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Son los centros Juan XXIII de Alcobendas y el San Eduardo, de San Sebastián de los Reyes

La Comunidad cierra dos residencias de ancianos tras detectar "graves deficiencias"

jueves 13 de diciembre de 2007, 13:38h
El Consejo de Gobierno de la Comunidad acordó este jueves el cierre total y definitivo de dos residencias de ancianos de titularidad privada por acumular "graves irregularidades" fundamentalmente en el ámbito de la atención sociosanitaria a los mayores internos.
Se trata de los centros Juan XXIII, situado en Alcobendas, y que se encontraba cerrado cautelarmente desde hace meses tras desvelarse deficiencias en un programa de televisión, y el San Eduardo, de San Sebastián de los Reyes. Aparte de la clausura, los propietarios deberán pagar una multa de 100.000 y 120.000 euros respectivamente.

En rueda de prensa, el vicepresidente primero y portavoz del gobierno autonómico, Ignacio González, explicó que estas medidas no responden a la denuncia de ningún particular o de los familiares de los ancianos, sino a la actuación de los inspectores de la Comunidad.

Lo primero, reubicar a los ancianos
“Tras la apertura de expedientes los inspectores han acudido en reiteradas ocasiones, y, al comprobar que los errores no se subsanaban, se ha procedido a decretar su cierre”, afirmó.

González añadió que, en el caso del centro San Eduardo, su cierre no se hará efectivo “hasta que estén reubicados todos los ancianos”, labor en la que la Comunidad se compromete a ayudar a los familiares. En este caso, el cierre afecta a 60 mayores.

La San Eduardo recurrirá
La dirección de la residencia San Eduardo, de Alcobendas, ha decidido recurrir el cierre, aunque recuerdan que la orden de clausura la debe emitir juez, según apuntó el abogado de la residencia, Eduardo Sánchez.

Sánchez reconoció tener constancia de "pequeños fallos administrativos" pero niega todos los extremos relacionados con tratos inadecuados a las personas mayores que tienen a su cargo.

Los familiares apuntan deficiencias
Algunos de los familiares de los usuarios del centro han comentado que notaban grandes diferencias de atención a los ancianos si la visita se realizaba entre semana, o los fines de semana, cuando parecían estar más atendidos.

Así, María Dolores Carrillo, hija de una anciana que estuvo poco más de un mes internada en el centro, señaló que optó por sacar del centro a su madre, enferma de Alzheimer, después de comprobar que faltaba la higiene y no recibía la atención suficiente y tras apreciar una invasión de hongos en su cuerpo.

Carrillo suele pasar regularmente por las instalaciones de la residencia para reclamarles la devolución de una fianza de 500 euros que depositó a la entrada de su madre a la residencia y que aún no ha recuperado.

También Dolores Jara, que tiene a su suegra ingresada desde hace dos años en la residencia, comentó que en este tiempo ya habían vivido varias inspecciones, pero por "humedades".

"Hay mucha diferencia de cuando vienes un fin de semana o cuando vienes a diario, porque los fines de semana te lo encuentras todo mucho mejor; algunos días de diario -señaló Jara- me la he encontrado despeinada y sin asear".
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