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Recortes estériles y cargos públicos

Recortes estériles y cargos públicos

lunes 30 de julio de 2012, 09:18h
De las cuatro crisis vividas  en España en el último medio siglo (1959, 1977, 1993 y 2008),  la actual  es, con creces, la peor. Todos la estamos  sufriendo  en nuestras propias carnes pero, por si aún  hubiera alguna duda respecto a su profundidad,  un  economista del prestigio  de Ramón Tamames  lo ha dicho  hace solo unos días en  el diario "informacion.com.    Ya sé que  Tamames  no acaba de ser   acogido  con buenos ojos  entre  las derechas, ni de ser perdonado  por su  sinceridad  en las filas  de la izquierda, pero  no  creo que unos ni otros  pongan   en duda su  autoridad académica.

Se puede  ser de izquierdas o de derechas, eso   es justificable, pero lo que no  se puede ser  es idiota -menos  aún  en las circunstancias tan adversas como las que  atravesamos  ahora-. Tamames  no solo no es imbécil, sino  que, además,  ha mostrado a lo largo de toda una vida  que de economía  lo sabe casi todo.   A veces, sin embargo,  mucho me temo   que los intereses  partidarios o partidistas   nos  puedan  ofuscar  hasta   rebasar    el techo de la idiotez e, incluso, a subir algo más.   


Juntos,  sin nostalgia

Hace más de un año (mayo  2011)   que  alertábamos   del final de una época y llamábamos a las cosas por su nombre: Adiós al estado del bienestar.
Más recientemente  hemos  apelado  también  al sentido común, a  la  necesidad de  compartir  cuanto antes  la responsabilidad  de gobernar  conjuntamente    para superar   planteamientos partidistas  en aras  de   la obtención de un bien superior, el de todos los ciudadanos de la nación. Esto era en abril de 2012,  y  en  ese momento, ni  éramos los primeros  ni los únicos  que apuntábamos hacia un pacto de estado, al menos    entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, para buscar  conjuntamente una  salida a  la crisis .
 
¡Dejémonos ya de lamentaciones   y de  apuntar  hacia el otro lado buscando responsabilidades! Posiblemente todos  las hemos tenido  por acción o por omisión, y de poco nos valdrán  las lamentaciones  ni  los análisis  posteriores  cuando   ya no haya  tiempo para reaccionar.


Predicar con el ejemplo

La desconfianza europea   y de eso  que llamamos  los mercados,  posiblemente  tenga su base más sólida  en   la generada    por nuestro  actual  sistema político y  administrativo  que, en  muchas ocasiones, duplica y hasta triplica  el coste  de  ciertas actividades públicas que se   multiplican   en su trasiego por  diputaciones, autonomías  y administración central. Los ajustes  derivados de la crisis  ya han llegado a los funcionarios  públicos,  que han visto reducido su salario  dos veces en los últimos dos años, una con  el gobierno  de  Zapatero (2010) y otra  ahora, con el gobierno Rajoy.   Los recortes  también han alcanzado  a la generalidad de  los  ciudadanos que vemos día a día como    tenemos que pagar  mucho más por lo mismo,   con el fuerte incremento de los impuestos directos e indirectos. Donde no hemos visto  que hayan llegado esos  recortes drásticos  ha sido  al sistema político y, muy especialmente  a las autonomías.

De las 600 empresas públicas autonómicas que iban a disolverse, siete meses  después de la toma de  posesión del gobierno Rajoy,  solo han desaparecido dos. Y  este sector no es, ni mucho  menos, baladí, porque   toda su  deuda asciende a  casi 15.000 millones de euros.

Hay otra cifra  que  habrá que tocar  sin más dilaciones, aún a costa  de  levantar  más heridas entre los directamente afectados. En España hay 445.568  empleados políticos -o  cargos públicos, como  Vd. quiera llamarlos-, una cifra  que   supone  uno por cada 100 habitantes o, lo que es lo mismo, el doble que en Italia y 300.000 más que en Alemania.

A esta situación hay quien  la  ha llamado  "locura insostenible". No le falta razón a quien piensa así, y  mientras  realidades como estas  se mantengan   sería estéril  cualquier  otra medida   de recortes. A pesar de todo,   hagamos votos por  que  no sea  ya  demasiado tarde para reaccionar...

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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