Estudio de Impacto Ambiental es determinante

Panamá y Colombia han acordado estudiar en firme la interconexión eléctrica, para que sea una realidad el año 2012.  Los dos países son socios comerciales -con algunos roces por la creciente competitividad panameña- pero con potenciales perspectivas económicas en varios frentes.  Uno de los proyectos más ambiciosos es la apertura del Tapón del Darién, último tramo de carretera que impide viajar por carretera desde Alaska hasta el Cabo de Hornos, y que encuentra barreras políticas y sociales.

La interconexión eléctrica tiene como principal escollo la selva darienita, jerarquizada con el título de Reserva de la Biosfera, y para la cual es imprescindible un Estudio de Impacto Ambiental antes de tocarla, no solamente con líneas de alta tensión que precisarán desmontes importantes, sino para el tramo de carretera que algún día deberá abrirse.  La otra posible ruta es el litoral caribeño, que pertenece a los indios kuna que habitan el territorio de San Blas, reacios a toda empresa de desarrollo que no los contemple como socios.

El proyecto de interconexión tendrá una capacidad de 300 megavatios, con una inversión aproximada de 200 millones de dólares, y será emprendida entre la colombiana ISA y la panameña Etesa, una empresa binacional que se llamará Interconexión Eléctrica Colombia - Panamá S.A.  La empresa espera que la capacidad instalada en 2012 se duplique en 2015.

El acta que compromete a los dos gobiernos formaliza el compromiso de la línea de interconexión eléctrica,  haciendo realidad una idea que sufrió diversas demoras.