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Dominicana no para de llover, alerta roja

Chiapas: aumentan a seis los muertos por alud

viernes 09 de noviembre de 2007, 02:04h

Socorristas mexicanos hallaron el jueves otros dos cuerpos entre toneladas de lodo de un alud que sepultó un pueblo entero en el empobrecido estado sureño de Chiapas, y dejó seis muertos por el momento.

Las labores de rescate, que se habían tornado lentas y difíciles por la extensa mancha de barro y piedras de casi un kilómetro de largo, continuaban en busca de otros 20 desaparecidos.

El desastre se desató el domingo cuando un cerro reblandecido por las fuertes lluvias cayó sobre el Río Grijalva, en el sureste mexicano, generando una enorme ola que cubrió el pequeño pueblo de Juan de Grijalva.

"Nos han reportado otros dos cuerpos encontrados, uno es un hombre de 75 años y una mujer de 19 años de edad," dijo a Reuters un portavoz de Protección Civil del estado de Chiapas.

El deslave cortó el cauce del río y dejó bajo el barro al poblado de endebles casas de madera.

La búsqueda se extendía también por aire con helicópteros y en las aguas del Grijalva, donde buzos intentaban encontrar a residentes reportados como desaparecidos por sus familiares.

Unas 500 personas permanecían en refugios aledaños al poblado, a donde socorristas llevaban comida en helicópteros.

El deslave ocurrió en una zona remota y muy cerca de la frontera con Tabasco, azotado también por inundaciones y donde el desborde de varios ríos ha dejado al menos tres muertos y decenas de miles de damnificados.

En Chiapas, donde 25,000 personas de unas 130 comunidades han sido afectadas por las fuertes lluvias, habían sido reportadas antes del alud cuatro personas muertas debido a las inundaciones.

****No para de llover en Dominicana, hay alerta roja en 11 provincias

La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) mantiene la alerta roja en 11 provincias de Dominicana ante el anuncio de un aumento en las lluvias, aunque redujo a 65 mil 908 las personas albergadas y a 112 las comunidades incomunicadas.

La dependencia estableció en un reporte, publicado por el diario Listín Digital, que el miércoles había 74 mil 500 personas evacuadas y este jueves el número se redujo a 65 mil 908.

Del total de personas desplazadas 12 mil 603 están en albergues oficiales y 53 mil 305 en casas de familiares y amigos, detalló la dependencia.

El informe apuntó que 14 mil 598 viviendas resultaron dañadas por las lluvias provocadas por la tormenta tropical Noel, que dejó 85 muertos y 48 personas desaparecidas y más de 50 puentes y carreteras fueron destruidos.

La Oficina Nacional de Meteorología (Onamet) advirtió este jueves que las lluvias aumentarán en gran parte del país.

Ante el anuncio de la Onamet, la CNE mantiene la alerta roja en las provincias de San Cristóbal, Monseñor Nouel, San José de Ocoa, Azúa, Peravia, Duarte, Barahona, La Vega, Sánchez Ramírez, María Trinidad Sánchez y Monte Cristi.

La alerta amarilla continúa en Pedernales, Independencia, Santiago, Espaillat, Salcedo, Monte Plata, Santiago Rodríguez, San Juan de la Maguana, Dajabón, Valverde, Baoruco, Santo Domingo y el Distrito Nacional.

La alerta o sistemas de precaución fueron descontinuados en Elías Piña, Puerto Plata, La Altagracia, El Seibo, Hato Mayor y San Pedro de Macorís.

La CNE precisó que han sido distribuidas “un millón 420 mil 988 raciones alimenticias en las poblaciones afectadas y unas 25 mil 101 personas han sido atendidas en 47 operativos realizados por Las Fuerzas Armadas y la Secretaría de Salud Pública.

****Cesa totalmente desagüe de presa Peñitas en Chiapas 
 
La Conagua reportó hoy el cese total de desagüe de la presa "Angel Albino Corzo" o "Peñitas", en Chiapas, y el regreso a niveles por debajo de sus escalas críticas de los ríos Carrizal y Samaria que atraviesan esta capital.

Sin embargo, la dependencia aseguró que el nivel de alerta aún se debe mantener, ya que el río Grijalva todavía está 1.04 centrímetros encima de su escala crítica, el cual es un nivel aún peligrosos. Aunque descendió 21 cm. en las últimas 24 horas.

El vocero de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) en esta entidad, Gilberto Segura Quintero, confirmó que el nivel de desagüe de la presa "Peñitas" es de "cero".

Acotó que esto ratifica la mejoría del panorama de la actual contingencia en esta entidad, donde además se espera un buen clima para el resto de la semana.

En este sentido, dijo que de acuerdo con previsiones climáticas, en los próximos tres o cuatro días no se esperan lluvias significativas en la región.

Segura Quintero explicó que con esta medida, que implica que esa presa deje de generar energía, se permite que el río Grijalva, el de mayor impacto en el desastre en esta ciudad, desaloje más rápido el exceso de agua que tiene, redundando de manera positiva, además en los municipios de Teapa y Jalapa.

Asimismo, dijo que los ríos Carrizal y Samaria se encuentran ya a 2.89 metros Y 2.54 metros por debajo de sus escalas  críticas, respectivamente.

Recordó que ambos afluente reciben agua directamente del Grijalva, con el que el Carrizal se une en un punto. Al estar éste último en un nivel más bajo, permite al primero desalojar agua de manera más rápida hacia el golfo de México.

****Prevén aseguradoras daños por 7 mil 500 mdp en Tabasco y Chiapas  

La industria aseguradora estimó que pagará alrededor de siete mil 500 millones de pesos por los daños en los estados de Tabasco y Chiapas, afectados por las recientes lluvias e inundaciones.

El presidente de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, José Morales Morales, informó en conferencia de prensa que este es el evento asegurado más costoso en México, después del huracán Wilma, que se presentó en octubre de 2005 y que costó al sector 19 mil 256 millones de pesos.

“La estimación que se tiene al día de hoy es que los daños asegurados representarán alrededor de los siete mil 500 millones de pesos”, con un elevado número de afectaciones en casas habitación, comercios y autos, añadió.

****“Es mi abuela; faltan mis tíos”

Fueron el cuatro y cinco en la libreta de los oficiales de la Marina. Sus cuerpos salieron a flote a las 12 del día. Ella, Guadalupe Juárez. Él, Porfirio Díaz, el agente municipal electo para 2008 en esta localidad. Estaban hinchados, con las manos llenas de tierra. Guadalupe traía sus zapatos negros y una falda blanca. Porfirio tenía sangre en las uñas. Quedaron juntos en un pedacito de tierra en la orilla del Grijalva. Fueron cubiertos con ramas de árboles por falta de bolsas o sábanas.

Hasta la orilla del río llegaron sus familiares a reconocerlos. Ahí estaba Wilson Hernández, nieto de Guadalupe. “Sí, es mi abuela”, reconoció. “Falta mi tía, mi tío, mi prima y mi cuñado”. Junto con Wilson, de la montaña bajaron una decena de personas a reconocer a sus muertos. Para ellos, los desaparecidos son muertos. Sólo quieren que se les entregue el cuerpo y darles sepultura.

Esperan a que el rescate avance, para poder llevarse a su muertito a tierra firme. Lo hacen encima de lo que fueron sus casas; ahí, todavía reposan una plancha, unas naranjas, un pantaloncito de niño, varias camisas a cuadros, postes de luz partidos a la mitad, el piso de una iglesia, maderas, láminas y piedras. En el agua, además de basura, sobresale un refrigerador blanco, de ésos donde se guarda el hielo.

Los comuneros sobrevivientes se paran en el pedazo donde estaba su casa y enseñan a los medios de comunicación sus espacios. “Aquí estaba mi cama”. “Acá dormían los niños”, aunque para quien no conoció Juan de Grijalva antes de que fuera sepultado, es difícil darse una idea de que una comunidad existía ahí.

Recorren el terreno como buscando algo, una respuesta.

“Ahí donde está el agua era mi casa”, dice Wilson. “Estaba nuevecita. La terminé hace tres meses. Vivía con mi esposa”. Todas las noches Wilson atravesaba el río en lancha para llevar a su mujer con el resto de sus familiares.

“Le daba miedo la noche y por eso no la dejaba solita, y qué bueno, porque si no, ahorita estaría muerta como toda mi familia.”

La historia de Wilson se repite 28 veces más. Las señoras cuentan que cuando ocurrió el derrumbe venían de la iglesia. “Caminábamos mis cinco hijos y yo, cuando corrimos sin saber qué pasaba, los niños de las vecinas gritaban de miedo”. Los gritos, fue lo último que escuchó Irma.
 

 

 

 

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