Cultivar la tierra no es sólo una forma de ganarse la vida. Es también la afición de una sesentena de jubilados de Fuenlabrada, que cada día acuden a unos huertos, cedidos por el Ayuntamiento de la localidad, para sacar adelante los productos que luego llevarán a su mesa.
Rafael Zaragoza acude cada mañana al Vivero Municipal de Fuenlabrada para cuidar de su pequeño huerto. Como él, otros 59 mayores de la localidad, casi todos hombres, cultivan frutas y hortalizas a modo de hobby. "Venir aquí a cuidar del huerto nos sirve de entretenimiento", reconoce Rafael, quien junto otros dos jubilados forma parte de la comisión que está al frente de los 'Huertos de Mayores'.

Estos huertos son propiedad del Ayuntamiento de Fuenlabrada, que cede el suelo por dos años, prorrogables, para que los mayores cultiven la tierra. En total, hay 60 parcelas de 25 metros cuadrados cada una. Los requisitos para poder tener un huerto es estar jubilado, vivir en la localidad y poder hacerse cargo de él.
Los jubilados hortelanos de Fuenlabrada tienen entre 59 y 80 años. "Venimos aquí como hobby, a pasar el rato. Después de cuidar la tierra, el mejor momento es cuando estamos debajo del chamizo hablando de nuestras cosas", dice otro de los campesinos aficionados, Jesús Garrido.

Muchos de ellos antes de jubilarse ya se dedicaron a la agricultura. Para otros, en cambio, es algo novedoso, como le pasa a Santiago Muñoz, que trabajaba "en la construcción y nunca había hecho nada de esto".
Tomates, pepinos, ajos, habas o cebollas son sólo algunas de las hortalizas que cultivan. "Es buena tierra y se puede cultivar casi de todo. Ahora por ejemplo, es buen momento para plantar pimientos", advierte uno de los mayores, Adriano Marino. "Ahora en agosto plantamos todo lo que se recoge en invierno como la coliflor y el repollo. Y luego en marzo o abril, se planta lo que recogemos con el buen tiempo como berenjenas o pimientos", añade.
Una iniciativa municipal

"Esta iniciativa surgió hace cinco años para atender la demanda de los mayores que habían comentado su afición por cultivar la tierra", explica la concejala de Bienestar Social de Fuenlabrada, Marisa González.
El Ayuntamiento no sólo aporta el terreno, también pone el mantillo, el agua para regar, los utensilios y las casetas donde se cambian. Mientras que los mayores ponen las semillas que se cultivan, así como su esfuerzo y su trabajo.

En un primer momento, se habilitaron 25 huertos, pero el boca a boca fue el detonante para que aumentara la demanda y en consecuencia, que aumentara el número de huertos. "Ahora mismo hay lista de espera, por lo que quisiéramos que hubiera más parcelas", cuenta Rafael Zaragoza. Pero de momento, como confirma la edil, no hay posibilidad de ampliar el número de parcelas.
"Esta actividad es muy buena para ellos -indica Marisa González- porque les sirve de ejercicio y para tener luego sus productos hortícolas para su propio consumo, porque no pueden vender lo que saquen. Así, además, los mayores se sienten activos y útiles".