www.diariocritico.com
Eppur si muove...

Eppur si muove...

miércoles 15 de junio de 2011, 18:59h
Apócrifa o no, la frase atribuida a Galileo se me antoja oportuna para el momento que estamos viviendo, porque demuestra que proclamar y difundir las convicciones de que algo es cierto puede llegar a ser superior a las presiones de todo tipo que se ejerzan desde los poderes públicos. Viene esto a cuento de las reivindicaciones de la plataforma del 15-M -sobre todo en sus primeros días- que han llevado a la conciencia de muchos de nosotros ideas, planteamientos y críticas que no se habían expresado con tanta claridad anteriormente. Algo está cambiando, en efecto, cuando desde la denominada izquierda y desde la supuesta derecha se están empezando a asumir algunos de estos planteamientos por encima de las ideologías políticas (quebrando esa dicotomía absurda que enfrenta la derecha con la izquierda de forma axiomática). Y es que, me temo que este enfrentamiento se encuentra completamente trasnochado, porque ahora sucede como en la conocida escena de la película "El penalti más largo del mundo" en la que el portero pregunta, una y otra vez al entrenador: ¿tu izquierda o mi izquierda? O sea, que asignar el papel de "progresistas" (con la connotación positiva que esto supone) a quien sostiene al PSOE y el de "conservadores" a quien adopta posiciones que se corresponden con los planteamientos del PP, resulta completamente absurdo, cuando no abiertamente falso. Hago un paréntesis para poner de manifiesto que estos son los adjetivos adjudicados por los medios de comunicación a los magistrados del Tribunal Constitucional que han votado a favor o en contra de la polémica sentencia sobre Bildu. Lo progresista o conservador nada tiene que ver con la forma de entender las competencias del Tribunal Constitucional (volviendo a juzgar sobre hechos ya juzgados por el Tribunal Supremo) y tiene un tufo decimonónico, que viene de la alternancia entre Cánovas y Sagasta en el siglo XIX. Hoy en día lo único realmente progresista es conseguir que nuestra sociedad y nuestra economía salgan de la situación de postración en la que se encuentran. Lo demás son palabras huecas. Pero dejando ya aparte esta clase de temas (ciertamente no menores), lo que pretendo es mostrar mi sorpresa y agrado por el comportamiento que están teniendo determinados políticos, en estas fechas de toma de posesión de cargos y de despedida de algunos de los antiguos. Vergüenza ajena por quien se resiste a abandonar su poltrona y convertirse en ciudadano de a pie (especialmente, por la pérdida del coche oficial). Bravo para IU por su neutralidad (al menos en el momento en que escribo estas líneas) en defensa de las candidaturas más votadas, aunque sean del PP porque, como ha proclamado Julio Anguita, el "todos contra la derecha" equivale a un suicidio en este momento. Y bravo por las palabras de Esperanza Aguirre -otra política de "altura"- que, en su discurso de investidura, ha anunciado su apoyo a reformas en las leyes electorales (aunque no sean de su competencia) y en el modo en que los diputados de la Asamblea de la Comunidad de Madrid han de representar a su electorado por distritos. Señal, por tanto, de que algunos de los mensajes lanzados desde la plataforma del 145-M han calado entre los políticos, aunque los mensajeros no estén claramente identificados y la cosa corra el peligro de convertirse en un auténtico festival de protestas. Bien está protestar cuando las cosas no se hacen bien o cuando los políticos abusan de su posición, pero de ahí a protestar por todo (sin diferenciar lo grave de lo anecdótico o nimio) media un serio abismo. Un abismo que puede llevar a la misma descalificación genérica  a la que ha virado el movimiento 15-M -lo cual sería una auténtica lástima- porque con sus mensajes iniciales más simples (como son los relativos a la honestidad y eficacia de los políticos) han llegado a calar mucho más de lo que ellos mismos piensan. Aviso a navegantes, porque quien no se mueva a este compás de reformas hacia la seriedad y la eficacia -me refiero a los políticos de todos los colores- y olvide los intereses propios o partidistas, me temo que está de más. Muestra de que, a pesar de que en realidad aún no han cambiado muchas cosas, hay ya mensajes claros de políticos en sintonía con las reivindicaciones del movimiento del 15-M  (aunque descalifiquen su ocupación de la calle) lo cual es señal evidente de que "eppur si muove"...
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios