Las Ventas: bolón o pelotazo

Según el Diccionario de la Real Academia, "pelotazo", en su cuarta acepción, significa coloquialmente: operación financiera especulativa que produce un gran beneficio no habitual. Es decir, son beneficios y ejercicios de estrategia, de cálculo o de avaricia sin límite ni compasión. Véase burbuja inmobiliaria, por ejemplo. "Bolo", en su sexta acepción, el diccionario nos dice: presentaciones o representaciones que en escaso número, ofrece una compañía teatral para actuar en una o varias poblaciones con el fin de aprovechar circunstancias que se juzgan económicamente favorables. Claro, clarísimo, quien dice una representación teatral, también apunta a una representación de toreos, canciones o deportes.
La diferencia entre un pelotazo y un bolo, es que el pelotazo son compras o ventas al por mayor protagonizadas por el "gran capital" y la publicidad. El bolo son compras o ventas al detalle protagonizadas por una mezcla de personas tan bien intencionadas como pícaras en su boca a boca, con el objeto de ir tirando o haciendo camino en el oficio y la subsistencia. Sí, hay excepciones para todos los gustos y disgustos. Cuando se anuncia un bolo y se agotan las entradas, en la jerga taurina, se le llama bolón. 

No nos equivoquemos, los eufemismos son tan viejos como hacer pis.

Las Ventas  (de vender o venderse) al mayor o al detalle, pueden ser tan legales como embaucadoras y tramposas a la hora de llevarlas a la práctica. Vender, en su quinta acepción, es dejarse sobornar, o lo que es casi lo mismo: engañar, estafar, corromper. Los sobornos, estafas, mentiras y corrupciones que siempre los hubo, parece que van de menos a más, y las personas cabales, o decepcionadas, estamos con los intestinos a punto de estallar. La Plaza de Toros de Las Ventas del Espíritu Santo y del Pueblo de Madrid, en la temporada del año 2012 es una metáfora muy aproximada de las ventas al mayor, al detalle, a lo virtual, de las ventas opacas, abstractas y globalizadas. Es un pelotazo, es un bolón. O como poco, es un intento de ambos. Así se las ponían a no se que rey según algunas leyendas.

Ocurre, que en el ferial taurino primaveral (festejos de la Comunidad de Madrid, San Isidro, La Prensa, La Beneficencia, Arte y Cultura, ¡que liosa barbaridad!) han subido los precios, han abaratado la cotización de toros y toreros, han bajado casi a la mitad el canon de utilización de Las Ventas, han bajado la calidad y contrastes de los carteles. ¡Toma recortes y soluciones neoliberales!

Recortes al poder adquisitivo y al gusto de los aficionados y curiosos.

Soluciones, solo para el anterior grupito empresarial y sus dos nuevos grupitos asociados. El negocio es el negocio (niega ocio) y han pasado de estar en litigio el anterior grupito empresarial con uno de los dos nuevos, a formar un grupo "potente" en el planeta de los toros. De momento...para más de lo mismo o peor. ¡Que cosas hace o deshace la contradictoria y aberrante globalización! Mal, muy mal han hechos los responsables-irresponsables políticos de la Comunidad de Madrid para crear y crecer en expectativas, en equidad económica o en futuro.

La Tauromaquia es un bien genuino y colectivo que está muy por encima de intereses o caprichos partidistas, bipartidistas, individuales o privados. Hay que dar soluciones a la integridad. Hay que recortar en altanería y en pomposos continentes de escaso contenido. ¡Hay que invertir en credibilidad!
Los profesionales anunciados merecen todos nuestros respetos, ojalá cosechen éxitos y triunfos.
Pero, la suma de la aficionada-presidenta Esperanza Aguirre, más la experiencia de Javier "Choperita", más la imaginación del taurino francés Simón Casas, más la juventud de Matilla, da como resultado una programación tan vulgar como la que hubiera programado el más mediocre y más barato grupito aspirante a gestionar Las Ventas. Desesperanzadoras, desesperantes y aguerridas Ferias nos esperan. Confunden recompensa o imposición con reflexión. Confunden Las Ventas con un templo de mercaderes. Confunden el pelotazo  con la razón. Lo extraño, lo burlón, más que bolón,  es el cartel  del 9 de junio. Así nos va. Al tiempo.