A miles y miles de kilómetros de casa, unos 10.000, para ser exactos, celebra su cumpleaños Mariano Rajoy, quien tenía la ilusión de participar en la Cumbre de Seguridad Nuclear de Seúl que comenzó el lunes y conocer, de paso, al presidente estadounidense, Barack Obama. Y aunque parecía que se caería esa probabilidad -decían algunas primeras informaciones durante la madrugada de este martes-, al final sí que se ha producido ese primer encuentro.
Moncloa había estado en las últimas semanas anunciando ese encuentro, breve y de cortesía, para dar la bienvenida a Rajoy como nuevo presidente español. Y como decíamos, aunque se habían rebajado las expectativas sobre el mismo por la apretada agenda de Obama, finalmente ha habido tiempo para el saludo. La Casa Blanca garantizó en su momento que habría "una oportunidad al menos para hablar el uno con el otro".
Lío con la Italia de Monti
Y no están bien las cosas tampoco para Mariano Rajoy en el plano económico. Aunque la prima de riesgo se ha relajado un poco, los mercados siguen nerviosos a la espera de que presente al fin los Presupuestos Generales, los cuales llegarán este viernes en el Consejo de Ministros, antes de la Semana Santa. El problema con Italia viene de unas declaraciones de Mario Monti, el primer ministro italiano tecnócrata, quien realizó una serie de críticas a la situación económica española.
Ahora, en Seúl, ha habido disculpas. Rajoy mantuvo esta madrugada -hora española- un encuentro con Monti, quien le explicó que sus críticas fueron un "malentendido", y que deben interpretarse como una llamada a todos los socios "a no relajarse en el esfuerzo", según informaron fuentes de la delegación española. Monti destacó ante el presidente español la "rapidez" con la que ha actuado el Ejecutivo español y la "determinación" de su reforma laboral. Rajoy recalcó al primer ministro italiano la importancia de que todos los socios europeos se ayuden y sean "solidarios".
Además, Rajoy está a punto de vivir su primera huelga general, este jueves 29.
¿Revés electoral?
Además, a Rajoy también le dieron un disgusto en el plano nacional y político con los resultados de las elecciones andaluzas del pasado domingo. Esperaban en el PP un contundente triunfo de Javier Arenas, con mayoría absoluta, más que necesaria para gobernar esa región por primera vez en la etapa democrática, pero se quedaron a mucha distancia. 5 escaños, concretamente, que además supuso una pérdida de votos por parte de Arenas respecto a sus resultados de 2008.
Ese revés electoral se suma a los mediocres resultados en Asturias, donde el partido de Francisco Álvarez-Cascos volvió a superar al PP en votos y escaños, 3 en concreto, y aunque le permite una negociación con el que fuera vicepresidente y ministro en la etapa de Aznar, no son buenas cifras para un partido que no dejaba de triunfar (y/o arrasar) desde 2009, en las elecciones europeas, y posteriormente en las autonómicas y municipales de 2011, para dar la puntilla en las generales del pasado noviembre.
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