento a los vecinos de Torrejón de Ardoz y al resto de España por el interés y apoyo prestado durante estos días, así como al Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz, que, según señalaron, correrá con los gastos del entierro y de la concesión del nicho durante cincuenta años, dados los escasos recursos económicos de la familia.
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