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El secreto de Neruda

El secreto de Neruda

lunes 24 de septiembre de 2007, 03:13h
El mismo día en que la primavera llega al hemisferio austral, según la ciencia astronómica, Pablo Neruda viajó hacia el Cosmos hace 34 años. Fue el 23 de septiembre de 1973, doce días después que su amigo Salvador Allende se suicidara en el palacio presidencial de La Moneda, mientras los militares alzados contra su Gobierno Popular instalaban la dictadura del general Augusto Pinochet.

El aniversario fue recordado sin ceremonias especiales.

Pero su casa de Isla Negra, en la costa central de Chile, volvió a vivir un clima de recogimiento cuando pescadores, aldeanos y turistas depositaron sus ofrendas florales junto a las tumbas de Pablo y Matilde Urrutia. Fue allí donde pasó sus últimos días y donde escribió sus memorias póstumas: “Confieso que he vivido”. Y es en esa casa, bajo el campanario que mira hacia el mar, donde descansan sus restos junto a su tercera esposa, la inspiradora de los “Versos del Capitán” que lo acompañó hasta después de su muerte.

La ciudad campesina de Parral, 350 kms al sur de Santiago, vio nacer al autor de los "Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada", para acompañar los sueños de los enamorados en los cuatro puntos cardinales y los distintos idiomas del planeta. Entre la publicación de aquel primer libro, en 1924, y el "Canto General", en 1950, hay un salto en la obra de Neruda que lo lleva del romanticismo al surrealismo y de la búsqueda de la belleza a un compromiso humanista.

En España, mientras se desempeña como cónsul en tiempos de la Guerra Civil, surgen sus inquietudes sociales, al conocer a la pintora e intelectual argentina Delia del Carril (“la Hormiguita”), 20 años mayor que él y miembro activa del Partido Comunista. Ella se convertiría en su segunda esposa y lo impulsaría a comprometerse con la causa republicana, Neruda escribe los versos de "España en el Corazón" y reemplaza las metáforas románticas por violentos disparos verbales contra los partidarios del general Francisco Franco. Los califica como "chacales que el chacal rechazaría, piedras que el cardo seco mordería escupiendo, víboras que las víboras odiarían". Instalado en París, organiza más tarde el viaje a Chile de más de 2.000 refugiados españoles, que llegan en 1939 al puerto de Valparaíso, a bordo del barco "Winnipeg" para iniciar una nueva vida.

Corría 1948 y después de retornar a Chile, Neruda es elegido senador. Sin embargo el presidente Gabriel González Videla rompe con el Partido Comunista y lo declara fuera de la ley. El poeta entonces se sumerge en la clandestinidad, mientras los diarios publican granes titulares para informar que "se busca a Neruda por todo el país". No lo queda otro camino que escapar. Y junto con dos amigos y tres arrieros, cruza a caballo las montañas de la Cordillera de Los Andes, en febrero de 1949, para refugiarse en Argentina, primera escala de un exilio por tierras americanas, europeas y asiáticas.

Es en el duro exilio que se prolongaría durante cuatro años, cuando nacen los primeros versos del "Canto General", su extenso poema épico sobre el pasado y presente del hombre americano.

"Es extenso como un buen fragmento del tiempo -dijo Neruda años más tarde- y en él hay sombra y luz a la vez, porque yo me proponía que abarcara el espacio mayor en que se mueven, crean, trabajan y perecen las vidas y los pueblos".

"La experiencia de ser perseguido y tener una responsabilidad política influyó muchísimo en el carácter que tuvo este enorme poema", afirma el escritor José Miguel Varas -Premio Nacional de Literatura en 2006-, amigo y colaborador directo de Neftalí Reyes Basualto, verdadero nombre del poeta.

Publicado en 1950 en Chile, en una edición clandestina, uno de los ejemplares del "Canto General" llegó a manos de su creador cuando participaba en París en un homenaje al pintor español Pablo Picasso, por haber recibido el Premio Stalin, recuerda Varas en su libro “Neruda Clandestino”. El poeta, por supuesto, fue uno de los oradores. “Contó con mucha emoción cómo se había editado el libro en Chile. Los asistentes se pusieron de pie y prorrumpieron en aplausos y ovaciones cuando el poeta chileno solemnemente regaló el libro a Picasso", agrega el escritor.

El homenajeado alzó el ejemplar para que todos lo vieran, entre nuevas oleadas de aplausos. Cuando terminó el acto el poeta se acercó a Picasso y sorpresivamente le arrebató el libro. El pintor lo miró atónito, con los ojos muy abiertos, pero Neruda se limitó a decir: "Es el único ejemplar que tengo…”. Y recuperó el valioso ejemplar.

Es ésta una de las tantas facetas desconocidas del carácter humorístico y a veces infantil del poeta que fue candidato a la Presidencia en 1969 y retiró su postulación para apoyar a Salvador Allende. Cuando su amigo fue elegido presidente, el 4 de septiembre de 1970, Neruda volvió a París esta vez como embajador y al año siguiente ganó el Premio Nobel de Literatura.

De regreso en Chile y enfermo de cáncer, el poeta de 69 años se refugió en Isla Negra. Cuando la violencia del golpe de Pinochet se extendió por el país, su casa en Santiago fue saqueada y una patrulla militar llegó hasta su refugio junto al mar. Traían una orden de allanamiento. La leyenda cuenta que los soldados buscaban armas. Entonces, desde su lecho de enfermo y con su voz cadenciosa de siempre, Neruda les reveló su secreto:

- Mi única arma es… la poesía.

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Enrique Fernández
Periodista
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