Este Diario recogió, ayer, la visión de expertos, decanos y profesores universitarios de Facultades de Economía de Guayaquil, sobre las expectativas de desarrollo de la economía en el país. Su visión coincide con la de otros analistas y de representantes de sectores productivos, que expresan preocupación por las negativas señales de la economía ecuatoriana, como su bajo crecimiento , el rebrote de la inflación, los reducidos niveles de inversión, la falta de incentivos para la producción, entre otras elementos que colocan al Ecuador en una posición vulnerable y difícil.
Cuando el país se halla por entrar a la mitad del año, parecen más lejanas las proyecciones oficiales de un incremento del PIB del 4,25%.
En días pasados, el anuncio de la reducción de las metas iniciales de recuperación de la extracción de crudo a cargo de Petropecuador y la evidencia de que los trabajos e inversiones de la estatal petrolera no han avanzando como se esperaba precipitaron la salida del presidente de la empresa.
Para diciembre se prevé una inflación anual de dos dígitos. El pasado abril, esta cerró en un 8,18%. El alza promedio de los precios de los alimentos ha sido bastante mayor.
La inversión en el país ha caído desde los $493 millones en 2005 a $178 millones en 2007, según el Observatorio de la Política Fiscal, La inversión privada se halla paralizada a la espera de las normas que fije la Asamblea Constituyente. Con este oscuro panorama, no se puede esperar la generación de empleo ni la reducción de la pobreza.