El primer cónclave

Mientras el PP parece haber entrado en resonancia, el Gobierno acuerda medidas para la desaceleración porque estamos en crisis y el agua, que en las ultimas horas humedece España, ha sido y continua siendo una batalla política en toda regla. Soraya Sáenz de Santamaría y José Antonio Alonso (ministro sin cartera) han celebrado su primer y largo cónclave para abordar, nada menos, que el 'arreglo' de nuestra desmochada Justicia. La tarea no ha hecho más que empezar y por primera vez en mucho tiempo PP y PSOE no han acabado tirándose los trastos a la cabeza. Alonso sabe que el acuerdo es necesario y el PP no puede dar un paso atrás. Ambos saben que tienen que aguantar el tipo y para ambos este acuerdo que ha comenzado a fraguarse es algo así como el bautismo de fuego en sus respectivos cargos.

En los últimos tiempos la Justicia, más allá del alcance político de la cuestión, se ha convertido en una buena proveedora para los teletipos. Personal insuficiente, medios precarios, desorden en la organización de los juzgados y jueces que se saben o se creen impunes es el conjunto perfecto para que ocurran hechos como los de Alovera y tantos otros. Hablar de justicia es hablar de seguridad en la vida y en los patrimonios; es hablar de prontitud en la resolución de los pleitos; es hablar de certezas y no de incertidumbres que pueden tener desenlaces fatales.

La tarea del 'cónclave' es inmensa pero el asunto está en buenas manos. Si algo une a Alonso y a Saenz de Santamaría, además de conocer la materia de la que hablan, es un conocido tesón y una bien demostrada prudencia. Son lo contrario a la estridencia y ambos se la juegan.

Pero ¿para qué engañarnos?, es la portavoz popular la que, puestos a jugársela, se la juega más. Mientras ella se entregaba en cuerpo y alma en su cónclave con Alonso, fuera, en su partido, continuan  avanzando los capítulos no de un debate ideológico, sino de grupos, personas y personajillos. Esta marejada 'popular' irá en aumento porque a todos se les está calentando la boca y las pasiones amenazan con salir a pasear. Mientras, Mariano Rajoy, se mantiene impasible y así seguirá mientras el 'clan de los ganadores', que son más que los barones, no le retiren el apoyo que explícitamente le dieron en las horas posteriores a conocerse los resultados de las elecciones. Ayer mismo, el líder del PP comenzó su periplo por España para, en cuanto sea posible, hacer parada en el Congreso de Diputados en donde quiere un cara a cara con el Presidente del Gobierno. Sabe que su gente quiere 'discurso' y 'presencia'. Hay un punto de ansiedad del que Rajoy no quiere hacerse eco. "Todo a su tiempo", dicen que dice.

Rajoy, como Saénz de Santamaría saben que la juegan y el tiempo de ambos ya ha comenzado a correr.