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Muñequitas, tetas y cojones

Muñequitas, tetas y cojones

martes 21 de septiembre de 2010, 14:19h
El Fraqnkfurter Allgemeine Zeitung, se ha entretenido estos días en hacer un dibujo del Gobierno  de España a través de "look" de sus ministros o mejor dicho de sus ministras, para concluir que Zapatero está rodeado de "muñequitas" bobaliconas ñoñas y tontas que, salvo  por su aspecto físico, no tienen ninguna cualidad excepcional para ocupar tan alta responsabilidad. No es un análisis político, ni tampoco una crónica de sociedad sino un panfleto que apesta a  machismo y donde se puede leer entre líneas un discurso rancio, que ha dado argumentos para que algunos, vuelvan a envolverse en la bandera de la desigualdad por sexo y genero. Es verdad que en el reportaje en cuestión también se cita, de pasada, a algunas políticas de la derecha  y algún otro líder de otros partidos, pero solo como excusa para intentar dar algún aire de imparcialidad al desatino.

   El "panfletero" cae en todos los tópicos mas casposos para referirse a nuestras ministras, incluso miente a sabiendas sobre las trayectorias de algunas, cuyos curriculum no se ha tomado la molestia de mirar, pero eso casi es lo de menos, porque lo de mas es que en las cuestiones de igualdad cuando de mujeres se trata, se tarda segundos en retroceder lo que ha costado años poder avanzar. Da igual enredarnos una vez mas en el asunto de las cuotas que es un argumento fácil y simplón para cargarse de un plumazo la lucha del feminismo,  que nos guste o no nos ha servido a todas para hacernos visibles.

Nos pueden llamar muñequitas bobaliconas, ñoñas y tontas, hacer tabla rasa como si nuestro sexo siguiera cumpliendo la maldición bíblica de ser sinónimo de perdición y nada más, pero nadie -por mucho que lo intente- puede hacer que el tiempo retroceda y que la revolución silenciosa que iniciaron nuestras abuelas y continuaron nuestras madres quede en nada. El otro día en una tertulia de televisión,  dirigida, con maestría, por Isabel San Sebastian e integrada mayoritariamente por mujeres (tres y dos) uno de los tertulianos sostuvo, sin despeinarse, que las mujeres de izquierdas no han hecho nunca nada en la vida pública, que no han tenido ninguna virtud especial, ni ningún talento demostrado, que han sido siempre un fracaso y que solo las mujeres de derechas estaban suficientemente preparadas y a la altura de medirse con los hombres. Puso además  "la guinda" al pastel afirmando sin mas que cuando Trinidad Jiménez se enfrentó a Gallardón por la alcaldía de Madrid "lo único que supo enseñan a los ciudadanos fueron 'las tetas'". El ofensivo comentario, del que sobran las palabras, podría haberse despreciado con un desdeñoso silencio pero la moderadora de forma rápida y ágil, ante la indignación del resto de los periodistas, obligó al tertuliano a rectificar cosa que hizo en el acto sin el menor entusiasmo.

   La anécdota a la que no hay que darle mayor categoría, a mi me sirvió para reafirmarme en algo que sé y padezco, como padecemos todas las mujeres: sé que el machismo existe aunque esté agazapado o disfrazado de forma camaleónica y se hace presente con virulencia a las primeras de cambio. Las mujeres somos más, somos inteligentes, trabajadoras, valientes, decididas, influyentes y también poderosas,  pero a diario tenemos que seguir reivindicando nuestro lugar porque   para un mundo de hombres- dominado por hombres de esos que hablan de tetas pero no de ideas y quieren imponer sus ideas por cojones- suponemos una seria amenaza.

   Las ministras son mujeres orgullosas de serlo, que visten como les da la gana y gastan el dinero, que han ganado honradamente, como quieren. A ellas, como a cualquier mujer se dedique o no a la vida publica, yo prefiero verlas elegantes, bien vestidas y peinadas porque su acción ha de ser ejemplar y ejemplarizante en todos los ámbitos en los que se muevan y la imagen no es una cosa menor en la sociedad en la que vivimos. Lo que me importa de ellas es su gestión, si tienen el talento o no de sacar a este país adelante y en eso es donde se debe centrar la critica o el aplauso. Nadie se atrevería a decir a ningún político de este país que lo único que sabe enseñar en la contienda con sus adversarios son sus "cojones", pero claro a algunos, en su miopía machista y tosca, les interesa seguir ahondando en el estereotipo de la muñequita bobalicona ñoña y tonta para seguir ocultando su propias carencias. ¡Qué pereza volver a empezar! y ¡que largo el camino que aun deberán recorrer las nuevas generaciones de mujeres!

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