Las palabras son importantes, pero los gestos hablan por sí solos. Y lo que ha ocurrido en la convención del PP, que se celebra en Valencia con el objetivo de relanzar a Pablo Casado a La Moncloa, no es un hecho menor. Ayuso ha sido recibida por la gente que esperaba a las puertas del recinto donde se celebra el enclave a gritos de “presidenta, presidenta” -algo que no ha ocurrido con Casado-, y posteriormente ha sido ovacionada por el partido, poniéndose en pie todo el público, cuando Teodoro García Egea, secretario general del PP, se ha referido a ella.
Pero Almeida, que en un primer momento pretendió quedarse fuera de la batalla por liderar el PP de Madrid, para lo que Ayuso ya ha mostrado su intención de presentarse candidata, no ha sido menos. Durante su intervención, los asistentes han interrumpido al alcalde, al que han titulado “de España”, en una intensa ovación que ha impedido que Almeida continuara con su discurso durante unos minutos.
Unas ovaciones y recibimientos que llegan unas semanas después de la guerra interna que ha surgido en el PP de Madrid, y que está afectado a Casado, en torno a quien debe ser el próximo líder del partido a nivel regional. Ayuso lanzó su candidatura y pidió que se adelantara un congreso fechado para el primer semestre de 2022, pero Almeida, que en ningún momento ha mostrado su intención de presentarse a liderar el partido, pidió dejar de lado este debate y centrarse en la convención del partido, que tiene como protagonista a Pablo Casado.
Se consideró que la presidenta le estaba dejando en segundo plano, por lo que Casado decidió lanzar a la batalla al alcalde de Madrid. Pero lejos de calmar las aguas, la lucha interna y el cruce de declaraciones entre Almeida y Ayuso se incrementó. Fue un movimiento que llegó a su culmen con las declaraciones que la expresidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, realizó en una entrevista. Aseguró que apoyaría a Ayuso para liderar el partido y criticó a los “chiquilicuatres” que hay en Génova. Para la antigua 'lideresa', presentar una candidatura que le haga competencia a Ayuso -como hizo Casado con Almeida- y ponerle trabas internas a la presidenta, es ayudar a Sánchez", en referencia al presidente del Gobierno.
Una batalla, no obstante, que no beneficiaba a nadie. Si desde que Ayuso consiguió la amplia victoria en la región en las elecciones autonómicas, las encuestas reflejaban un cada vez más amplio apoyo al PP a nivel nacional, desde que estalló la guerra en el pp madrileño, los sondeos mostraron un cambio de tendencia. Los votantes no entendieron la lucha por el liderazgo, empezaron a castigar el comportamiento del PP y Ayuso y Almeida intentaron, en una entrevista el pasado fin de semana, relajar la tensión al negar que hubiera “un duelo entre los dos”.
Pero durante la convención del PP, para la que Ayuso ha tenido que adelantar su vuelta de Estados Unidos para no ausentarse, está evidenciando los apoyos que cada uno tiene, aunque Ayuso ha querido despejar todas las dudas sobre hasta donde está dispuesta a llegar y ha querido, “delante de toda España”, mostrar su apoyo a Casado.
“Presidir la Comunidad de Madrid es mi salida y mi meta política”, ha aseverado.
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