ley d'hondt

La crisis catalana por el procés secesionista y la política territorial son uno de los temas clave de cara a las próximas elecciones generales, pero no el único. La política de regeneración democrática y las propuestas de reforma de la ley electoral son otro de los frentes en los que los partidos cuentan con grandes diferencias.

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Ahora se dan cuenta, parece. El PP acudía a las urnas de estas elecciones lleno de optimismo pero la realidad de las encuestas la está haciendo cambiar de cara. A Pablo Casado, desesperado por lo que indican estos sondeos, le entran ahora las prisas y ha decidido cambiar de estrategia comunicativa por sorpresa y pide a los votantes de centro-derecha que reflexionen antes de votar por Vox.

El PSOE ha relegado al "último lugar" de la negociación la cuestión de la proporcionalidad en la reforma de la ley electoral. La propia portavoz socialista en el Congreso, Margarita Robles, confirmaba que no consideran este tema como una prioridad tras reunirse con su homólogo de Ciudadanos, José Manuel Villegas.

La reforma de la Ley Electoral es el caballo de batalla de Unidos Podemos y Ciudadanos, las formaciones que más 'sufren' la llamada Ley D'Hondt a la hora de convertir en escaños los votos obtenidos. Ambas formaciones tratan de convencer al bipartidismo (PP-PSOE) de la necesidad de un sistema más proporcional, en el que los votos valgan lo mismo, independientemente del territorio o circunscripción. Aunque el nuestro es un sistema de representación proporcional, existen otras fórmulas que evitan la distorsión entre los votos obtenidos y los escaños asignados. Un ejemplo es el método Sainte-Laguë, que se aplica en Alemania, Noruega, Suecia o Dinamarca, y que garantiza mayor proporcionalidad que nuestro sistema.

Las negociaciones para reformar la ley electoral están bien encaminadas y el Congreso podría votar una propuesta antes de que acabe el año. Así lo han confirmado tanto la portavoz de Podemos en el Congreso, Irene Montero, como su homólogo de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, quienes recordaron que existe una mayoría para sacar adelante la propuesta incluso si el PP opusiera a la misma.

Ciudadanos, IU y Podemos han dicho basta. Desde hace años trabajan por convencer a los dos partidos hegemónicos del país, PP y PSOE, para que abandonen su cómoda postura y cedan en este punto. La alternativa está clara: dejará de haber pactos con ellos si no mueven un dedo para reformar la Ley electoral.

Pese a que la coalición Unidos Podemos se planificó tan sólo para poder dar el 'sorpasso' a los socialistas en las urnas, el plan se queda a medias en su objetivo. Y es que la ley electoral seguiría golpeando a la izquierda real y aunque las encuestas insisten en que el porcentaje de votos sería superior para esta unión de Podemos e IU, junto con otros partidos como Equo, la adjudicación de escaños sería inferior que para el PSOE, que seguiría siendo segunda fuerza parlamentaria.