La muy esperada conferencia de prensa del centrista Francois Bayrou dio lo que era de esperar: No dará consigna de voto a su electorado el próximo 6 de mayo. En cambio la sorpresa mas interesante fue su decisión de fundar un nuevo Partido Democrata, que rompe así con la UDF Unión por la Democracia francesa que fundó en 1978 Valery Giscard D’Estaing.
Con la fuerza de sus siete millones de votos en la primera ronda, Bayrou prepara desde ya la tercera vuelta de esta elección: las legislativas del mes de junio, en donde se preven 469 posibles duelos triangulares entre la izquierda, la UMP y el nuevo Partido Democrata.
Bayrou marcó su independencia con respecto a los dos finalistas. A Sarkozy le acusó de tener un evidente gusto por la intimidación y la amenaza, y le calificó como un político que tiene lazos estrechos con el mundo de los negocios y que quiere concentrar el poder en sus manos. A Ségolène Royal le reprochó su programa favorable a un Estado protector, que agravará la crisis económica en Francia, pero aceptó la propuesta de la candidata socialista de debatir con él de aquí al seis de mayo. Queda por ver si se ponen de acuerdo en las modalidades de ese debate.
Bayrou está mas cerca de Royal en lo que se refiere a la reforma de las instituciones, al abandono del caracter “monárquico” de la actual quinta república y a una cierta idea que ambos se hacen de la Democracia. En cambio está más cerca de Sarkozy en lo económico, aunque estima que su programa como el de Segolene agravarán la deuda pública en Francia.
Bayrou ha salido reforzado de esta elección presidencial con 18% de votos, tres veces más que en el 2002. El Partido Demócrata nace y entierra a su paso a los tránsfugas de la UDF que han dado su apoyo a Sarkozy, poniéndose a la sombra del esperado poder. Sarkozy ha amenazado ya a todos los diputados UDF que le no le rindan pleitesia. “Es el más fuerte – ha dicho- quien debe ahora tender la mano”. Las legislativas no serán fáciles para Bayrou, pues la influencia local a veces juega más que el programa político, pero el dirigente centrista ha aceptado el desafío de Nicolas Sarkozy. Bayrou ha rechazado la intimidación y se prepara pues a la tercera vuelta, en la que el presidente o la presidenta de Francia deberán encontrar una mayoría legislativa para poder gobernar. Bayrou persiste y firma. Entre derecha e izquierda hay espacio para el centro, sobretodo ahora que el Partido Comunista Francés y los ecologistas han desaparecido electoralmente hablando, mientras que la extrema izquierda y los altermundialistas con indudable influencia social, no tienen vocación gubernamental.
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