Chacón: cuanto menos catalana, ¿mejor?
jueves 05 de enero de 2012, 12:26h
Es curiosa la maniobra urdida por Carme (¿o Carmen?) Chacón para evitar su puesta de largo como candidata a liderar el PSOE desde su feudo electoral que es Cataluña. Montando la parafernalia en Olula del Río, provincia de Almería, con la excusa de que así homenajea a su padre, al que siempre ha dicho adorar y emular en la lucha, esquiva al máximo que se la asocie con el socialismo catalán, ese que dicen que creó tantos problemas a la dirección de Ferraz en la época del tripartito.
No me imagino a Berlusconi no presentando sus credenciales en Milán, o a Chirac en Paris o en la Corrèze, o a Rajoy en Pontevedra o en Madrid. Pero la inquieta exministra de Defensa sabe que cuanto menos catalana aparezca en los medios, mejor. Y eso que su partido, el PSC, representa la segunda fuerza dentro del partido federado, el PSOE, después de la federación andaluza.
Ya sabíamos que Carme/n Chacón no optaría a liderar el socialismo catalán que recientemente renovó la dirección y que se reservaba para menesteres más ambiciosos. Hace un año y medio la convencieron no sé si con buenas o malas artes para que despejara el camino de Pérez Rubalcaba a la candidatura a la Moncloa. Ahora reincide en cruzarse con el hábil ministro de Felipe y de Zapatero. Corre alguna encuesta periodística que dice que el nicho de votos de Chacón está entre los menores de 45 años, los "jóvenes" a los que destinaba su plan de vivienda cuando se ocupó del ministerio del ramo. Pero, ¿y la catalanidad? ¿Pesará en su contra o la ayudará en sus ambiciones presidenciales?
Chacón insiste en que haya primarias para designar el/la candidata/a socialista a la Moncloa en 2015. Independientemente de quien ocupe la secretaría general. ¿Le ayudará o le perjudicará ser catalana? La realidad es la que es y es elocuente: desde el general Prim y desde la primera República (Pi Margall, Figueras), ¡siglo XIX!, no ha habido un solo catalán que ocupara la jefatura de gobierno en España.
¿Solución? Diluir la catalanidad y reencontrar los ancestros en Olula del Río, en la Andalucía rural profunda, el principal vivero de voto socialista en esta España cada vez menos plural.