Diego está extasiado. Es la primera vez que ve a los Reyes en persona. "¡Están ahí, míralos mama!", exclama. Es cierto, los Magos de Oriente ya están en Madrid. Miles de niños como este madrileño de tres años escasos han podido verles este viernes con sus propios ojos, desfilando en un espectáculo más mágico si cabe que Sus Majestades. Luces de colores, miles de caramelos surcando el aire, confetti, personajes de cuento, sonidos de países lejanos e ilusión, mucha ilusión, han convertido el Paseo de la Castellana en escenario de un gran espectáculo donde los protagonistas han vuelto a ser, una vez más, los más pequeños.
Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente han comenzado su desfile a las seis de la tarde en la plaza de San Juan de la Cruz, donde ya les esperaban cientos de familias, abuelos, padres e hijos, muchos de ellos encaramados a las gradas que ha instalado el Ayuntamiento para contemplar el desfile en este nuevo recorrido por la arteria central de la capital. Dos horas antes de que comenzara el recorrido, los 16.000 asientos instalados ya estaban ocupados. Incluso había familias que habían "acampado" desde las 12 de la mañana para que nadie les quitara el sitio. La comitiva, formada por 32 carrozas que acompañaban 600 súbditos, estaba arropada por los gritos y sonrisas de los ilusionados niños.
En medio de la algarabía un padre intentaba explicar a su hija Sara, de casi siete años, el significado del espectáculo de este año. La Cabalgata, fiel a las Sagradas Escrituras, narraba el encuentro de unos sabios procedentes de distintos lugares del mundo con un objetivo común: encontrar al niño Jesús para adorarle y darle sus regalos. De este modo, el encuentro y la convivencia entre culturas, se convertía en el tema central.
Los más pequeños buscaban entre las carrozas al Rey Baltasar pero el viejo mago no aparecía. "¿Donde están los Reyes?, ¡no los veo!", cuestionaba Inés, impaciente. Su hermano mayor, de nueve años y un experto en cabalgatas la tranquilizaba. "Primero pasa mucha gente, los policías, los bomberos, las bandas de música y los Reyes son los últimos".
En efecto, al frente de la comitiva un escuadrón ecuestre de la Policía Municipal abría paso a la Estrella de Helio, a la que seguía un precioso espectáculo a cargo de Les Quidams. Le seguían camiones antiguos del Cuerpo de bomberos del ayuntamiento y varias carrozas de instituciones como Correos, Fundación Real Madrid y hasta Madrid 2016. Tras ellos, la figuración de 'Las habichuelas mágicas', con una banda de 35 gaiteros de la Shree Muktajeewan Pipe Band de Londres, y el mundo de fantasía de Las mil y una noches, que en unos segundos convirtió las calles de Madrid en un mercado árabe donde no faltaba ningún personaje del cuento, desde Alí Babá a Simbad el Marino pasando por Aladino. A su paso los niños exclamaban al ver la serpiente marina gigante. "Aquí, aquí, que venga aquí"
Además, la Cabalgata está acompañada de espectáculos a lo largo de todo su recorrido. Artistas llegados desde Francia, Reino Unido, Bélgica, italia y China se unen a los españoles para hacer aún más divertido el desfile. Música, acrobacias, fuego, personajes burlescos, gigantes redondos, acompañan a Sus Majestades haciendo las delicias de niños y no tan niños.
Tras las ocas, los mercaderes, los vendedores de lámparas, los 40 ladrones cabalgando sobre 40 caballos negros y otros muchos personajes de cuento aparecía la comitiva real. "Ya vienen, ya vienen", se oía exclamar.