La ‘isla’ catalana

Ya lo dijimos el 1-N: ‘ganó Mas, pero gobernará Montilla’. En el ambiente flotaba la idea de los socialistas catalanes de reeditar un tripartito como la mejor fórmular para Cataluña y, de paso, para España, ya que se aseguraban el concurso de los diputados de ERC en las Cortes Generales para apoyar las políticas del Gobierno de Rodríguez Zapatero.

Zapatero quería una fórmula de Gobierno con Artur Mas –todos los indicios apuntan a que así se lo prometió en la famosa reunión del 21 de enero, cuando Zapatero y Mas desbloquearon el Estatut-, pero el PSC es mucho PSC, las consignas de Madrid tienen el peso que tienen –bastante disminuido- y sus dirigentes y sus bases apenas tienen fisuras.

Zapatero consiguió eliminar a Pasqual Maragall, pero fue así porque también lo quería el stablishment de los socialistas catalanes, que se habían impuesto igualmente ese cambio como ‘primera prioridad’. Coincidencia plena, entonces, entre lo que quería Moncloa y lo que quería cierta cúpula del PSC. Pero las coincidencias parece que acaban ahí. Porque la ‘segunda prioridad’ parece que es muy divergente: Moncloa –es decir, Zapatero- quería un gobierno con CiU, más tranquilo, pensaba, que con ERC, que nunca se sabe por dónde va a salir.

Para el PSC, sin embargo, esa ‘segunda prioridad’ es que en ningún caso pudiera formarse un Gobierno CiU-ERC, porque lo consideran ‘malo para Cataluña y malo para España’. Cabían, por tanto, las dos posibilidades: que Montilla pactara con Mas, pero sabiendo que la Presidencia sería para el convergente y que él quedaba relegado a un segunda fila muy secundón, o convertirse en molt honorable y formando paralelamente un gobierno de progreso, que es el mensaje -creen en el PSC- que les ha dado el electorado.

No está todo aún cerrado, pero casi. Puede ocurrir una debacle, que ‘flecos’ de última hora impidieran el tripartit y Montilla tuviera que volver la mirada a Mas. Pero parece que ya es bastante difícil.