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Conferencia Política: "El 20-n España se juega de qué lado está"

Rubalcaba: 'Yo no me voy a dejar ganar: el cambio es nuestro gran aliado'

Rubalcaba: "Yo no me voy a dejar ganar: el cambio es nuestro gran aliado"

Propone un pacto por el empleo: "Exige de todos, es nuestra gran causa nacional"

domingo 02 de octubre de 2011, 13:27h
"Los ciudadanos deciden y puede ser que ganemos o perdamos, pero os voy a decir una cosa: yo no me voy a dejar ganar y no nos van a ganar en ganas de ganar... El cambio es nuestro gran aliado: adelante, lo podemos conseguir, adelante". Fue el broche de oro de 50 minutos de discurso con el que Rubalcaba puso fin a la Conferencia Política que el PSOE celebró en Madrid. El candidato socialista propuesto un gran pacto por el empleo, porque "exige de todos" y es "nuestra gran causa nacional". Su lanzamiento para la campaña electoral ha constituido una llamada a la movilización para intentar dar el 20-N el vuelco al desastre que auguran todas las encuestas.
"Lo único que voy a recortar es mi discurso". Alfredo Pérez Rubalcaba llevaba apenas quince minutos hablando y ya anunciaba que terminaría antes de lo previsto. Pero para entonces ya había criticado a Mariano Rajoy, ironizando sobre lo mucho que el líder del PP 'ha trabajado' este verano. Y ya había elogiado largamente a los emprendedores -un importante mercado electoral en el que pescar-, a quienes prometió ayudas sin fin. Proseguía así el candidato socialista en el cuidado que todos los candidatos ponen a la hora de dirigirse a los empresarios, que son los que crearán ese empleo tan necesario al que todos se refieren.

Empleo fue la palabra más usada por Rubalcaba en su discurso de clausura de la Conferencia Política socialista. "Habrá tantas políticas de empleo como sectores, un programa para cada sector", prometió, y ello junto a llamamientos que podrían calificarse de progresistas: "Queremos que gobiernen el mundo las instituciones democráticas, no las financieras". Luego, una advertencia para los desmovilizados y los que aún dudan: "Desconfiad de quienes prescinden de la política, porque son los que tienen de todo". Y una apuesta por el futuro, porque no siempre cualquier tiempo pasado fue mejor: "No busquéis en mí ni resignación ni nostalgia ni melancolía".
 

El empleo, la prioridad absoluta

En algunos momentos se pudo observar al Rubalcaba más demagogo, como cuando, refiriéndose a un amigo desempleado, dijo: "Mientras estés parado yo estaré a tu lado: con el seguro de desempleo, con la escuela para tus hijos y que siempre tendrás una pensión...Eso es lo que les vamos a decir una y otra vez en esta campaña electoral".

El empleo fue la parte más destacada de su discurso, porque "es el principio y el fin, el motor del crecimiento y también su efecto". Y para crear empleo Rubalcaba propone incentivarlo con recursos públicos desde la Administración, recursos que prometió obtener exprimiendo a los que más tienen: del patrimonio de las grandes fortunas, de los bancos y de las cajas de ahorro a la que hemos echado una mano: "Es sensato que echen ellos una mano a quienes más lo necesitan" una vez se han saneado.

Dado que el empleo depende de todos, "es un tema que exige unidad... es nuestra causa común y por eso yo me comprometo a llamar a todos para un pacto común": Comunidades Autónomas, empresarios y sindicatos. "Ésa es nuestra gran causa nacional". Pero advirtió que si gobierno aplicará hasta sus últimas consecuencia la reforma laboral de Zapatero: "La vamos a aplicar tal y como la hemos aprobado, para ver cómo funciona", porque contempla "más seguridad" para los trabajadores y "más flexibilidad" para las empresas.
 
Explicar y movilizar para 'el cambio'
 
Rubalcaba había iniciado su discurso con un 'recordatorio' de lo que significan las siglas PSOE en la España democrática, un intento evidente de recuperar la ilusión "por el cambio", el famoso lema que llevó a Felipe González al poder en 1982. "Siempre hemos sido la opción de la izquierda para gobernar, nosotros, los socialistas", dijo Rubalcaba, una opción que hoy forma parte de las señas de identidad, de la 'herencia genética': "Hemos sido el partido de los derechos y las libertades" y "con ese bagaje le vamos a pedir a los españoles una vez más su voto el 20 de noviembre".

Rubalcaba no ahorro a lo largo de sus 53 minutos de intervención abundantes referencias a lo que nos jugamos el 20 de noviembre: unas elecciones cruciales, claves, parecidas a las de 1977, porque van a decidir la política del siglo XXI: "Desconfiad de quienes prescinden de la política, porque son los que tienen de todo", dijo, haciendo un explícito llamamiento a la movilización ante las urnas.

No faltaron referencias a la 'atonía' que mueve a una sociedad desmoralizada, tales como que "hemos perdido la confianza en la recuperación y nos ha retrotraído a un clima de incertidumbre y de miedo" por los cambios vertiginosos que se están produciendo. Pero por esa misma razón tuvo especial insistencia en señalar que lo que hay que decir a la sociedad es que "estamos en una crisis global, profunda, en la que van a cambiar muchas cosas: estamos en un cambio civilizatorio: saldremos de la crisis, pero nada será igual".

Hubo, incluso, atisbos de mínima autocrítica al periodo de Gobierno socialista que él mismo compartió, como cuando afirmó que en el año 2009 "nos gastamos mucho dinero, quisimos reactivar la economía desde el sector público", pero ahora hay dudas razonables sobre aquellas políticas; dudas sobre si en el 2009 nos gastamos mucho ahora no nos estemos pasando en la política de austeridad.

En todo caso, fueron críticas suaves y casi desapercibidas, porque lo importante es el futuro: "El 20 de noviembre España se juega de qué lado está", afirmó, contra el hecho, según él, de que la derecha quiere hacernos creer que lo mejor que puede pasar para el futuro es volver al pasado, hacernos creer que en los ocho años de Zapatero ha sido todo malo.
 

De pesca en caladeros femeninos
 
Una parte realmente importante de su discurso estuvo dirigida a la mujer, con palabras agradables y muchas promesas para obtener la movilización del colectivo: "No os queremos con nosotros, os queremos en el lugar de nosotros", llegó a decir; pero también tuvo palabras los emprendedores -promesas de futuras grandes mejoras-; para los estudiantes -prometió contratos nada más terminar la carrera-; para los autónomos -les dará mayores facilidades para crear y mantener su pequeña empresa-, o para las familias -leyes para conseguir la plena conciliación laboral y familiar-.

La sanidad y la lucha contra el déficit y el fraude fiscal fueron otros tantos pilares en su discurso. "El déficit, cuando es largo y continuado es muy malo, es el final de la política", dijo, admitiendo que hay que rebajarlo y exigir a las administraciones públicas que lo hagan también. Pero para ello hay que hablar de ingresos, punto en el que prometió que no se van a imponer nuevos impuestos a trabajadores y clases medias.

Respecto al fraude prometió crear "una gran agencia para luchar contra el fraude fiscal" y llegó a decir que "me comprometo a luchar contra el gran fraude fiscal, acorralarlo y terminar con él en la próxima legislatura".

En el capítulo sanitario hizo una defensa cerrada de la sanidad pública: "Si quieren copago [los del PP], que lo digan, pero no porque no tengamos dinero", hay que "quitarles la careta" y ése será el gran debate que el candidato Rubalcaba va a plantear en la campaña electoral. Y en este punto prometió obligar a las comunidades autónomas para que gasten en sanidad lo que se les da para la sanidad.


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