Una visión nueva de la vida y del universo, por Dalí

   Josep Perelló, director de las jornadas, destacó este martes su originalidad, ya que considera que "es innovador y un poco arriesgado meter en el mismo saco arte y ciencia". Perelló expuso los dos interrogantes que se plantean durante estos tres días: "Averiguar qué ciencia interesaría hoy a Dalí y saber qué arte haría hoy el creador catalán". En resumen, el director destacó que la idea coincide con el subtítulo que acompaña al evento: hacer visible lo invisible.

   Durante el día de hoy se analizan con charlas y presentaciones las cuestiones de 'El valor de lo invisible' y 'Nuevas realidades'. Mañana, recogen el testigo dos cuestiones más profundas: 'Vida y comunidad: estructuras ocultas' y 'Psique, creatividad y neurociencia'. En los debate participarán artistas, físicos, creadores de videojuegos, psiquiatras, investigadores o fotógrafos. El jueves, un café tertulia en el museo de Dalí Figueres pondrá fin a las jornadas.

Dalí pionero

  La directora del Centro de Estudios Dalinianos, Montse Aguer, recordó el "permanente deseo de provocación" de Dalí y su continua carrera por "adelantarse a su tiempo". Para Aguer, las sede escogidas tienen mucho significado: "En la Residencia se unieron Salvador, Luis Buñuel y Federico García Lorca. Entre los tres crearon una visión nueva de la vida y del universo". La relación del pintor con la ciencia no es quimérica, ya que Dalí trabajó con "la estereoscopia, la holografía y la búsqueda de la cuarta dimensión".

   "Es el primer pintor que realiza un experimento holográfico", afirmó Aguer. El catalán ya advirtió en su tiempo que la ciencia era "la única salida al estancamiento en el mundo del arte". La directora recordó también como Dalí empleó siempre en su obra la tecnología más avanzada de la época con el objetivo de "salirse de los caminos habituales para seguir siendo provocador".

Contradicciones de un genio

   Por su parte, José García-Velasco, presidente de la SECC, destacó cómo Dalí llegó a estudiar a Madrid "ya con un mundo propio". Desde el principio, se caracterizó en la capital por sus contradicciones: "Conocía ampliamente el mundo del arte clásico y también el contemporáneo y sin embargo tenía dificultades para leer un reloj". En la Residencia, la distinción entre ciencia y arte apenas existía.

   De hecho, "las tertulias se realizaban en los laboratorios utilizando probetas para calentar la leche". En estas conversaciones participaba Dalí, acompañado en su mayor parte de científicos. La intención de esta avanzadilla cultural y científica española era, según García-Velasco, "crear un laboratorio de la españa futura".