Las comunidades se encuentran a unos 60 kilómetros de la frontera, pero los insurgentes actúan en un territorio que no conoce límites políticos, donde descansan, curan sus heridas, planifican sus acciones de guerra y se avituallan. Bajo Grande y Bajo Chiquito, son dos comunidades de pescadores y agricultores, muy cerca de La Palma, una de los pueblos más grandes y habitados de Darién, donde hay un puesto de policía bien guarnecido.
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias e Colombia (FARC) han recibido duros golpes en los últimos tres meses. Primero murió el comandante Raúl Reyes, después renunció una emblemática guerrillera y finalmente fue ‘rescatada’ Ingrid Bethancourt.
El gobierno panameño no ha comunicado oficialmente el hecho, pero envió contingentes al lugar, mientras medios televisivos y radiales -con corresponsales en el área- informaban sobre las acciones guerrilleras. Las FARC encuentran en Darién un territorio ideal para sus incursiones en busca de alimento, indios que les sirven de guías y pasar periodos de reposo.