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Golf castizo en el centro de Madrid

jueves 03 de enero de 2008, 14:12h
Chamberí era uno de los distritos con menor número de instalaciones deportivas y, de un golpe, se ha convertido en el primero en plantear el golf junto a pistas de padel, y dos campos de fútbol en pleno centro de Madrid. El golf urbano gana metros en una Comunidad con casi 85.000 federados.

“Por favor, ¿el Campo de golf? Sí, subiendo por García de Paredes, cruza la glorieta de Álvarez de Castro, pasa la tienda de bicicletas Berrendero, la frutería y la farmacia, y al llegar a Bravo Murillo tira a la derecha hasta cruzar Rios Rosas”.

Esta podría ser una escena vivida en el barrio de Chamberí. En la esquina de Islas Filipinas y Pablo Iglesias, el Tercer depósito del Canal de Isabel II se ha convertido en 2007 en un parque de 120.000 metros cuadrados. En el centro de este parque, una cancha de prácticas y un Pitch & Putt de nueve hoyos ha provocado toda una corriente de opiniones.

Golf y zona verde

Lo cierto es que Chamberí se ha colocado a la cabeza en apostar por el golf urbano. Un aficionado al golf puede acudir a la vuelta de la esquina para practicar su deporte favorito, o al menos practicar su Swing a la salida del Metro Canal. Desde el pasado mes de abril, los vecinos de Chamberí se pusieron más chulos que un ocho con sus nuevas instalaciones deportivas.

En nueve meses, la criatura ha madurado. Las ocho pistas de pádel y los dos campos de fútbol rodean una cancha de prácticas de 110 puestos y nueve hoyos de poco más de 50 metros. Además, un circuito de kilómetro y medio para correr alrededor de todo el parque, sirve de pista para los aficionados a la carrera. Todo el complejo se remata con 60.000 metros cuadrados de zonas verde, no muy altas, porque la zona no permite plantar árboles, pero sí frondoso con un estanque que despide un intenso chorro agua.

110 puestos para practicar

El nuevo Parque Santander, que ha ganado espacio, se llena de vecinos todos los días que corren, pasean, descansan junto al estanque, juegan al padel y al fútbol, y numerosos amantes del golf, entrenan su juego corto o se inician con cursos. La sola imagen de aficionados con la bolsa de palos caminando por las calles del mítico barrio madrileño es un paso adelante para la eliminación de complejos.
Madrid, con casi 85.000 licencias, no puede permitirse el lujo de ignorar la afición y el crecimiento del golf, y tener la oportunidad de practicarlo como el que baja a correr o jugar al padel debe ser sencillamente algo normal.

La cancha de prácticas no tiene nada que envidiar con cualquier otra. 110 puestos en dos alturas permite el uso de un gran número de jugadores a cualquier hora, aunque lo habitual sigue siendo aprovechar las horas de comer o la tarde, tras la jornada laboral.

El problema del pitch & putt

El pitch & putt tiene más problemas. El espacio de los nueve hoyos es ciertamente pequeño, aunque no se pretende tampoco tener en Chamberí el campo de Augusta. Los hoyos, de césped artificial, con búnkers por todo el recorrido, son del entorno a los 50 metros, lo que implica un juego corto que como todo el mundo sabe es lo que da la gloria. Eso sí, no es un campo apto para acoger mucha gente a la vez.

Junto a los hoyos, un putting Green y una zona de aproach son perfectamente útiles para coger el toque. Los greenes de los hoyos tampoco desmerecen. Con caídas y pianos son una prueba de fuego para enfrentarse, cuando se pueda, a un campo de las afueras de la ciudad o incluso de fuera de la Comunidad, pero eso ya obliga coger el coche.

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