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Trampas caza-bobos  en la reforma para que caigan los  pendejos

Trampas caza-bobos en la reforma para que caigan los pendejos

miércoles 21 de noviembre de 2007, 04:20h

Su finalidad es convertir a Venezuela en otra Cuba. Para llevar de la mano a los trabajadores hacia su desgracia, Su Majestad Imperial ha colocado unas trampas caza-bobos, que son señuelos puestos con la mala intención de engañar a sus víctimas. Y después que hayan caído, a llorar a El Valle, donde están llorando los cubanos desde hace medio siglo.

Mientras la Constitución vigente toma como ejemplo el exitoso modelo económico-político que rige en Europa Occidental (Francia, España, Portugal, Italia, etc.), denominado políticamente Estado de Bienestar y jurídicamente Estado Social y Democrático de Derecho, la reforma tiene por objeto implantar el fracasado y ruinoso modelo político-económico de Cuba, denominado castro-comunismo, versión tropical del estalinismo, con el nombre engañoso de Socialismo del Siglo XXI.  Su finalidad es, pues, convertir a Venezuela en otra Cuba.

En lo económico el modelo cubano se caracteriza por la eliminación de la propiedad privada, que se sustituye con el monopolio de la actividad económica por el Gobierno. Y en lo político por la tiranía detentada por un presidente vitalicio que está próximo a cumplir cincuenta años en el poder. Para disimular en nuestro caso, la reforma reproduce el método empleado por Juan Vicente Gómez, dictador durante 27 años, de reelección sucesiva por siete años hasta que Dios disponga su muerte.

Esta es la esencia de la reforma constitucional. Presentada así sería rechazada violentamente por el pueblo. Consciente de ello, su autor y único beneficiario, Su Majestad Imperial, ha colocado unas trampas caza-bobos, que son señuelos puestos con la mala intención de que los trabajadores caigan por pendejos. Y después que hayan caído, a llorar a El Valle, donde están llorando los cubanos desde hace medio siglo. Alertar a los trabajadores sobre el engaño de los señuelos que les han puesto es tarea patriótica, para cuya realización hacemos el aporte que aparece en esta página.

1- La trampa caza-bobos de la jornada de seis horas

En 1999 entró en vigencia la Constitución que nos rige, cuyo Art. 90 fija la jornada máxima de trabajo diurna en 8 horas diarias y 44 horas semanales, pero advirtiendo que la ley la iría reduciendo progresivamente a seis horas de trabajo o menos y dispondría lo conveniente para la mejor utilización del tiempo libre de los trabajadores. En ocho años no fue dictada esta ley.

¿Qué han hecho ahora estos farsantes? Montar una trampa caza-bobos para que caigan los pendejos, dividiendo el artículo. Ponen por delante la disminución de la jornada de trabajo, para que los trabajadores crean que el 3 de diciembre entrará en vigencia y así ellos trabajarán dos horas menos desde este día. Y por detrás, en la disposición transitoria primera, le meten el chuzo de remitir el asunto a una ley que “establecerá un sistema de aplicación progresiva” de la nueva jornada laboral, lo que puede demorar años para entrar en vigencia como ha pasado con las prestaciones sociales.

Como se ve, la cosa queda en lo mismo, pero haciendo un juego de manos, como los prestidigitadores, para que los trabajadores caigan en la trampa leyendo lo de adelante pero no lo de atrás. Es  una burla más, que se explica porque para ellos los trabajadores no son seres humanos dignos de respeto, sino idiotas que no piensan ni razonan.

Conclusión: la jornada de trabajo de 6 horas diarias es una trampa descarada e inmoral, propia de gente carente de ética y sin escrúpulos para engañar a los trabajadores valiéndose de su ignorancia.

Jesús Petit Da Costa
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