www.diariocritico.com

Las banderas, la Thyssen y la inflación desbocada

domingo 02 de diciembre de 2007, 10:32h
El dato de la inflación se conocerá oficialmente el 14 de diciembre y ese 4,1%, décima arriba, décima abajo, que muchos adelantan nos duele ya, sobre todo en el bolsillo. La culpa de que el IPC ande desbocado la tienen los locos precios del petróleo y de la cesta de la compra, que llenan de gasolina nuestros coches y de alimentos nuestros estómagos. Nos han tocado el bolsillo, al que llegan menos ingresos porque con los mismos sueldos tenemos que gastar más ya que todo se encarece. El Estado tendrá que dar un gran pellizco a su presupuesto para compensar a los que más lo necesitan, los pensionistas, por no acertar en sus previsiones económicas y de inflación. Los trabajadores con cláusulas de revisión salarial en sus convenios reivindicarán rápidamente lo suyo y los empresarios se harán los remolones para intentar que la subida de precios no afecte a su cuenta de resultados y sí a las cuentas  de sus empleados.

Entran en colisión los intereses de unos y otros. La patronal advierte que si le piden más dinero,  la creación de empleo sufrirá y el paro engordará, y los que están en su nómina también advierten  que su poder adquisitivo pierde gas y que si todo sube menos su salario la estabilidad y la paz social no está garantizada. Todos nos damos cuenta de la que la situación económica no es la mejor de las posibles, pero las soluciones no aparecen por el horizonte. Como no encontramos más que dudas al respecto, es preferible mirar hacia otro lado y centrarnos en otros asuntos, más banales y con más morbo, sin duda, que nos permiten posicionarnos con más facilidad. Se echa una ojeada al panorama político y rápidamente encontramos el alivio ante el dolor de cabeza y bolsillo que provoca la desbocada inflación que nos visita.

La reforma del eje Prado-Recoletos nos ofrece múltiples posibilidades: colocarnos al lado del alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón; acercarnos más a las posiciones de la baronesa Thyssen; defender la propuesta de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, o sentirnos atraídos por la mediación del ministro de Cultura, Cesar Antonio Molina. No podemos pedir más, muchas alternativas para un tema mediático e incluso poder joder a terceros apoyando a unos para indirectamente avisar a otros.

Ahora que está de moda preguntar a los demás a través de acciones indirectas, demos un paso más en la política participativa y dejemos que los que pagan y sufren/gozan de la ciudad decidan. Por qué no organizan un referéndum sobre este proyecto que tantas divisiones está generando. Somos tan afortunados que, si tenemos tiempo, también podemos prestar algo de atención a la orden de la Consejería de Educación de colocar banderas en todos los colegios públicos. Las enseñas de España, de la Comunidad de Madrid, de la Unión Europea y, supongo, del municipio donde está ubicada la escuela lucirán en todos estos edificios.

Si es una ley, que se cumpla y ya está, pero que no nos entretengan con coplas sobre quién paga las telas y los mástiles o a qué empresas hay que comprar el material. Es una gracia de mal gusto plantear que una parte importante del gasto corriente de que dispone cada colegio para atender necesidades escolares irrenunciables se aparte para comprar banderas, cuando siguen existiendo carencias económicas que habría que resolver en cada unidad escolar. Este tema también ofrece la posibilidad de estar en un bando u otro,  y de arañar al contrario.

Como decía, eso no sucede con la jodida inflación, porque sólo hay un bando, el de los que sufren sus consecuencias. Los responsables presentes y futuros de ofrecer soluciones coinciden en que las cosas no van bien.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios