Armas en manos de los indígenas

El choque —un episodio en el que hubo disparos al aire y se hallaron armas de fuego que trasportaban los indígenas— provocó 40 heridos y siete desaparecidos. En tanto que los cordilleranos mostraron a cinco personas lastimadas de su lado.

En ambos casos, se produjeron lesiones leves y se corroboró la quema de tres vehículos de uso oficial. En la gresca, los ganaderos hallaron dos rifles y seis escopetas, además de municiones y machetes que los guaraníes transportaban en los vehículos en que viajaban el domingo por la noche. Los hechos comenzaron el domingo a las 18.45, cuando pobladores de Cuevo se enfrentaron con piedras a un centenar de indígenas guaraníes y funcionarios del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) quienes, sin resguardo policial y encabezados por el viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, intentaron, sin éxito, pasar los puntos de bloqueo, con una caravana de 10 vehículos, para llegar a la comunidad Itacuatía.

En el lugar, según la versión de Almaraz y del presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Wilson Changaray, debía desarrollarse una asamblea de los indígenas. Almaraz —cuyo vehículo perdió los vidrios por los golpes de las piedras— informó ayer que en la refriega resultaron con heridas leves 40 personas que le acompañaban, incluido el director del INRA, Juan Carlos Rojas. En tanto que de Cuevo los heridos son cinco, aunque tampoco revisten gravedad, según constató este medio.

Hasta el hospital de Camiri llegaron los heridos del lado del Gobierno y se sometieron a curaciones que no ameritaron mayores cuidados médicos.

El Gobierno llegó a la región hace 12 días, en un segundo intento de sanear las tierras de Alto Parapetí, donde pretende crear una Tierra Comunitaria de Origen (TCO) para los guaraníes. La acción, resistida por los ganaderos, derivó en un bloqueo de vías, que hoy cumple cinco días.

“Los guaraníes, que intentaban eludir el bloqueo de los ganaderos, sufrieron una violenta agresión. Una lluvia de piedras nos cayó y, cuando pretendíamos retirarnos hacia Camiri, fuimos interceptados por varias movilidades de los ganaderos que recibieron el refuerzo de grupos de choque”, narró Almaraz.

“La gente que bajaba, los golpeaba (a los guaraníes) y hacía uso de sus armas de fuego”, dijo.

Asustados, y con los rostros desencajados, una decena de guaraníes que participaron del hecho, algunos con niños, se ocultaban la madrugada del lunes entre los matorrales, en el ingreso a Cuevo. Unos kilómetros más atrás, los bloqueadores rastrillaban la vía en su búsqueda y a su paso hallaron un camión y uno de los buses que fueron abandonados por los indígenas durante su huida.

En el interior del bus se hallaron dos fusiles y en una mochila cartuchos de escopeta. El chofer, Mario Rivera, declaró que fue contratado por Bs 2.000 para realizar el viaje hasta Itacuatía.

Rivera fue obligado a retornar a Cuevo y, además de él, el abogado de la APG, Ramiro Valle, y la comunicadora social Tanimbu Estremadoiro permanecían ayer en Cuevo bajo la protección del Regimiento Buyaín. “Fuimos emboscados. Me ataron de pies y manos y me trajeron a golpes hasta la plaza”, narró Valle.

Javier Antúnez, presidente de la Asociación de Ganaderos de Camiri, aseguró que “ellos han querido entrar a la fuerza; la gente del pueblo salió, porque los bloqueadores eran pocos”.

Luego agregó que “en uno de los micros se han decomisado seis escopetas y dos rifles”, armas que junto a machetes fueron expuestos en una rueda de prensa en Cuevo. La alcaldesa de ese municipio, Sonia Guthrié, aseguró que la caravana “ingresó disparando sus armas al aire. Luego, con violencia y a punto de hondazos lograron rebasar el primer punto de bloqueo. Pero, luego nos organizamos y en la zona Matadero pudimos frenarlos. Ellos escaparon hacia el monte”,

Además de los rifles, Guthrié mostró el resto de un cajón de uno de los fusiles desarmables calibre 22 incautados, de fabricación rusa. Almaraz aseguró que “nadie del Viceministerio y del INRA tenía armas. No me consta lo que tenían los guaraníes, pero no vi a ninguno de ellos con armas. Sí vi a los que nos interceptaron con armas”.

El presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) indicó que “la gente se ha dado cuenta de que esto ha dejado de ser un problema de TCO, son 200 mil hectáreas en disputa, 80% son serranías y 20% aptas para agropecuaria; lo que les importa son las riquezas naturales”.

En cuanto a los desaparecidos, al mediodía se informó de 11, pero por la tarde la información oficial daba cuenta de ocho, entre ellos un periodista argentino, que fue hallado más tarde. La nómina de personas que se presume se internaron al monte es: Arandire Airandare; Cristina Barrios; Ricardo Romero; Porfirio Cleto; Gabriel Fuentes; Olga Vaca; Reynaldo Choque (tesista).

Dos versiones acerca de los hechos

Los ganaderos

Incursión • Según los ganaderos, el Gobierno intentó romper el bloqueo en Cuevo para iniciar el proceso de saneamiento.

Agresión • Los ganaderos y bloqueadores de Cuevo dijeron que el Gobierno ingresó junto a estudiantes del área rural y que fueron ellos los que empezaron a agredir a los bloqueadores.

Armas • Los ganaderos dijeron que en los vehículos en que viajaban los indígenas guaraníes, encontraron seis escopetas, dos rifles, municiones y machetes, que mostraron a la prensa.

Consecuencias • Según los ganaderos, sólo hay tres guaraníes heridos, y de su lado son cinco. Guido Náyar dijo que no hay desaparecidos, “son funcionarios del INRA que renunciaron”.

El Gobierno

Incursión • El viceministro de Tierras dijo que los guaraníes eludían el bloqueo a fin de llegar a Itacuatía para una asamblea.

Agresión • Según el Gobierno, la comisión entró pacíficamente y fueron los ganaderos los que empezaron a agredir a los guaraníes; se habló de una persecución con perros y a caballo.

Armas • El viceministro de Tierras, Alejandro Almaraz, dijo que los indígenas no tenían armas y que en realidad fueron los bloqueadores los que agredieron a la gente con disparos al aire.

Consecuencias • El Ejecutivo denunció que 40 personas están heridas y que siete están desaparecidas. Almaraz exigió a los bloqueadores a mostrar “a sus heridos”, para probar el hecho.