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La fuerza del cambio

jueves 03 de julio de 2008, 11:03h
En las pequeñas cosas, en los gestos, se revela la esencia de las personas. En las organizaciones políticas sucede lo mismo. Hace unos días vimos, en el Congreso del Partido Popular, como quien fue señalado por un dedo utilizó su propio dedo para señalarse a sí mismo. La crudeza de ese gesto, su tosquedad, refleja la pobre idea que aún tiene la derecha de la democracia. Ahora que celebramos el Congreso del Partido Socialista Obrero Español puede verse que también nuestro gesto es diferente, que es una suma de gestos, la suma de tantas mujeres y hombres libres que votan con libertad, conciencia y alegría. Así es como se revela la fuerza del cambio.

La fuerza no es una energía estática, sino una cuestión de carácter, de actitud, que hunde sus raíces en el compromiso con el destino de los más débiles y que se eleva con la autoexigencia, la responsabilidad y la valentía. Por eso la auténtica fortaleza entraña, en sí misma, tanta renuncia a la agresividad, al enfrentamiento y a la mentira, como férrea confianza en la palabra, en el diálogo y en el entendimiento. Por eso es fuerte el proyecto socialista que lidera José Luis Rodríguez Zapatero, tan fuerte como lo es nuestra democracia. Una fuerza tranquila que al emanar de las urnas derrotó sin ira al pesimismo y al cinismo, expresando con serenidad un deseo compartido por la mayoría: el cambio debe continuar.

El cambio no es una fotografía, es una secuencia. Cambiar es reformar, lograr nuevas formas de hacer política que proyecten nuestros principios y valores comunes, es ampliar la esencia, es actualizar significados... Y ningún significado es más esencial en democracia que el de ciudadanía. Las mujeres y hombres socialistas creemos que la mejor manera de modernizar un país, de hacerlo más justo y decente, es impulsar los derechos y libertades de sus ciudadanas y ciudadanos, esto es, reconocer la dignidad de cada cual. Creemos que respetar es convivir, que tenemos derecho a vivir iguales en la diferencia. Y creemos que no hay libertad sin protección; protección frente a las inclemencias de la vida, frente a las turbulencias de la economía, frente a los abusos de poder... Ése es nuestro latido, el latido del socialismo de los ciudadanos. Por eso extender la participación está en el corazón de nuestra tarea. Por eso el Congreso del Partido Socialista es valioso y es decisivo. Porque sólo donde decidimos todas y todos, anida la fuerza del cambio.


* Pedro Zerolo es concejal y secretario de movimientos sociales del PSOE.
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