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Los orfebres del Retiro

martes 15 de julio de 2008, 10:51h
Para que el Retiro esté como un pincel cada día, casi doscientos 'orfebres' se dedican a los trabajos de jardinería, limpieza y conservación que requiere su mantenimiento.
El visitante del Retiro apenas es consciente de las continuas tareas de mantenimiento que son necesarias para que este pulmón verde del centro de la ciudad evoque el carácter regio de su origen. Puede ver pasar los vehículos de servicio del parque o al personal dedicado a limpieza o jardinería, pero difícilmente se imagina la cantidad de horas de trabajo que necesitan sus 118 hectáreas de extensión.

El trabajo en la Rosaleda es manual Junto a los jardineros municipales, más de un centenar de empleados de la empresa IMES API se encargan de la limpieza, de las reparaciones y mejoras en la obra civil, así como de algunas labores de jardinería. Todo ello por y para las miles de personas que lo visitan, unas 250.000 en un fin de semana normal y hasta un millón si coincide con la Feria del Libro.

Una de las principales consecuencias de la gran afluencia de público es la cantidad de residuos que se depositan todos los días en el parque. Los fines de semana con buen tiempo un solo empleado casi no es capaz de mantener a raya las papeleras del paseo del Estanque.

Las bibliotecas populares han sido rehabilitadas Las praderas son otro de los elementos que más notan la presencia de la gente. Tumbarse al sol en el Retiro es todo un clásico. Sin embargo, pocos son conscientes del daño que hace un partido de fútbol espontáneo. El técnico de Jardinería de IMES API, Íñigo del Valle explica que para recuperar ese césped es necesario replantar, y abonar y regar más de lo habitual.

Los árboles precisan también muchos cuidados, pues tienen ya mucha historia sobre sus ramas, lo que implica que cuando hay que reponer uno porque se encuentra en mal estado cuesta mucho encontrar un sustituto que dé la talla, en el sentido literal de la palabra. "En el Retiro no vale cualquier planta", sentencia el técnico.

Pero si hay dos lugares del Retiro que necesitan mucha atención y horas de trabajo son la Rosaleda y el Bosque del Recuerdo. De estos dos lugares, al igual que del acceso de la Puerta de la Independencia, se ocupa exclusivamente IMES API. El cuidado de otras zonas y la poda en altura, por su parte, corresponden a los jardineros municipales, aunque los trabajos están coordinados y los equipos se apoyan mutuamente.

En la rosaleda todas las labores son manuales, explica Del Valle. También las del Bosque del Recuerdo, cuyo diseño "sin precedentes" ha obligado a innovar para conservarlas. Mantener verdes las inclinadas laderas "es una de las cosas más difíciles", asegura el técnico en jardinería.

El Bosque del RecuerdoEl tercer eje del mantenimiento del Retiro es la conservación del mobiliario y de la obra civil, que incluye desde el mantenimiento de los bancos y la eliminación de las pintadas hasta obras de mejora. Así, en la actualidad IMES API está delimitando los caminos con pletinas y ha cambiado casi en su totalidad la red de agua potable del parque, que aún tenía tuberías de la época de Isabel II, indica el técnico de Obra Civil, Carlos Bravo.

En el Retiro se realizan mejoras muy a menudoEn el Retiro cualquier variación tiene que estar supervisada por sus responsables e, incluso, en algunos aspectos por Patrimonio Nacional. "Es un parque histórico y todos los cambios hay que hacerlos con mucho cuidado", explica el director del Área de Medio Ambiente de IMES API, Carlos Fernández.

Solo así se puede tener al día esta zona verde nacida en el siglo XVII, de la que tan orgullos se sienten tanto los ciudadanos como las administraciones madrileñas.
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