martes 13 de noviembre de 2007, 15:55h
El 'anunciadísimo' frenazo al crecimiento económico ya ha llegado, eso sí, se ha quedado en un freno a secas, y ni siquiera de mano. En la guerra de las previsiones de crecimiento el ministro de Economía, Pedro Solbes, se ha llevado la primera.
Crecer al 3,8% es un dato positivo, no lo es que este ritmo se haya desacelerado dos décimas. Si se analiza fuera de contexto, es decir, sin tener en cuenta los trimestres anteriores, sería una cifra espectacular; pero como eso restaría todo sentido a la información, lo cierto es que la noticia es negativa.
Eso sí, hay que estar preparados, ya que esta primera ralentización es sólo muestra de lo que se avecina, que se hará mucho más presente en el último trimestre del año.
El INE sólo publica el dato del crecimiento, por lo que es difícil realizar un análisis más profundo. Sin embargo, todo parece apuntar a que la culpa del frenazo ha sido (como cabía esperar) la demanda interna, que se ha contenido en este periodo.
Por el contrario, el sector exterior ha tenido un mejor comportamiento que ha compensado en parte esta desaceleración interna.
Si se siguiera esta tendencia (obviando el hecho de la desaceleración), sería un dato positivo, ya que estaríamos caminando hacia el equilibrio de un crecimiento que, aunque menos fuerte, si es más sólido, ya que no se sustenta exclusivamente en dos o tres pilares.
Pero del futuro sólo sabemos que hay que apretarse el cinturón (el de seguridad) y esperar que los airbags funcionen correctamente.