Gobiernos y organizaciones continuaron hoy llamando al diálogo y el fin de la violencia en Bolivia en medio de un respiro en la crisis, tanto por la reunión del Gobierno boliviano con la oposición, como por la cumbre de Unasur.
Los presidentes de los países de la Unión Suramericana de Naciones (Unasur) se reunieron hoy en Santiago de Chile con el fin de ayudar a encontrar una salida a la situación que vive Bolivia, donde en las últimas semanas han arreciado las protestas contra el Gobierno por parte de los líderes opositores de regiones autonomistas y han muerto al menos 30 personas en enfrentamientos.
El canciller chileno, Alejandro Foxley, anunció que Chile, presidente pro tempore de Unasur, propondrá a los otros once países miembros el envío de una misión a Bolivia para mediar entre las partes y garantizar el establecimiento de una mesa de diálogo.
En Bolivia, el Gobierno de Evo Morales y sus opositores ya avanzaron en esa dirección en una reunión que concluyó esta madrugada en La Paz y que continuará hoy mismo para cerrar un primer preacuerdo que puede dar paso a la auténtica negociación.
"Hemos llegado a un punto en que o se acuerda un inmediato cese de las hostilidades y se pasa a la negociación, o la situación se pondrá muy difícil", dijo hoy el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
En declaraciones a una emisora chilena, Insulza opinó que los organismos internacionales no están en condiciones de decirles a los bolivianos "o que tienen que hacer" y que "los acuerdos tienen que ser internos".
No obstante, una misión de la OEA viajará a Bolivia esta semana encabezada por su secretario general.
A su llegada hoy a Santiago, el presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció que iba a explicar a los otros presidentes de Suramérica "sobre un golpe de Estado cívico-prefectural de algunos departamentos en los últimos días".
Para el presidente del Senado de Bolivia, el opositor Oscar Ortiz, el riesgo no está, sin embargo, en que haya un golpe de Estado sino en un "autogolpe" por parte de Morales.
Así lo señaló hoy en una carta dirigida a los presidentes de Unasur a los que pidió una "postura equilibrada" ante la crisis en Bolivia, lo que a su juicio implica "una mediación internacional que ayude a concertar un proyecto de Constitución verdaderamente democrática" y aceptable por todos los bolivianos.
Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, reiteró hoy en la capital chilena que la crisis que afecta a Bolivia es producto de una conspiración "del Gobierno imperialista" de Estados Unidos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) manifestó que "celebra" y "apoya" la iniciativa de diálogo abierta en Bolivia, y llamó a las autoridades de las regiones donde se han registrado actos de violencia a adoptar "medidas inmediatas" para que se respete el Estado de derecho.
También reclamó que se faciliten los mecanismos necesarios para la investigación y sanción de los responsables de la violencia.
El Parlamento Andino instó al Gobierno de Bolivia y a sus instituciones democráticas a adoptar las medidas para superar la crisis, que "atenta contra el bienestar político, económico, social y cultural del pueblo boliviano".
El secretario general de la Comunidad Andina (CAN), Freddy Ehlers, manifestó su confianza en que la reunión de Santiago ayudará a un "mejoramiento" de la "situación delicada" que vive Bolivia, pero opinó que en cualquier caso la solución pasa por la disposición al diálogo de las partes en conflicto.
Los movimientos sociales e indígenas de Ecuador que conforman el "Comité de Solidaridad" con Bolivia, llamaron al pueblo boliviano a "resistir a la provocación" y advirtieron del riesgo de que "el polvorín se reviente en el área andina".
En Quito, el ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, no descartó que en su país puedan también surgir "corrientes desestabilizadoras" como en Bolivia, en referencia al rechazo que el proyecto de nueva Constitución, que será sometido a referendo el 28 de septiembre, despierta en algunos puntos del país como Guayaquil.
"En el supuesto no consentido de que gane el 'No', tendremos un foco de inestabilidad permanente" en Guayaquil, que es el bastión de la oposición ecuatoriana, señaló este fin de semana el jefe del Estado ecuatoriano, Rafael Correa.
El ministro peruano de Relaciones Exteriores de Perú, José Antonio García Belaúnde, opinó que esta ola de violencia en Bolivia "es un problema interno", pero la OEA o los países "amigos" -Argentina, Brasil y Colombia- tienen un rol importante para fomentar el diálogo entre las partes en conflicto.
"Personalmente no creo que Unasur tenga esa función que cumplir", acotó el canciller, tras reiterar que el Gobierno peruano respalda "la vigencia de la democracia, el Estado de Derecho y la integridad territorial" en Bolivia.
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