¡El relajo de las cumbres!

¡El relajo de las cumbres!

Los mismos que se vieron las caras en Lima, hace una semana, se toparon hasta ayer en Brasilia. A entrarle "vigorosamente" a la pobreza, el hambre, el narcotráfico y la miseria que juega garrote en estos predios suramericanos. Las llamadas Cumbres han servido para caerse a mentiras, para pregonar consignas supuestamente a la causa de los marginales. Cumbres van y Cumbres vienen, no viéndosele el queso a la tostada. Desfachatadamente una Cumbre sucede rápidamente a la próxima. El tétrico panorama económico de la región sí permanece en la Cumbre. ¡Entre Cumbres te veas!

En las Cumbres se presencian deprimentes espectáculos. Como esos de denigrar de un personaje; de ofensivos conceptos en contra de alguien, y dejar perplejos a los televidentes cuando esos mismos protagonistas, como si el honor no existiera, se abrazan efusivamente, porque ante la sinvergüenzura no ha pasado nada. ¡Déme esa mano, hermano! En la capital peruana vimos la conducta de Chávez, excusándose ante la canciller alemana luego de llamarla nazi y hitleriana para acto seguido sumisamente enviarle un abrazo a su "viejo amigo" Juan Carlos de España a través de Rodríguez Zapatero, el Jefe de Gobierno. Pitigrilli no se anduvo con pendejadas cuando le pidieron su opinión sobre la diplomacia. "El arte de la hipocresía", enfatizó.

La Cumbre por la que pagaría cuantos euros me exigieran sería la próxima Iberoamericana, dondequiera que se realice. A ella está en la obligación de asistir el soberano Rey de España, el del mismo color de sangre que la de Chávez, irónicamente, roja rojita. Para coger palco, ¿no lo creen? Seguro que el titán del socialismo bolivariano del siglo XXI se fundiría con el monarca hispano en un estrujante abrazo. Entretanto el hambre, la pobreza y el narcotráfico seguirán en la Cumbre. ¿Lo dudan?

¡LA HOJA DE PARRA! Copio a Jesús Parra porque no tiene desperdicio esa anécdota que refirió en su espacio de "El Nuevo País" el jueves pasado. Cuenta Jesús Parra que acaba de reaparecer el excéntrico ventrílocuo Carlos Donoso, el de los muñecos Kini y Lalo. Y este es el cuento: "Resulta que estando Chávez con Correa en Ecuador, llaman a Uribe y le sugieren que se vaya a Quito. "Vente, te esperamos". Y el Presidente colombiano los ataja: "Mejor vénganse ustedes para acá que los vamos a tratar como Reyes".

Omar Lares
Periodista venezolano, columnista del Diario El Universal