Batasuna en el talego

  El terrorismo necesita un tratamiento global en el que tan importantes son las medidas políticas como las policiales o las que inducen al aislamiento social del terrorismo. Ocurre, en el caso del terrorismo de origen vasco, que no hay nada más que se pueda conceder a los nacionalistas que asegure ser bálsamo contra el terrorismo por la sencilla razón de que la ideología nacionalista está basada en la insaciabilidad como seña de identidad. Acción política no significa claudicación; sencillamente lo necesario es que la política seque los focos de expansión del radicalismo del que se nutre ETA.

   En este momento los servicios de inteligencia creen que ETA cuenta con setenta personas que pueden llegar a tener la capacidad operativa para perpetrar delitos. De esos setenta, solamente veinte están en la línea de salida para atacar. De otra parte, los responsables antiterroristas también piensan que ETA necesita un atentado mortal para demostrar que está viva. Es la paradoja: matar para ellos es vivir. Nosotros tenemos que estar preparados para lo que pueda venir y cada detención de un miembro de ETA o de Batasuna es una garantía de que tendrán más difícil matar.

   La detención de la cúpula de Batasuna era un golpe necesario que demuestra a los terroristas y a quienes dependen de ellos que perdieron una oportunidad, probablemente única, de haber disuelto la organización ETA en unas condiciones menos dolorosas que la derrota total. Ahora, el cerco policial al entramado de ETA ha cambiado el estado psicológico que pretendía que no hay una solución policial y que, en consecuencia, el diálogo político era la alternativa.

   Hay que secar todos los espacios en donde puede crecer el terrorismo y el universo abertzale es donde se crían los cachorros que matarán mañana. No hay que darles oportunidad de que lo puedan hacer con calma. Si asumimos que la batalla está ganada por la simple razón de que no se puede perder, entonces es cuestión de tiempo y perseverancia.

   Por primera vez Ángel Acebes ha criticado al Gobierno reconociendo, al mismo tiempo, la virtud de la detención de Batasuna. Parece que el PP se ha dado cuenta de que los tiempos han cambiado y ya no pueden discutir que el Ministerio de Interior está haciendo sus deberes. De momento, Batasuna está en el talego.