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Zidane, el entrenador de consenso y el más deseado para el banquillo blanco
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(Foto: EP)

Zidane, el entrenador de consenso y el más deseado para el banquillo blanco

martes 24 de noviembre de 2015, 12:41h

Rafa Benítez está sentenciado. Es la frase que todos los aficionados y seguidores del fútbol llevan pronunciando o pensando desde que el Barça matara de orgullo a los merengues en el Bernabéu con un abrumador y humillante 0-4. Tiene a todos en contra, aunque el presidente de Real Madrid, Florentino Pérez, saliera ayer en rueda de prensa para dar la cara por él.

El objetivo no era otro que intentar mantener la calma y que la institución mantenga la paz al menos durante unas semanas más, cuando se vea si el entrenador actual es capaz de revertir o no la situación, antes de que llegue el descanso navideño. Psicológicamente supone un punto límite al que llegar en caso de crisis, y Pérez no dejará que el tramo final de la temporada lo encare Benítez si no hay signos de mejora.

Los rumores ya apuntan a un refuerzo navideño para la delantera, ya que se da por perdido a medio-largo plazo a Karim Benzema, quien podría incluso pagar con prisión sus relaciones con amigos complicados de su infancia, en el ya conocido affaire del chantaje sexual a su compañero francés Valbuena. Pero no van por ahí los verdaderos tiros: el plan B de Florentino es ascender antes de tiempo al que muchos vieron como verdadero sucesor de Ancelotti: Zinedine Zidane.

El pasado verano Florentino no se atrevió a darle el pase, y el propio crack francés pidió tiempo para seguir creciendo como entrenador, inmerso actualmente en su segunda temporada como técnico profesional, al frente del Castilla.

Siempre cuando hay una crisis se busca un culpable y, por contra, tiene que aparecer la imagen de un salvador, en el que se encarnan las ilusiones de mejora, cambio y salvación. Y el actual entrenador del filial tiene toda las papeletas para ese rol en el madridismo.

La afición le ama, el club le tiene en altísima estima y los jugadores serían incapaces de no darle una oportunidad. Incluso algunos matarían por ser sus discípulos, como sería el caso de Isco. Zizou, de momento, es esquivo, como es lógico, siguiendo su habitual tono correcto y caballeresco: "Yo soy entrenador del Castilla. Benítez es el entrenador del primer equipo y las cosas están bien así. Yo estoy contento con lo que hemos hecho hoy con el Castilla ante un rival difícil", dijo en rueda de prensa ayer domingo...

En contra de Zidane está su inexperiencia y su poco carisma con la prensa, ya que es un personaje altamente introvertido y con poca capacidad de comunicación, algo necesario para no ser devorado por la ávida prensa deportiva de nuestro país. Pero a favor del francés está su imagen de crack histórico, persona equilibrada y sabia, que pocos discutirían sin darle un tiempo para demostrar su valía sin mirar día a día el rendimiento del equipo, algo que está acabando con Benítez, al frente de una plantilla de ensueño a la que no saca frutos.

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