El Levante, mucho más que un club: un ejemplo

El Levante, más, mucho mucho más que un milagro

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La alegría durará poco en la casa del pobre, seguro. Pero no sólo que le quiten lo bailado, sino que la gesta del líder azulgrana de Primera -que no, que no es el supermillonario Bar´ça, el de más que un club; que sí, que sí que es el Levante- además de para presumir a sus dirigentes, jugadores y aficionados, debería servir de ejemplo. Aunque esto último dudamos mucho que así sea tanto por el temebundo despilfarro de los clubes como por la nefasta gestión de sus impresentables dirigentes. Menos mal que un club con sólo 20 millones de presupuesto sabe hacer las coas bien en el campo y en los despachos, y mirar por encima del hombro, y de la clasificación, a los otros azulgrana ya citados y a su compañero  en situación multimillonaria que es el Madrid.

En lo que respecta al propio juego en sí, esa forma ejemplar de realizarse pasa por el esfuerzo común, la solidaridad, la entrega, el sudar la camiseta de unos jugadores modestos y veteranos, que están demostrando que la distancia fente a los Messi, Xavi, Iniesta, Ronaldo, Kaká, Casillas etc. no es tan sideral sobre el césped -20 veces- como en sus fichas. En lo concerniente a las gestiones económicas, debería copiarse de lo que su presidente, Quico Catalán, que lleva los colores granotas -que significa ranas, de cuando el club disputaba sus encuentros junto al Turia- impresos en el corazón -así lo ha declarado- desde niño, y su directiva: no gastar más de lo que se tiene, aunque pueda costar el descenso, eso sí, contando con la comprensión de sus seguidores, las clases populares de Valencia.

Y eso que el club viene de una etapa anterior plena de desafueros, con el anterior mandatario, Pedro Villarroel, que le tuvo al borde de la desaparición y que le obligó a meterlo en concurso de acreedores, lo que obliga a destinar la mitad de los 20 millones de presupuesto -también 20 veces inferior a los de Madrid y Barça- a pagar la deuda acumulada, lo que alaba más la labor de su Catalán. Máxime cuando, además, sus actuales dirigentes miran también al futuro y ya este año cuentan con una especie de 'Masía', en su Ciudad Deportiva, para las futuras promesas y para disfrute de sus más de 11.000 socios. Mientras, en la acera de enfrente, el poderoso Valencia -también tradicionalmente el equipo de las clases poderosas-, muy por debajo en la clasificación ahora, pese a sus más de 200 millones de presupuesto, está cercano a la quiebra con una deuda que duplica esta cantidad.

Sí, ya sabemos que al final de la liga, el 'dúo dinámico' Madrid/barça, habitual y único aspirante al título quedarán, no sabemos en qué orden, primero y segundo; sí ya sabemos que otros de los grandes deudores de enormes presupuestos, pongamos que se habla/escribe del citado Valencia, del Atlético, del Sevilla y del Málaga, acumularán más puntos que los granota. Sí, ya sabemos que estos se conformarán con salvar la categoría -por cierto con sus 20 puntos actuales en 8 jornadas -y faltan 30- ya tiene casi la mitad para ello, o incluso soñarán con Europa. Pero que les quiten o bailado a jugadores, directivos y aficionados, que les quiten haber hecho historia, que les quiten se un ejemplo mundial en el desaforado y ruinoso planeta futbolero. Algunos que visten de azulgrana son y presumen de ser más que un club. Otros son algo más importante: más que un milagro, todo un ejemplo mundial. ¡Aúpa, Levante¡ Y gracias.