El único candidato del PP que se paseará como tal este domingo por las calles de Calpe y el Finestrat será Mariano Rajoy, aunque conociéndole es probable que aproveche para anunciar al cabeza de la lista popular al Congreso por Alicante, con el presidente provincial del partido, José Ciscar, como presunto favorito.
Todo depende al parecer del encaje de ministros y dirigentes nacionales en candidaturas que les garanticen el escaño y ésta, con 12 diputados en juego, tiene muchas papeletas para albergar a alguno de los denominados ‘cuneros’ en sus primeros puestos ya que, según algunos sondeos, el PP se llevaría –a fecha de hoy- la mitad, al igual que en Valencia o Murcia. Un cálculo optimista si Ciudadanos sigue creciendo.
A dos semanas de que concluya el plazo para inscribir las listas, los dirigentes regionales del PP celebran este fin de semana sus respectivos cónclaves provinciales, desde Cataluña a Canarias, pasando por Castilla y León, con un orden del día centrado en el 20D. En estas elecciones los escaños se venden muy caros según las encuestas que pronostican que se perderán como mínimo 40 de los más de 180 actuales.
El premio de consolación es el Senado, no menos disputado y ya muy comprometido con las víctimas de las municipales. Rudi, Barberá… El único alivio son las bajas ‘voluntarias’ como la de Martínez Pujalte.
Y todo esto sin el habitual fichaje estrella al que haya que hacer hueco. El PP guarda mutismo absoluto al respecto o, mejor dicho, nadie sabe nada salvo el círculo más próximo al presidente y, por supuesto, a Moragas, el jefe de campaña. Unos lo descartan por completo; otros aseguran que se está en ello, incluso con ayuda de asesores externos.
Todos ellos, en cualquier caso, con el presentimiento de que su destino esta vez es la bancada de la oposición. El primer reto del PP es en estos momentos es desterrar el fatalismo.
Saben que –salvo catástrofe- serán la fuerza más votada, pero también que Felipe VI no es Cavaco Silva.