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En el abismo: Bolivia bajo Evo Morales y el MAS*

En el abismo: Bolivia bajo Evo Morales y el MAS*

domingo 28 de junio de 2009, 13:03h
Introducción

Cuando Evo Morales ganó las elecciones presidenciales de Diciembre de 2005 con una admirable victoria, fue una señal de un nuevo capítulo en la historia política de la nación. Por primera vez en décadas, un candidato había ganado la mayoría electoral, llegando casi a un 54 por ciento del voto y además controlando la cámara de diputados en el Congreso.

Morales, un indígena que aún se mantiene como jefe de los sindicatos cocaleros, heredó un país que había vivido durante tres años una crisis permanente, resultado de una desilusión de los partidos políticos tradicionales.

El partido político de Morales, Movimiento al Socialismo – Mas, se basó en una coalición de movimientos sociales y étnicos que habían operado fuera de las estructuras de un partido político y cuyas preocupaciones se habían mantenido desatendidas por mucho tiempo por la estructura del poder dominante de élite. Los partidos tradicionales, que tradicionalmente apoyaban las estrategias de Washington sobre reformas de libre mercado y aquellas que
significaban menor participación del Estado fueron desacreditadas y devaluadas.

A pesar de ser étnicamente Aymara (y sin embargo no habla el idioma aymara) y cuya raíz viene de los movimientos sociales cocaleros, Morales disfrutó de un fuerte apoyo electoral de la clase mestiza o clase media de tez clara, señalando así un giro en la conciencia política tradicional y un quiebre en las estructuras de partidos políticos tradicionales. Cuando Morales se convirtió en Presidente, prometió la “refundación” de la República de Bolivia basada en preceptos indígenas y socialistas que serían consagrados en una nueva constitución, con un fuerte repudio a las relaciones con los Estados Unidos y sus esfuerzos anti narcóticos, y fundamentalmente con nuevas leyes que darían una restructuración sobre inversiones extranjeras. Sin embargo, él prometió trabajar con todos los bolivianos dentro de un contexto de respeto al Estado de Derecho y la tolerancia.

Esas promesas han sido violadas casi desde el inicio del gobierno del MAS, llevando así a Bolivia a su peor crisis política desde el reñido retorno a la democracia en 1982.

Recientemente, Morales se proclamó como Marxista-Leninista, disminuyendo aún más las perspectivas, de poder desarrollar una estructura política plural y tolerante. Mientras el gobierno se ha calificado como nacionalista, y ha dicho que no aceptaría interferencias extranjeras, los extranjeros han influido más en este gobierno que antes – desde aquellos intelectuales que han ayudado a redactar la nueva constitución, la doctrina militar, hasta la presencia significativa de militares venezolanos y asesores gubernamentales con participación directa en los registros de votantes; hasta la presencia cubana e iraní en las estructuras de inteligencia y dentro de las actividades económicas.


El gobierno de Morales ha permitido el incremento en las relaciones formales e informales con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC, señalada como un grupo terrorista y traficante de drogas tanto por los Estados Unidos como por la Unión Europea.

Las relaciones entre Bolivia y Estados Unidos se encuentran en sus peores momentos y a pesar de conversaciones de alto nivel diplomático, es poco probable que la situación vaya a cambiar en un futuro cercano. Esto debido en parte a las relaciones que mantienen asesores cercanos a Morales, incluyendo su vicepresidente, a grupos armados de la región.


El pasado como un prólogo a la Presente situación

Desde que se ganó la independencia de España en 1825, Bolivia ha vivido a través de largos periodos de inestabilidad usualmente bajo las manos de gobiernos militares autocráticos, salpicados por breves periodos de estabilidad. Una medida de la volatilidad política de Bolivia es que ha sufrido más de 200 golpes de estado y revoluciones en sus 184 años de existencia. Una excepción notable es el periodo de 1982-2003, cuando un proceso
democrático aunque frágil, mejoraba y la institucionalidad empezaba a tener raíces.

Un país enclaustrado, cuya extensión es el doble del Estado de Texas, con una población de aproximadamente de 8 millones, Bolivia es el país menos integrado en el hemisferio, con 36 lenguas nativas y una geografía que abarca de la Cordillera de Los Andes a las cuencas del Amazonas. El gobierno central que se ejerce desde las montañas occidentales de La Paz, tradicionalmente ha tenido muy poco control fuera de las grandes ciudades y en las regiones
bajas, teniendo incluso poca autoridad en algunos centros urbanos.

Mientras que los grupos étnicos más grandes han vivido tradicionalmente en las alturas, los grupos indígenas de las tierras bajas son pequeños y dispersos, y no cuentan con un idioma o cultura que los unifique. La historia moderna de Bolivia puede ser señalada desde la Revolución de 1952, dirigida por el Movimiento Nacionalista Revolucionario - MNR, el cual inició un periodo de profundas reformas, nacionalización de minas (en ese momento era la principal vía de ingresos del país), reforma agraria, emancipación de la mayoría indígena que accedió a procesos electorales, y la asignación de una parte importante pero no significativa en cuota de poder a radicales ubicados en sindicatos marxistas, particularmente en las regiones económicas mineras importantes.

El periodo del MNR duró hasta 1964, cuando un golpe militar señaló el inició de una nueva era de inestabilidad. Por los siguientes 18 años la nación estuvo gobernada por una serie de dictadores militares autocráticos, que algunas veces además eran brutalmente corruptos, muchos apoyados por los Estados Unidos como baluarte contra la expansión del Marxismo.

La dictadura más larga fue la del General Hugo Banzer (1971-1978). Luego de una gran pelea de los sindicatos y grupos de derechos humanos, partidos políticos tradicionales, la Iglesia Católica y eventualmente la comunidad empresaria, la norma democrática fue restablecida en 1982 y los militares volvieron a sus cuarteles.

La debilidad y la fragmentación de los partidos políticos tradicionales durante el retorno tumultuoso a la democracia aseguraron que ningún candidato pueda alcanzar la mayoría en las elecciones; dejando a que el Congreso eligiera al presidente después de cada elección.

Mientras las elecciones eran libres de fraudes electorales, los principales partidos de forma alternativa llegaban al poder a través de un sistema de “democracia pactada” donde los partidos importantes se aseguraban un lugar en la mesa y se turnaban rotativamente la presidencia. Esto cambió dramáticamente cuando el gobierno elegido de Gonzalo Sánchez de Lozada colapsó luego de los disturbios del 2003 liderados por Morales, dejando a La Paz sin suministros de comida y productos básicos. Cuando las fuerzas del orden fueron ordenadas a levantar los bloqueos de carreteras, docenas de personas murieron en enfrentamientos violentos. Si bien se trata de mostrar como una masacre por parte de las fuerzas gubernamentales, la realidad es que los protestantes tienen una responsabilidad significativa de la violencia vivida.

El líder Felipe Quispe tres años después, cuya historia se detalla más adelante, admitió del incidente que la crisis, era en realidad una emboscada, llevada a cabo por sus seguidores indígenas, siguiendo ordenes directas suyas.

Sánchez de Lozada fue forzado a renunciar y hoy vive en Washington D.C. La renuncia dio lugar a una serie de gobiernos civiles hasta que finalmente se dieron lugar las elecciones presidenciales en Diciembre de 2005.

En los 3 años y medio de gobierno, Morales ha sido exitoso fundamentalmente reordenando las estructuras políticas, la economía y las fuerzas armadas. Entre las principales etapas
tenemos:
  • Programas empresariales para redistribuir significativamente la riqueza de la nación,incluyendo el aumento del Bonosol, y expandiendo los programas de desayuno escolar.
  • Alineando a Bolivia más cerca a Venezuela, Cuba e Irán, mientras se mantiene totalmente opuesta a Estados Unidos, y expulsando a su embajador y oficiales diplomáticos.
  • Haciendo un corte completo con las políticas anti narcóticos apoyadas por décadas por EE.UU, con la expulsión de sus agentes.
  • Alterando significativamente las reglas de inversión extranjera a favor del Estado Boliviano, cosechando así una ganancia inicial para el gobierno;
  • Patrocinando y supervisando la reforma radical de la constitución, incluyendo la redistribución de poder a los pueblos indígenas y abriendo la puerta para una amplia reforma agraria;
  • Asignando a los más leales al partido, a posiciones claves que estaban reservadas para profesionales y no políticos, tal como el de contralor general;
  • La purga de tres generaciones de oficiales militares, incluyendo a 28 generales, principalmente porque esos oficiales estaban opuestos al rol directo del gobierno deVenezuela dentro de las Fuerzas Armadas Bolivianas.
  • Ampliando y mejorando los derechos de los pueblos indígenas.
Sin embargo, el costo de estos cambios rápidos y radicales ha sido alto, y bien podría augurar el fin de la integridad territorial boliviana así como su existencia como un estado libre y democrático. El tenor de Morales ha sido marcado por:
  • Tensiones regionales y étnicas sin precedentes que han llevado a violencia; 
  • La desinstitucionalización sistemática de las estructuras democráticas y frágiles de la nación, incluyendo la judicial y de aquellas oficinas de auditoría independiente;
  • La restructuración completa de las fuerzas armadas bajo el patrón del modelovenezolano, integrando a las fuerzas armadas a llevar roles tradicionalmente cívicos;
  • La restructuración radical de la doctrina militar, apoyando la guerra asimétrica, tácticas apoyadas y manipuladas por grupos islámicos radicales y formalmente adoptadas porHugo Chávez y las fuerzas armadas venezolanas.
  • Una reestructuración completa del aparato de inteligencia del gobierno, asesorada por los venezolanos y cubanos, expertos en seguridad interna.
  • Una confrontación permanente, insultos y ataques verbales y físicos a miembros de la prensa, conduciendo a expresiones de preocupación internacional;
  • Una creciente intolerancia hacia la oposición formal, con el uso de movilizaciones, a menudo violentas para intimidar a la oposición y con amenazas de confiscarles su propiedad privada, afectando gravemente los derechos legales de la minoría;
  • Corrupción significativa, que ha alcanzado a círculo interno del MAS;
  • El incremento en el tráfico de drogas, en parte por el cambio en la naturaleza del tráfico de drogas en Latinoamérica y en parte por las propias políticas de Morales, quehan acelerado el proceso generalizado de penalización;
  • Un amplio quiebre del Estado de Derecho y el uso de la detención ilegal a líderes de oposición;
  • El crecimiento de relaciones con FARC y otros grupos armados en Latinoamérica;
  • Preocupaciones legítimas sobre la amplia intervención extranjera, incluyendo evidencia que el padrón electoral ha sido violado por oficiales venezolanos. Esto juntoal hecho que al gobierno cubano (un aliado muy cercano a Morales y Chávez), sin ningún tipo de historia democrática, se le otorgó un contrato para diseñar e imprimir pasaportes Bolivianos, y por tanto con acceso a todos los archivos de identificación y registro civil. Ambos pudieron ser usados para asegurar al MAS las victoriaselectorales, sin importar los verdaderos resultados electorales.
El gobierno no ha estado solo en la creación de tensión; y los enfrentamientos políticos no se han producido al vacío. Los grupos de oposición regional en la parte este del país, llamada por todos como la Media Luna, (con los departamentos de Beni, Pando, Santa Cruz, Tarija y Chuquisaca), particularmente aquellos que se encuentran en Santa Cruz han tenido sus propios incidentes de violencia y ataques físicos contra aquellos que apoyan al gobierno. La retórica dura del grupo, llama a romper lazos con el gobierno
central y ocasionalmente a no reconocer la autoridad del gobierno central, que ha alimentado las preocupaciones del gobierno sobre la existencia de movimientos secesionistas, y con la separación del país. Las regiones amenazan con cortar los productos básicos y servicios hacia el occidente; y hay algunas protestas violentas y públicas contra la fuerte presencia militar venezolana que ha exacerbado las tensiones.

La Encrucijada Histórica

Por primera vez en su historia, Bolivia enfrenta cuatro fracturas históricas que hacen peligrar la existencia del país como una entidad política, y su sistema democrático libre se encuentra muy frágil, en una coyuntura crítica cuando las reglas de una participación política viable en un segmento grande de la población se encuentran en peligro. Las fracturas en esta encrucijada, en una Bolivia étnica y geográficamente diversa, no son nuevas pero nunca se
sintieron tan profundas en el pasado. Ellas son:

  • Étnicas – entre los indígenas de occidente (aymaras y quechuas) y los mestizos;
  • Regional – entre las regiones más altamente pobldadas de occidente, regiones de LaPaz, Oruro, Cochabamba y Potosí y la Media Luna;
  • Social – entre ricos y clase media, y la mayoría del pueblo que viven cerca a lapobreza o en la pobreza;
  • Política – entre la clase tradicional que cree en libre mercado y que fueron apoyadospor décadas por dictadores militares (la mayoría de la Media Luna), y la izquierda,una de las más radicales en Latinoamérica y dirigida fuertemente por los sindicatos obreros y los movimientos campesinos que han asumido de gran forma al socialismo(la mayoría en el occidente).
Una preocupación particular, a pesar que nunca fue aclarada, fueron los incidentes del 11 de septiembre de 2008, en el Departamento de Pando, que dejó a 13 personas muertas durante disturbios que duraron dos días. Reportes multiples muestran que partidarios del gobierno querían marchar a Cobija, la capital de Pando, y se enfrentaron violentamente con un grupo partidario de Leopoldo Fernández, Prefecto de Pando. La mayoría de los muertos era
partidarios del gobierno.

Este caso será examinado con mayores detalles más adelante, porque los reportes oficiales descuidarón mencionar la retórica enardecedora de una autoridad de gobierno, cercano a Morales y en quien Morales confía mucho, quien dos semanas antes a la violencia dio un discurso prometiendo “enterrar a Fernandez para que descance en paz junto a los gusanos”.

Otro incidente que ha recibido muy poca atención internacional fue el ataque a una estación de televisión en Yacuiba, el 21 de junio de 2008, en el departamento de Tarija, poco antes que el departamento fuera al referéndum departamental por autonomía. El vehículo usado para el ataque fue supuestamente alquilado por la embajada venezolana y a cargo de un
oficial activo de ejército, que estaba asignado al palacio presidencial, y que junto a otros fueron arrestados en el ataque, que la opsición ha denunciado como “terrorismo de Estado”.

Lo que está claro es que el gobierno de Morales ha estado buscando constantemente expandir el poder del gobierno central y al MAS (indistinguible en el nuevo modelo), sofoca a los opositores, silencia o compra medios de prensa críticos, gastando el dinero del estado en periódicos oficiales del gobierno, estaciones de radio y canales de televisión; ganando control
de todas las palancas del poder estatal. El analista político René Antonio Mayora señala:

"Desde el principio, en un conglomerado de sindicatos cocaleros forzados a tomar una acción directa, el MAS ha sido un moviminto esencialmente autoritario y antidemocrático, donde el debate interno, aceptar o disentir, y el choque de ideas son conceptos extranjeros. Como partido de gobierno, el MAS se ha convertido en una organización controlada por un gurpo pequeño de personas cuyo ejercicio de poder, a nombre de los movimientos sociales indígenas y cuyos miembros, como el vicepresidente García Linera o el Ministro de la presidencia Juan Ramón Quintana nunca fueron miembros del MAS, y que se unieron al partido durante el proceso electoral".

En el modelo del MAS, los límites democráticos tradicionales entre los movimientos sociales y el gobierno se borran, lo que significa que uno está adentro o está afuera, sin que exista un punto intermedio tolerable. La fusión del partido, el movimiento social y el gobierno se demuestra en el propio Morales, que tiene las tres posiciones al mismo tiempo: presidente de
la nación, presidente de los sindicatos cocaleros, y líder del MAS. El modelo depende en una constante movilización de sus seguidores para pelear contra el enemigo, lo que a su vez implica una necesidad constante de un enemigo, lo que a su vez explica lo que es inexplicable y parecieran innecesarios los conflictos en lo que ha entrado Morales.

En esta construcción, las negociaciones son el último recurso, tomados a regaña dientes y sólo cuando no hay la suficiente fuerza para imponer el deseo del MAS. La voluntad del MAS para usar “medidas de fuerza” de forma coercitiva al poder legislativo (rodeando el edificio del congreso con miles de seguidores del gobierno, golpeando a miembros de la oposición, con una huelga de hambre presidencial y bloqueando las principales carreteras del país son las tácticas que se usan) hacen dar cuenta que las negociaciones sólo se llevan a cabo cuando existe coacción. El hecho que incluso los ataques más violentos son tolerados, y que son abiertamente apoyados por los seguidores del MAS, hacen dar cuenta que el gobierno del MAS llega a las negociaciones como último recurso en vez que sea el primer recurso.

Mayorga señala: “el gobierno de Morales opta públicamente por la política de la confrontación y la imposición no democrática de su mayoría electoral, y está dispuesto a eliminar o a acorralar a la oposición en el Congreso, a imponer su agenda en la asamblea constituyente, controlar el poder estatal, y debilitar a los prefectos de oposición ….está claro que el gobierno del MAS se ha convertido en una parte fundamental de la crisis política, ni siquiera en una alternativa que podría ser la solución.”

Quizás, el acto más atroz de violencia vino el 7 de Marzo del año en curso, cuando un grupo de indígenas atacó y buscó quemar la casa del ex vicepresidente Victor Hugo Cárdenas, mientras su familia se encontraba al interior de la misma. Cárdenas, es un líder indígena aymara muy respetado, y que fue vicepresidente de Sánchez de Lozada en la gestión de 1993-1997. Él, no se encontraba en la casa cuando empezó el ataque, pero si estaban su
esposa e hijos. Después que la orda rompió la puerta de la casa, y trató de incendiarla, la familia que estaba en el segundo piso bajo, para salir del inmueble y fue entonces que fueron golpeados por la multitud de gente y tuvieron que ser hospitalizados por dos días. Cárdenas había solicitado protección mediante cartas, a la policía regional de La Paz, y había señalado
que él tenía información que iban a ser atacados. Durante el ataque, que duró varias horas, los comandantes de la policía más cercana al lugar no respondieron a las urgentes llamadas de la familia Cárdenas, que buscaban protección. Nadie ha sido arrestado a pesar que todo el incidente que fue grabado y presentado en prensa.

Lo impactante no fue el ataque en sí mismo a una figura pública muy respetada, sino la justificación pública por los perpetradores del hecho, y la tardanza del gobierno a condenar públicamente la acción, pareada a su vez con justificaciones de autoridades por el ataque. Vale la pena notar que incluso la respuesta tímida del gobierno vino sólo después que tres gobiernos europeos formalmente protestaron por el ataque, cuando grupos de derechos humanos internacionales condenaron el incidente y hubieron otras expresiones
internacionales de preocupación.

“Nosotros no perdonamos a aquellos que traicionan a nuestro hermano Morales,” dijo el líder de las 400 personas que atacaron, Alfredo Huaynapaco a la Associated Press, indicando que el movimiento fue en represalia a las visiones políticas de Cárdenas. Algunos días después Morales negó que su gobierno fuera responsable del ataque, pero si hizo eco de los atacadores: “El pueblo no tolera o perdona a los Traidores.” El dijo que Cárdenas “había mentido sobre él mismo, acerca del gobierno, la nueva constitución, y el amplio fraude”.

Estas mentiras son las que causan una reacción, añadió el Vicepresidente García Linera y dijo: “La pregunta que Victor Hugo Cárdenas necesita hacerse a sí mismo es, qué daño ha hecho a sus vecinos, a la comunidad, para que pueda ser criticado y repudiado. Esa es la pregunta que él tiene que responder a la historia.” Human Rights Watch señaló “que tal ambigüedad del gobierno disminuye el estado de derecho en Bolivia.”

El propio Morales ha sido claro sobre los puntos de vista hacia toda la oposición al MAS y su plataforma, calificándolos como traidores. Vale la pena notar que en el discurso a sus seguidores, el 27 de marzo de 2009 Morales dijo: Quiero decirles, compañeros y líderes de sindicatos, a todos ustedes, que si no están con el partido oficial del MAS en este momento, están con la oposición. Si están con la oposición, entonces son de derecha, de los racistas
fascistas, de los neoliberales, ha llegado el momento para las definiciones, o están con el MAS o son fascistas. No hay punto intermedio. Deben definirse.

Luego, Morales dijo a sus seguidores que el objetivo principal en las elecciones de diciembre sería obtener la mayoría en diputados y en senadores en el congreso, de tal forma que “desde diciembre de este año realmente se tiene que alcanzar el poder, lo que significa que debemos tener el poder ejecutivo, el poder legislativo y el poder judicial. En este momento no
tenemos el poder, sólo tenemos el gobierno. Hacemos lo que podemos por decreto.”


Las declaraciones fuertes y en aumento “nosotros contra ellos”, y el abierto desprecio por frenos y contrapresos nos hace ver un contexto preocupante de otras declaraciones de Morales y líderes del MAS. En numerosas ocasiones Morales ha repetido que él no ha llegado al palacio presidencial como una “visita o alguien de pasada,” “hemos venido para quedarnos por un largo tiempo hasta que cambiemos Bolivia. No lo digo esto sólo por mí,
sino por los movimientos sociales que están en palacio.”
A pesar de las divisiones profundas y de la mala disposición, Morales se mantiene como la figura política más popular en el país, mientras que la oposición se mantiene dividida sin una figura creible y unificadora. Tal vez, es más preocupante en un nivel internacional el aumento de la dependencia de Morales en estados autocráticos y no democráticos, por el apoyo financiero, militar y de inteligencia. Los estados más importantes son Venezuela e Irán, junto a Cuba y Nicaragua. Es muy particular tomar nota de Hugo Chávez de Venezuela, que cada año paga decenas de millones de dólares a importantes líderes militares, y construye campamentos militares de avanzada, mientras provee entrenamiento en inteligencia y equipamiento. Por los menos 0 millones por año va para el pago anual del programa “Bolivia Cambia, Evo Cumple.” Nada del dinero
pasa a través de los procesos administrativos regulares, más bien fluye directamente de la presidencia sin ningún tipo de supervisión o rendición de cuentas.



La ayuda de Irán y sus actividades son igualmente opacas, sin programas de ayuda o programas bilaterales, sin que pasen por los canales normales, institucionales para su aprobación y supervisión. Mientras que el gobierno de Irán ha prometido mil cien millones de dólares en ayuda a Bolivia en los siguientes cinco años, pocos de los programas anunciados realmente han empezado. Los únicos registros públicos del gasto de estos recursos son los
anuncios presidenciales de programas en los que se fuera a utilizar esos fondos, y a menudo los progamas que fueron anunciados son inexistentes.

La cantidad de ayuda iraní y venezolana, ha superado de lejos lo que Estados Unidos estaba otorgando a Bolivia, y que ha sido sólo posible por la bonanza en los precios del petróleo para ambos países a principios de esta década.

Mientras que Chávez ha estado hablando acerca de atizar una revolución en Latinoamérica, esto no fue posible sino hasta que tuvo el dinero para hacerlo, para que el plan pueda materializarse. Irán no tenía ningún interés en Latinoamércia hasta que obtuvo un paria internacional, y tuvo el dinero del petróleo para empezar a perseguir las alianzas no tradicionales en Latinoamérica y Africa.

Si Irán y Venezuela, co fundadores de la OPEP, no tuvieran un interés común en hidrocarburos y no tuvieran los ríos de ganancias para financiar sus sueños, sería poco probable que la alianza sea un factor central en la política exterior de cada nación. Sin embargo, la relación ha venido a definir las iniciativas claves en política exterior para ambos países.

A pesar de los pronunciamientos de ambos líderes de ambos países en contrario, hay indicios que mientras el precio del petróleo se mantenga bajo, ni Venezuela ni Irán podrán mantener sus políticas expansionistas. Por ejemplo, el presupuesto venezolano, se ha realizado sobre la base, que el precio del petróleo se encuentre en el barril, cuando en realidad ha estado por debajo los para la mayor parte del 2008 y parte del 2009, a pesar que, el precio del petróleo recientemente ha subido a un precio cerca a los el barril. A pesar de tener reservas significativas, Venezuela se ha visto forzada a someterse a un ajuste de cinturones, así como Irán.

Esta completa ausencia de transparencia en las relaciones bilaterales es de preocupación particular porque Chávez abiertamente ha acogido y ha llamado a sus aliados a adoptar una doctrina militar de la guerra asimétrica contra los Estados Unidos, y que explícitamente apoya el uso de atentados suicidas, víctimas civiles en masa, y la creación de movimientos guerrilleros irregulares a lo largo del continente Latinoaméricano, en respuesta a su percepción de la política “imperialista” de dominación y una gran y fuerte posibilidad de un
ataque de los Estados Unidos. Esto será discutido más adelante en detalle.

El hecho que Chávez ha prometido repetidamente mandar a los militares venezolanos en apoyo a Morales en caso de disturbios y crear como dijo el Che Guevara un guerrillero Argentino/Cubano “uno, dos, tres Vietnams” en Latinoamerica, no es insignificante, especialmente dado su apoyo documentado a movimientos regionales armados tales como las FARC y su compra masiva de armas.

El propósito de este documento no es recontar todas las batallas políticas que han sido peleadas, ni los comicios de referéndum, las batallas judiciales o las multiples y ampliamente documentadas irregularidades en la reforma de la nueva constitución. Tampoco examina todo el programa económico como el de la “nacionalización” de las industrias de hidrocarburos. Más bien, mira a los factores que representan un peligro significativo no sólo para la sobrevivencia del país sino para la región, y para los Estados Unidos.


El Ascenso al Poder de Morales y el MAS

Es imposible entender el fenómeno de Evo Morales y el MAS sin entender algunos de los factores económicos e históricos que llevaron a la desparición del orden político tradicional en Bolivia y el ascenso del movimiento radical populista/indígena que barrió con el poder. El fenómeno de Morales es una medida de la profunda falla de los gobiernos anteriores, todos que siguieron un modelo de libre mercado diseñado para frenar la hiperinflación a principio
de la década de los 80’s y la creación de un modelo económico con menor participación estatal a través de la privatización, la capitalización, para llevar los beneficios a la mayoría de la población.

Morales no se encuentra solo en esta ola de descontento que ha traído una nueva generación de líderes populistas con rabia y que se autoidentifican con la revolucionaria izquierda en poder en Latinoamérica.

Además, de Chávez en Venezuela, Morales en Bolivia hay la elección de Rafael Correa en Ecuador, la elección de Fernando Lugo en Paraguay, con la reelección, después de una década fuera del poder del líder Sandinista Daniel Ortega en Nicaragua. Este grupo se encuentra en contraste con una izquierda más institucional y no violenta en Latinoamérica, la cual también ha tenido victorias significativas, siendo la más notable la del Brasil con Luis Ignacio Lula Da Silva y Michelle Bachelet en Chile. La elección de Mauricio Funes y las ex guerrillas del FMLN en El Salvador se dio lugar gracias a la ayuda de ambas izquierdas, y el FMLN como partido se encuentra profundamente dividido, viendo a cuál de las izquierdas debe seguir.

El modelo de libre mercado en Bolivia, referido a menudo en Latinoamérica como el modelo neo-liberal ha incluido la privatización de muchas industrias que fueron por mucho tiempo del Estado, así como al cierre de minas que ya no otorgaban ganancias, y que antes fueron la columna vertebral de la economía boliviana. El gobierno de Sánchez de Lozada trató de buscar un modelo modificado al de la privatización, permitiendo a las compañías extranjeras “capitalizar” empresas del estado, a cambio de participación propietaria. Mientras el estado mantenía el 51% de acciones de las compañias, los inversionistas privados tenían una gran participación en la administración; y de esa forma las compañias estatales estaban lejos de ser motínes políticos como lo fueron en el pasado. La mayor parte del dinero que se obtuvo
al hacer esto, con los sectores de la aviación, hidrocarburos, trenes, electricidad y telecomunicaciones, fue puesto en un fondo fiduciario de cuyas ganancias se financió programas para los jubilados más pobres y para los estudiantes. De hecho, muchos de los programas como el Bonosol, se han mantenido, y han sido incrementados por Morales bajo otro nombre diferente.

Las empresas se modernizaron, particularmente en lo que se refiere a los servicios de telecomunicaciones. Sin embargo, el proceso de poner fin al subsidio a empresas estatales que no eran rentables, particularmente con el cierre de minas, llevó a una relocalización masiva y la migración de habitantes del occidente a las tierras bajas. También hubo la percepción generalizada, que en temas de pobreza y de emancipación social no estaban siendo atendidos por la clase política no indígena y que eran vistos haciéndose ricos indebidamente del proceso de capitalización.

La corrupción desenfrenada en este periodo y las numerosas irregularidades en los procesos de privatización alimentó el sentimiento de desilusión y crecieron las demandas para un cambio profundo, centrado en la convocatoria a una asamblea constituyente, que Chávez había hecho exitosamente. Morales llegó al poder sobre esa ola de desilusión y la promesa de un nuevo empiezo nacional. En los 20 años antes, que Evo Morales llegara a la presidencia, él fue la cabeza de los sindicatos cocaleros en el Chapare, una posición que aún
mantiene.

La hoja de coca es la materia prima que se utiliza para hacer cocaína, y también tiene un uso tradicional medicinal, cultural y religioso, tanto entre los Aymaras como entre los indígenas Quechuas. Sin embargo, la mayor parte de la coca para uso tradicional, para masticar, crece en la zona tradicional de Los Yungas, una región con una elevación apta para el cultivo de una hoja de alta calidad. Los Yungas provee con la suficiente hoja de coca para los
requerimientos tradicionales en la demanda de ésta.

De acuerdo con la biografía oficial de Morales, él se traslado al Chapare desde Oruro, en 1980, cuando tenía 20 años, después que las tierras de su familia desaparecieron. El Chapare, es una región que se encuentra entre las faldas de las montañas de Los Andes y las cuencas del Amazonas, y en principio fue poblada fuertemente por indígenas de occidente. La mayoría llegó buscando tierra y oportunidades económicas, al ver que la industria minera había colapsado y la producción agraria había disminuido en las tierras altas, además que la tierra cultivable cada vez era más escasa.


El Inicio en gran escala del Tráfico de Drogas en El Chapares

La migración masiva al Chapare, coincide con el inicio de operaciones del tráfico en gran escala del Cartel de Medellín en Colombia. Mientras el cartel, bajo la dirección de Pablo Escóbar y Gonzalo Rodríguez Gacha, tuvieron la habilidad de trasladar cocaína y venderla en los Estados Unidos, la mayor parte de la hoja de coca utilizada para hacer la droga, crecía en nuevas regiones productivas como el Valle de Alto Huallaga en el Perú y en el Chapare en Bolivia.

El incentivo financiero de la industria de la cocaína establece dos dinámicas en progreso. La primera fue la rápida expansión de la cultivación de coca en Perú y Bolivia, conduciendo a una afluencia de colonizadores en esas regiones. El centro de la actividad en Bolivia fue el Chapare y los sindicatos de cocaleros, bajo el liderazgo del Morales, eventualmente crecieron para ser una fuerza económica en la región. La segunda es la confrontación permanente de los cocaleros con el gobierno boliviano y los Estados Unidos por las políticas
anti drogas, centradas en la interdicción de pasta de cocaína y la erradicación de la hoja de coca.

La premisa básica de la estrategia de interdicción financiada por los Estados Unidos era que, sin la materia prima, la producción de cocaína bajaría. Un grupo de élite de la policía anti drogas entrenada en los Estados Unidos construyeron una base permanente en el Chapare para poder llevar adelante la política de interdicción, bajo la asesoría y entrenamiento de agentes de la DEA que también estaban en la base. Hay reportes confiables que la policía anti drogas cometieron abusos, no sistematicos pero serios, de derechos humanos contra las comunidades de los cocaleros.

Los cocaleros mantienen que la hoja de coca, que tradicionalmente se cosecha dos o tres veces al año, no puede ser remplazada por otros cultivos de desarrollo alternativo. También argumentan que si ellos cosechan coca no debieran ser penalizados, que no es culpa de ellos si otros toman los cultivos tradicionales con propiedades medicinales y culturales, y los convierten en una sustancia que es abusada por personas lejos de este país. La línea oficial
de Morales y otros cocalero era, que ellos simplemente vendían la hoja de coca y que no sabían para que era usada, de esa manera ellos no estaban involucrados en tráfico de drogas. Sin embargo, era claro desde el principio, que la gran mayoría de la cosecha de coca en el Chapare era para la producción de cocaína. Para contrarestar esa realidad y dar a la coca del Chapare, ese uso legítimo, uno de los programas anunciados por Venezuela en Bolivia es ayudar a desarrollar usos comerciales para la coca, incluyendo pasta de dientes, jabón y usos farmacéuticos. En el pasado ha existido muy poco éxito en los esfuerzos de comercializar la hoja de coca.



En los últimos años, ambas dinámicas tienen repercusiones profundas para Morales y el círculo interno del MAS, y han contribuido directamente a su ascenso al poder. La base social de Morales, su capacidad para aprovechar y liderar un movimiento social en constante conflicto con el gobierno, su conflicto permanente y resentimiento con la DEA y los Estados Unidos han sido formados por esas anteriores batallas. Las raíces de su intenso desprecio para ambas, la clase política tradicional y sus instituciones, particularmente la
policía y el ejército, también se encuentra acá. Sus raíces explican también la imposibilidad política, que su gobierno pueda atender asuntos como la erradicación de la coca.


El Cambio en la Naturaleza del Comercio de la Cocaína

Es importante entender las dinámicas complementarias del comercio de la cocaína en Bolivia, ya que las mismas han evolucionado con el tiempo y tienen un impacto directo en la situación de hoy. La actual situación se distingue por los siguientes desarrollos:

  • El aumento de producción de cocaína refinada (HCL) en Bolivia, que principalmente está dirigida al mercado brasilero.
  • La producción generalizada de HCL en laboratorios pequeños que dependen de lanueva tecnología y técnicas que hacen que la producción en pequeña escala sea económicamente viable y mucho más eficiente.
  • El lento pero, constante incremento en los cultivos de hoja de coca, luego de años en declive.
  • El aumento en la sofisticación de las organizaciones de tráfico de drogas bolivianas.
Las mismas tendencias, en pequeña escala están en marcha en el Perú, permitiendo el renacimiento de las guerrillas tan temidas de Sendero Luminoso. Mientras existen incautaciones de gran escala en los últimos meses, Latinoamérica, Naciones Unidas y las Autoridades de EE.UU acuerdan que existe un incrementeo fuerte y duro en la producción de cocaína y el tránsito por Bolivia y Perú. El General Oscar Naranjo, Comandante Nacional
de la policía colombiana afirmó recientemente en Colombia, que debido a la debilidad de los grupos tradicionales que se desicriben a continuación, en Colombia ya no se produce el 90% de la cocaína del mundo, como fue el caso de las dos últimas décadas. Más bien, señaló que Colombia produce 54% de HCL del mercado mundial “viniendo el resto de Perú y Bolivia.”

Al mismo tiempo al norte de Bolivia, especialmente en la región cercana a Cobija, se ha convertido cada vez más, en un punto de trasbordo de cocaína peruana, la cual también se está incrementando con sus mercados objetivos, Brasil o Europa. Esto ha llevado a una ola de violencia sin precedentes en el área conocida hoy como “La Triple Frontera Boliviana”, donde Perú, Bolivia y Brasil se encuentran. La ola de matanzas en las cercanías de Cobija son descritas por un oficial boliviano como la punta del iceberg, porque se relacionan con el tráfico de drogas, que “es el crímen que muestra la gran conectividad con otros crímenes graves cometidos en Cobija: muertes, robos, asaltos, robo de vehículos y otros.”

A finales de la década de los 70’s, bajo los regímenes dictatoriales militares, principalemente del General Hugo Banzer Suárez, el tráfico de drogas se convirtió profundamente arraigado en la estructura del poder estatal. Su culminación se alcanzó en el régimen brutal del General Luis García Meza en 1980-1981, y su cúpula militar denominados “los coroneles de la cocaína”, que convirtieron a Bolivia (con la ayuda del criminal nazi Klaus Barbie) en la tierra del tráfico de drogas. Ambos García Meza y su notable Ministro del Interior Coronel Luis Arce, se encuentran presos cumpliendo sentencias por crímenes de lesa humanidad y tráfico de drogas que se llevaron a cabo durante ese periodo.

Mientras el componente criminal fue significativo, es importante señalar que las
organizaciones bolivianas (y peruanas) limitaron ampliamente sus operaciones a las actividades menos rentables de extraer la esencia de la cocaína de la hoja de coca, y al hacer la base de cocaína, pero no en la refinación del producto en cocaína (HCL). Ese final, y el aspecto más lucrativo de la producción era controlada por las organizaciones colombianas. Incluso las actividades finales de producción, ofrecían una amplia financiación para la corrupción y de ganancias ilícitas pero, prevenían que los grupos bolivianos crezcan, en una
línea directa de organizaciones que pudieran desafiar el poder del Estado, tal como lo hicieron los carteles en Colombia. Adicionalmente las organizaciones colombianas rechazaron tolerar que otras actividades de tráfico de drogas fuera de su control, estuviesen trabajando.

A mediados de la década de los 90’s, las organizaciones colombianas de la cocaína, con el respaldo protector de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – FARC y las fuerzas paramilitares de ultra derecha que se convirtieron en las Autodefensas Unidas de Colombia – AUC, juntas, se movieron para consolidar el control directo incluso de las etapas primarias de la producción de cocaína, incluyendo la concentración del cultivo de la hoja de
coca y de la primera fase de producción de cocaína. Las FARC han sido señaladas como una organización terrorista tanto por EE.UU como por la Unión Europea.

Los carteles mexicanos fueron haciéndose cargo de las rutas de distribución dentro de los Estados Unidos, que en principio estaban a cargo de los colombianos, y que cada vez estaban más miedosos de ser apresados y extraditados. Al mismo tiempo, en los Estados Unidos se hacían más exitosos en bajar aeronaves que llevaban carga de pasta de cocaína de Bolvia y Perú a Colombia. En respuesta a esto, los carteles colombianos, particularmente
las áreas bajo el control de las FARC, empezaron a cosechar miles de hectáreas de hoja de coca, la cual les permitió tomar control de la producción de la pasta base y de la cocaína refinada. Esto privó a los cocaleros peruanos y bolivianos de mucho de ese ilícito mercado tradicional, mientras que miles de campesinos migraron para plantar coca en aquellas regiones en Colombia. Las organizaciones más pequeñas de Bolivia empezaron a mirar en mercados no competitivos como es el del Brasil, para explotarlo sin tener que competir con
estructuras poderosas como la colombiana o la mexicana.

El retorno de los gobiernos civiles en Bolivia, no pudieron impedir la influencia de los traficantes de drogas. El gobierno de Jaime Paz Zamora (1989-1993) y el gobierno civil de Hugo Banzer (1997-2001) vieron a numerosos miembros importantes de gobierno, relacionados con escándalos de corrupción y drogas. Pero nada, incluyendo la administración de Morales, ha alcanzado los niveles de los años de García Meza.

Sin embargo, la actual cambiante dinámica del comercio de la cocaína colombiana, ha vuelto a presentar a las organizaciones bolivianas con nuevas oportunidades, al mismo tiempo, hay un incremento en la producción de coca bajo el gobierno de Morales, presentando una nueva dinámica que el gobierno del MAS probablemente no pueda controlar, incluso si hubiera el deseo político de hacerlo y casi no existe una señal de ese deseo.

Debido a los daños infligidos por las fuerzas del gobierno colombiano sobre las FARC, las AUC y el desmantelamiento de los carteles de la cocaína (Medellín, Cali, Valle del Norte, etc) en los últimos años, estas organizaciones ya no son capaces de ejercer el tipo de control sobre quién entra en el mercado, tal como lo hacían en la década de los 80’s y los 90’s. Como resultado, ya no son capaces de mantener a los grupos bolivianos o peruanos sin refinar la cocaína, aunque aún se lo hace en una escala mucho menor que en Colombia. Además, las organizaciones mexicanas están tratando de expandirse para llegar hacia el sur, quizás en una competencia de sobrepasar del todo a las organizaciones traficantes colombianas (esto sería eliminar al intermediario), para negociar directamente con los productores peruanos y bolivianos de cocaína. Esto representaría, alcanzar un poder sin precedentes de los carteles mexicanos; sin embargo, ellos aún no han podido consolidar esta movida, debido a la presión del gobierno mexicano sobre estas organizaciones. Esto significa, así como lo señaló un oficial colombiano anti narcóticos, que por primera vez en dos décadas no hay un “capo” de las drogas con una organización dominante. Como resultado de esto, la estructura del poder entero y las relaciones entre los traficantes de drogas a lo largo de Latinoamércia están cambiando y son fluídas.

Asi mismo, varias naciones latinoamericanas, particularmente el Brasil rapidamente ha creado mercados internos para el consumo de cocaína, lo que significa que grupos menos sofisticados con una estructura internacional menor, pueden aún encontrar un mercado para su producto. Brasil actualmente es el segundo país consumidor de cocaína en el mundo, luego de Estados Unidos, y es el destino de más de 80% de la cocaína boliviana. El 20% restante, es mayormente enviado desde Venezuela a mercados europeos. El aumento de
precio en la producción de la hoja de coca y la imposibilidad política de esfuerzos serios de erradicación, junto al corte de ayuda internacional para la interdicción de coca, nos apunta a serios problemas en el futuro. Ya existen varios escándalos, ambos relacionados a drogas y otros tipos de corrupción que han empañado al MAS y han rozado muy de cerca al propio
Morales.


Bolivia se Une al Eje Venezuela-Iran-Cuba de la Revolución Bolivariana

Por muchos años antes que Morales ganará la presidencia, él ha cultivado relaciones muy íntimas con Hugo Chávez de Venezuela, los hermanos Castro (Fidel y Raúl) en Cuba y con el líder Sandinista Daniel Ortega de Nicaragua.

Chávez y Morales disfrutan una relación cercana muy particular y a menudo discuten juntos políticas de ambos gobiernos como si en realidad fuera uno solo. Ni bien fue elegido Morales como Presidente, visitó Cuba y Venezuela y dijo a Chávez: “Siento que mi primer gabinete es acá en Venezuela. Tu también tendrás un gabinete en Bolivia”. El propio Morales ha dicho, que a principios del 2003 en una reunión con Fidel Castro, el líder cubano lo instó a no ir por
una insurrección armada para alcanzar el poder. “No hagas lo que yo hice, no tengas un levantamiento armado,” es lo que Morales contó de lo que Castro le había dicho. “Lleva adelante una revolución democrática, como lo hizo Chávez, con una Asamblea Constitucional.”

El Vicepresidente de Morales, Álvaro García Linera, es un ex miembro del Ejército Guerrillero Tupac Katari – EGTK y que ha estado en prisión por cinco años (1992-1997), por una serie de ataques armados a finales de la década de los 80’s y principios de los 90’s, también mantiene relaciones fuertes con Chávez, los Castro, y otros líderes y grupos de la vieja izquierda en Latinoamércia, que proponían una revolución violenta.

Dos de los más cercanos hombres de Morales y entre las personas más fuertes del gobierno – García Linera y Juan Ramón Quintana, el ministro de la presidencia – manejan las relaciones día a día con Venezuela y con los países del eje de Venezuela. Es importante entender su rol y sus relaciones con grupos avocados a la insurrección armada como una opción viable para un cambio de régimen, particularmente dado el rol de Chávez apoyando directamente a movimientos armados en Colombia y otras partes.
Adicionalmente, algunos otros jugadores cercanos a Morales o que trabajan con él como aliados políticos, tienen relaciones directas con grupos armados.

Ambos, García Linera y Quintana son interesantes, en parte porque ninguno de ellos, es de orígen indígena ni ha sido parte del inicio del movimiento o estructura del MAS. Mientras García Linera tiene una larga histria de una izquierda violenta y radical en Bolivia, Quintana fue entrenado por oficiales militares americanos, quienes han construido una reputación de apoyar gobiernos civiles y la profesionalización de militares. Quintana incluso escribió un libro a mediados de la década de los 90’s con el tema de las relaciones militares-civiles con un proyecto financiado por USAID.

A pesar de ser blanco, de clase media y haber ido a universidades en el extranjero, García Linera se ha desarrollado como uno de los ideólogos principales de los movimientos indígenas, a los cuales Morales dirige. Su historia personal, de haberse sumado a un grupo armado ha ampliado grandemente su credibilidad en los círculos militantes de Latinoamérica
que aún abrazan la revolución armada. El vicepresidente también ha estado al frente de dos corrientes de contradicción de la conducta gubernamental. El siempre ha sido elejido para negociar con la oposición y ha alcanzado importantes avances en ese papel. Al mismo tiempo es es uno de los principales arquitectos de la creación de grupos indígenas paramilitares, grupos que actúan como grupos de choque a favor del gobierno.

A mediados de la década de los 80’s, García Linera ayudó a fundar los Ayllus Rojos, de forma experimental, inspirado en Marx, en una comunidad nativa organizada en el noroeste de Bolivia con el objetivo de establecer “un gobierno indígena de liberación.”

Luego, algunos de estos grupos formaron lo que recientemente se encaran en los Ponchos Rojos, un grupo de choque paramilitar del gobierno de Morales que ha existido en diferentes formas por generaciones como defensores de la independencia aymara. En actos separados, cuando las tensiones políticas eran altas, ambos Morales y García Linera llamaron a los Ponchos Rojos a defender al gobierno, usando armas si fuera necesario.

A algunos miembros del grupo se les ha otorgado un estatus semi-oficial, han desfilado junto a los militares y han sido muy visibles en muchas confrontaciones con la oposición política.

El incidente que ha tenido una atención generalizada hacia el grupo fue en noviembre del 2007, cuando se degollaron a dos perros, que fueron colgados con cuerdas y luego fueron degollados con una navaja estando aún vivos en el pueblo de Achacachi, el pueblo donde radica la fortaleza del grupo. Mientras se mataban a los perros y las cámaras grababan las imágenes, líderes de los Ponchos Rojos gritaban que el acto era una advertencia de que lo mismo les iba a ocurrir a aquellos que se oponen a Morales y al MAS, señalando
específicamente que el mismo destino les esperaba a los “perros”en el departamento de Santa Cruz. El gobierno no condenó la acción, a pesar que en algún momento pidió al grupo entregar las armas que algunos miembros habían estado mostrando. En la ceremonia en la que 10 Ponchos Rojos entregaron armas de la segunda guerra mundial, el ministro de defensa Walker San Miguel señaló: ”no tengan duda compañeros, si la patria lo necesita,
será el Estado el que les otorgue las armas para defender a Bolvia.”





(Los Ponchos Rojos no son el único grupo de choque armado en Bolivia, a pesar que son el grupo más grande y autorizado por el gobierno. La proliferación de grupos armados es un factor que incrementa la posibilidad de un enfrentamiento armado entre regiones. Es de particular preocupación el grupo cruceño la Unión Juvenil Cruceñista – UJC, a la vanguardia
del movimiento regionalista en Santa Cruz y responsabe de numerosos ataques al gobierno o sus militantes. A menudo ha agitado por una autonomía regional tan fuerte que puede llegar a la secesión del Estado Boliviano. Otros grupos incluyen: Acción Joven Tarija – AJT, y el Frente Universitario Local – FUL. Sin embargo estos grupos difieren de los Ponchos Rojos en que los Ponchos Rojos son casi los brazos armados del aparato de seguridad del gobierno, y que operan en apoyo al gobierno central).

Quintana proviene de la misma generación y clase social que García Linera, clase media de la ciudad de Cochabamba. Sin embargo, a diferencia del vicepresidente, Quintana fue parte del ejército y fue parte de un grupo de oficiales jóvenes secreto y progresivo (no sólo en Bolivia) que buscaba la reforma del ejército, una restauración de la dignidad desacreditada de la institución, y el debate sobre su rol en la sociedad civil. Uno de los héroes de este grupo fue Chávez, que realzó su prominencia en Latinoamérica el año 1992 cuano lideró un golpe de estado fallido para derrocar al gobierno elegido de Carlos Andrés Perez de Venezuela. Quintana estaba entre los que emitieron un comunicado celebrando el golpe fallido.

A pesar de la simpatía encubierta hacia Chávez, Quintana mantuvo estrechos lazos con los Estados Unidos, tomando cursos en el Fuerte Benning en Georgia, estudiando inteligencia. Dejó el ejército el año 1994, y escribió un documento sobre la historia de la policía boliviana, financiado por USAID. Se convirtió en un asistente regular en conferencias de USAID y ayudó a establecer una pequeña organización de investigación dentro de la policía boliviana, bajo el molde de un centro de estudio y análisis (think tank) dentro del ejército, para ayudar a forjar una tradición dentro de la débil institución. También trabajó como asesor del ministro de defensa en el gobierno de Hugo Banzer (1997-2001). Antes de su elección, Banzer fue un dictador militar apoyado por EE.UU. (1971-1978), y bajo su régimen de facto muchos líderes
campesinos y obreros fueron encarcelados o exiliados, creando una clara animosidad con lo que podría convertirse la base de poder de Morales y el MAS. A pesar de su historia, Quintana de pronto emerge como uno de los líderes en la campaña de Morales el 2005, perturbando a muchos, al interior del MAS, que lo habían visto como un intruso y un aliado de uno de sus peores enemigos. Desde la elección de Morales, Quintana ha ido constantemente ganando influencia y muy a menudo es comparado con Vladimiro Montecinos, un zar de la inteligencia del gobierno del presidente peruano Alberto Fujimori. Ambos Montecinos, que fue un activo por largo tiempo de la CIA e involucrado profundamente en la corrupción política y tráfico de drogas, y Fujimori están en prisión.

El poder de Quintana deriva de su acceso a Morales, de su habilidad de usar inteligencia, y sus estrechas relaciones con los venezolanos. A menudo actúa como el intermediario financiero de confianza con el gobierno de Chávez. Además, él ha sido uno de los intermediarios clave con el gobierno iraní.

El acceso al poder de Quintana, y la inhabilidad de Morales o su falta de voluntad de retirarlo, a pesar de las repetidas demandas para hacerlo de sectores importantes del MAS, tambien deriva de la falta de la experiencia gubernamental dentro del MAS. La mayoría de los líderes
de los movimientos sociales tienen muy poca experiencia con inteligencia gubernamental o programas ministeriales (algo crucial si uno ve la necesidad de confrontación permanente con la oposición o con los “enemigos”). Es por eso que Quintana ha sido muy exitoso moviendo las operaciones más importantes de inteligencia bajo su dirección desde su oficina en el palacio presidencial. “Morales necesitaba gente para investigar a la oposición, ayuda para rellenar los agujeros en la estructura del MAS”, dijo una persona muy cercana al MAS.

“Morales ha pasado a depender de él más y más.Quintana es el
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