El ex jefe de policía de Nueva York y ex aspirante a titular del Departamento de Seguridad Interior de EEUU, Bernard Kerik, se enfrenta a una pena máxima de 142 años de prisión y a una millonaria sanción por las acusaciones que pesan en su contra, informó este viernes la Fiscalía estadounidense.
Kerik, de 52 años, ha sido acusado de catorce cargos de rango federal, entre los que se incluyen conspiración, fraude fiscal, presentación de falsos documentos y obstrucción a las investigaciones de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por su sigla en inglés), entre otros.
El fiscal Michael García, tras anunciar este viernes en Nueva York las acusaciones contra Kerik, consideró que era "un día triste, al tener que acusar a una persona que ha sido un funcionario de la Justicia, sobre todo cuando se ha llegado a puestos tan altos como lo ha hecho Bernard Kerik".
De ser considerado culpable por los tribunales, Kerik -amigo y protegido del ex alcalde de Nueva York y ahora aspirante a la candidatura republicana a la Casa Blanca en las elecciones de 2008, Rudolph Giuliani- puede ser sentenciado a 142 años de cárcel y al pago de una multa de 4,7 millones de dólares.
La fiscalía señaló, entre las acusaciones, que una compañía de construcciones que buscaba hacer negocios con la alcaldía de la Gran Manzana realizó obras de renovación en el apartamento del inculpado por valor de 255.000 dólares (y no de 165.000 dólares, como señaló Kerik previamente) y que éste nunca los declaró a Hacienda.
Durante la conferencia de prensa conjunta de la Fiscalía y el FBI, el responsable de la oficina de Nueva York de esa agencia estadounidense, David Cardona, criticó a Kerik y subrayó que el "relativismo moral" no es una práctica que pueda aceptarse entre los funcionarios públicos.
"El único nivel de corrupción aceptable para alguien que sirve como funcionario es cero", afirmó Cardona.
La inculpación de Kerik podría convertirse en un problema para su principal valedor, Rudolph Giuliani, quien en alguna ocasión admitió que cometió un error y en las últimas semanas ha ido tomando distancia del caso.
Kerik, que siempre estuvo cerca de Giuliani y que tuvo profesiones como detective, chófer del ex alcalde y jefe de prisiones neoyorquino, estuvo también a punto de formar parte del Gobierno del presidente George W. Bush.
En 2004 Giuliani le apoyó ante Bush para que fuera secretario de Seguridad Interior, pero enseguida hubo de retirar su candidatura porque salieron a la luz varios asuntos relacionados con su vida personal, y en especial el haber evitado el pago de impuestos relacionado con el trabajo de una empleada.
Entre sus cargos en la Administración estadounidense Kerik se ocupó también de entrenar a la policía iraquí, por encargo del presidente Bush, tras la invasión de ese país.
Un gran jurado de Nueva York ha investigado durante meses las finanzas y los negocios que realizaba el ex jefe de la Policía neoyorquina.
En junio pasado Kerik se declaró culpable de dos delitos relacionados con la aceptación de un regalo y de préstamos mientras ocupaba un cargo público y reconoció haber violado una ley local sobre conflictos de intereses.
También se declaró culpable de no revelar a la Junta de Conflictos de Intereses que había recibido préstamos por valor de 28.000 dólares de un promotor inmobiliario.