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El mariachi

El mariachi

lunes 25 de febrero de 2008, 02:03h
El mandatario arbitrario y prepotente, que da lugar a chistes como el de que Fidel Castro renunció pero Hugo Chávez no le aceptó la renuncia

 

El problema de este Gobierno es que vive de bravatas (amenazas proferidas con arrogancia para intimidar a alguien), aplaudidas por lambucios, sin que nadie salga pa´lante, lo cual es grave en el código de los machos de Jalisco, afamados por entrones y por llevar bien puestos los pantalones.

Jorge Negrete, el charro inmortal, cantaba... "y también cargo pistola por si alguno busca bola y se las echa de hablador", pero se cuidaba de aclarar... " y si echo bravatas, también las sostengo", lo que es fundamental para el prestigio de un bravero, aunque lo suyo fuera sólo de película. Manuel Vázquez Montalbán comentaba en su Crónica Sentimental de España que le extrañaba que a "un tío tan chulo como Negrete le hubiesen sacudido una bofetada en un bar madrileño, donde se reunía la crema de la intelectualidad para estrenar corbatas".

Ahora bien, si de todos es sabido que nada hay más ridículo que un fanfarrón ni más cobarde que desdecirse de una fanfarronada, cómo es que el Presidente y los muñecos / muñecas, a través de los cuales / las cuales practica la ventriloquia, insistieron en retar y en amenazar: "¡Ni una gota más!... ¡traidores a la Patria!"... ¡rodilla en tierra! Al final se arrodillaron por completo y propusieron acudir al arbitraje en el Banco Mundial.

Vázquez Montalban también se hubiera extrañado de que "un tío tan chulo" como Chávez, a quien posiblemente alguna vez vio en televisión pegando saltos y gritando... "¡Aquí está mi pecho, disparen si quieren!", se desinflara hasta el punto de decir ahora que no suspenderá el envío de crudo al "imperio" porque no quiere "perjudicar a la economía ni a la población estadounidenses"

El mandatario arbitrario y prepotente, que da lugar a chistes como el de que Fidel Castro renunció pero Hugo Chávez no le aceptó la renuncia, puede utilizar los tribunales de Nueva York y Londres para garantizar las frecuentes emisiones de bonos de la deuda pública, incluyendo los de Pdvsa, mientras ordena al grandulón Rafael Ramírez, que habla llorando cuando se dirige al jefe del Estado, ponerse en guardia para combatir la escalada imperialista en nuestro país, lo que afortunadamente no fue necesario porque, una vez más, las bravatas no fueron defendidas. Los mexicanos tienen muchos cuentos para ridiculizar a los que dan "su palabra de macho", y no la cumplen, como el de la gringa que llega a Jalisco y contrata a un charro (parafernalia incluida: sombrero, chaleco y pantalones bordados de plata, espuelas y hasta pistola), que luego le resulta un auténtico fiasco y así se lo hace saber, ante lo que el pobre hombre se ve obligado a confesar que no es ningún charro... apenas un simple mariachi.

Pedro Llorens
Periodista
pllorens@ el-nacional.com 

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