OPINIÓN/Víctor Gijón
Pequeña historia del 'proyecto Comillas'
miércoles 02 de julio de 2008, 10:18h
Que lejos quedan las dudas, las chanzas y la oposición más o menos velada. Resulta patético como quienes lo intentaron todo para cargarse el ‘proyecto estrella’ del Gobierno PSOE-PRC, la creación de la Fundación Comillas y su centro internacional de estudios del español, sean ahora los que más levantan la voz en el coro de palmeros. Pero, apliquemos la parábola del hijo prodigo y aceptemos a los nuevos conversos, siempre que sea una adhesión de buena fe y no oportunista.
Desde ahora el proyecto Comillas cuenta con el respaldo de la Casa Real, expresado de forma clara y contundente ayer por Don Juan Carlos al presidir la reunión del Patronato de la Fundación. Cierto que aún queda un buen trecho por recorrer, tanto en lo material --rehabilitación de las instalaciones del viejo seminario-- como en la definición del proyecto académico a corto, medio y largo plazo.
Emilio Botín, patrono además de primer banquero del país, destacaba este martes un aspecto relevante: que proyectos como el de Comillas son activos importantes como palanca de desarrollo económico para hacer frente a momentos de desaceleración de la economía. Mensaje claro y nítido para el pelotón de los pesimistas y derrotistas que, a no mucho tardar, comenzará a poner en cuestión las inversiones para el desarrollo del proyecto comillano. Y es que los que se confabularon para impedir que hace tres años Don Juan Carlos diera un apoyo presencial a la Fundación, no han tirado la toalla.
El PP cántabro, dirigido todavía por Ignacio Diego, es de la opinión marxista (de Carlos, aunque podría ser también de Groucho) de que cuanto peor mejor. Lo terrible es que el peor se le endosa a Cantabria, mientras que lo mejor, se supone que contabilizado en rédito electoral para el PP, no acaba de llegar. Del avance, consolidación y futuro importante de la Fundación Comillas y el proyecto para la enseñanza internacional del español o castellano, ya casi nadie duda a estas alturas. Lo cual no impedirá que se produzcan nuevos boicoteos.
Por si alguien lo ha olvidado, hace ahora sólo tres años, nada más darse a conocer el proyecto, el PP de Cantabria acudió a Mariano Rajoy al objeto de que influyera en La Zarzuela para suspender un previsto viaje de los Reyes a Cantabria. Al mismo tiempo, y para crear ambiente, columnistas de la derecha, como Augusto Ussía, se dedicaron a sembrar dudas sobre el proyecto en la prensa nacional.
Sus ataques fueron puntualmente recogidos por el entonces único representante de la derecha mediática en Cantabria, El Diario Montañés, que llegó incluso a dar más credibilidad a las manifestaciones contrarias al proyecto realizadas por el presidente de La Rioja, del PP, que a las del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Que ahora el DM y tantos otros hayan cambiado de chaqueta no debe hacernos olvidar todo lo que pusieron de su parte para intentar que naufragara tan importante proyecto.
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No(
