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España, reino 'bananero'

lunes 13 de diciembre de 2021, 18:00h

Ya lo hemos escrito, el estado español carece de una derecha democrática de ámbito estatal, otra cosa son las derechas nacionalistas no centralistas territoriales. La derecha española no es democrática porque no rompe su cordón umbilical con el franquismo e incluso condena las condenas al franquismo. Eso entre otras cuestiones le impide ser democrática.

Muchas derechas del mundo nunca reconocen las victorias de las izquierdas, puesto que las derechas, representan intereses de poder económico y dominación mundial al objeto siempre de garantizar el capitalismo. Jamás consienten que se cuestione el capitalismo, incluso aunque este destruya el planeta. Pero se alejan la mayoría de apoyar fascismos evidentes. Sin embargo, advertimos, un nuevo autoritarismo ha surgido a nivel internacional y ha sido recibido con alborozo por el derechismo mundial y español, el trumpismo. Aunque Trump no siga de presidente en EEUU su doctrina autoritaria, antifeminista, antisocialista y teocrática tiene vigencia y es un agarradero ante la crisis del capitalismo mundial y las pandemias, para las burguesías y pequeñas burguesías atemorizadas y con miedo a perder o bien que ya han perdido, posición, capital y sobre todo miedo al futuro incierto y el caos capitalista. Esa es la nueva ideología de la derecha españolista, el trumpismo y un nuevo renacimiento ultra monárquico. Libertad para tomar cañas, pero no para ser iguales, tener un salario digno o derecho a una sanidad pública de calidad y por supuesto nada de libertad para poder decidir democráticamente entre monarquía o república.

En el caso español además, la derecha y la prensa a su servicio, casi toda, han emprendido una campaña al objeto de defender y poner en valor a una persona como el rey Juan Carlos que ha defraudo al estado español, ha vivido a base de comisiones de grandes empresas y está imputado por varios tribunales europeos por operar en paraísos fiscales y defraudar. Un rey impuesto por un dictador. Los italianos e italianas cuando cayó Mussolini pudieron votar en un referéndum democrático sobre si querían una monarquía o una república pues su rey había colaborado con el fascismo y Juan Carlos no es que había colaborado con el fascismo español, sino que había sido buscado y aupado al trono por Franco y las Cortes franquistas y como heredero del dictador. Es decir Italia si tiene una Constitución democrática. En el caso español, no solo se nos hurtó el derecho a decidir en 1978 sino que ahora cuando varios grupos parlamentarios piden que se investigue a la familia real y su páter familia resulta que el Parlamento, el Congreso de los Diputados, avalado por unos letrados que ponen la monarquía y sus derechos dinásticos por encima de la soberanía popular que es la base de cualquier sistema parlamentario sea una república o no, lográndose con tal obstrucción leguleya, que no es que se vote no, es que no se pueda votar e investigar siquiera.

Eso nos sitúa como estado bananero y medieval no parlamentario y democrático, se impide actuar en contra de la corrupción real, por una triple alianza de VOX, PP y PSOE más Cs, lo cual nos acerca a las monarquías del Golfo, donde un rey puede más que la soberanía del pueblo, inexistente y sin derechos humanos. Incluso en Chile con una constitución heredada del pinochetismo el presidente Piñera, también jefe del estado va a ser sometido a un juicio por precisamente actuar en paraísos fiscales.

Pero es que en el estado español, la cuestión monárquica va más allá de ser una mera forma de jefatura del estado, puesto que es una fórmula de tolerar la corrupción pues muchos han robado y todos los grupos monárquicos están pringados. La corona es la alianza entre las grandes empresas, los bancos y las grandes fortunas que controlan España, imponen sus leyes y defienden una constitución que impide no solo el avanzar hacia el socialismo, sino que lo único sagrado sean los derechos de la propiedad y las y los propietarios por encima del bien común, la justicia y el reparto.

Somos un país atrasado con vicios políticos que continúan tras la restauración borbónica del siglo XIX y cuando una II República trato de cambiar y modernizar sufrió un golpe de estado más un cruel genocidio ideológico.

Un país con una izquierda oficialista incoherente a la que sus cesiones ante los bancos, la CEOE, los poderosos y el rey provoca que precisamente esa derecha no democrática, pueda ganar elecciones. Luego frenar a las eléctricas y acabar con tanta corrupción gran empresarial y lujuria expropiadora de lo público del capital, también es una forma de construir democracia e igualdad. En el reino de España como en cualquier país bananero, acabar con la pobreza sigue siendo una asignatura pendiente.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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