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ETA y la inmigración, temas principales del debate

martes 26 de febrero de 2008, 09:27h
El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el líder del PP, Mariano Rajoy, se cruzaron reproches de crispación y una retahíla de acusaciones sobre supuestos engaños y mentiras en torno a dos temas centrales: la lucha antiterrorista y la inmigración.
Junto a ellos, la subida de las pensiones, el trasvase del Ebro o el modelo territorial seirvieron también de munición a los líderes del PSOE y el PP en el histórico y duro debate televisado que mantuvieron, en el que se habló mucho de pasado, que estuvo organizado por la Academia de la Televisión y moderado por el periodista Manuel Campo Vidal. Pese el encorsetamiento al que obligaba el temario pactado por los partidos, el cara a cara tuvo cierta flexibilidad que permitió viveza en el debate de determinados asuntos como el de la lucha antiterrorista, tanto en el apartado de ETA como en el de lo ocurrido el 11-M.

Fueron argumentos para los momentos más tensos del enfrentamiento dialéctico, en los que Rajoy acusó a Zapatero de haber jugado con la ley durante el proceso de paz, de haber mentido a los ciudadanos y de haber cedido al chantaje de ETA. Acusaciones rechazadas de forma tajante por Zapatero, quien usó la misma moneda para recordar la "conspiración inventada" del 11-M, y lamentó que el PP haya usado el terrorismo de forma partidista y haya sido el único partido en el mundo que se ha manifestado en contra de un Ejecutivo en la lucha contra el terrorismo.

Uno de los momentos de más tensión llegó cuando ya casi concluía el debate, en el momento en que Rajoy acusó a Zapatero de agredir a las víctimas del terrorismo y éste le repitió en sucesivas ocasiones que eso no se lo toleraba. Eso dio pie a otra discusión en la que el presidente del Gobierno advirtióde que quien desprecia a la gente de la cultura y de la investigación, no merece presidir un país. El líder del PP  quiso situar también la inmigración en lugar destacado y acusó a Zapatero de pretender eludirlo, ante lo que el jefe del Gobierno le reprochó que, en su etapa como ministro, hiciese regularizaciones de inmigrantes con la simple presentación de un bonobús o de la factura de una noche de hotel.

Frente a ello, Rajoy lamentó el "efecto llamada" de la política del Gobierno en este área y recalcó que los inmigrantes suponen un 10 por ciento de la población, mientras que los reclusos extranjeros son un 34%, porque el PSOE no se ha ocupado de controlar este fenómeno. En el ámbito de la economía, si Zapatero (quien ha citado en numerosas ocasiones el pasado de Rajoy en el Gobierno de José María Aznar) acusaba al líder del PP de demagogia por haberse olvidado de ella hasta ahora, el líder del PP le reprochó que sea "impasible" ante las dificultades de los ciudadanos.

Ambos se acusaron mutuamente de mentir sobre la situación de la Seguridad Social en 1996 y el pago de las pensiones en ese ejercicio, discreparon sobre el origen de la subida de precios. El líder del PP acusó también al Gobierno de haber abierto el "melón" de la discordia en el Estado autonómico, mientras que el secretario general de los socialistas le criticó su "apocalipsis" con este asunto. "Menuda han montado ustedes con el Estatut, crispando, trasladando la idea de que España se rompe, encizañando con el tema del catalán", reprochó Zapatero a Rajoy, quien volvió a acusar a Zapatero de no tener "ninguna idea de la nación española".

Además el aspirante del PP a la Presidencia del Gobierno consideró que el PSOE había fracasado en el reto de facilitar a los jóvenes el acceso a una vivienda, al promover políticas "grotescas", políticas que, por el contrario, Zapatero cree que son las que han posibilitado la desaceleración de precios. No hubo momento alguno para el acercamiento de posiciones, algo que parece que no va a cambiar cuando Zapatero y Rajoy se vean de nuevo el 3 de marzo en el segundo y último debate televisado.
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