"Atención a todas las unidades: botellón en el menos dos del parking"

Esto era lo más habitual que escuchabas al acercarte a uno de los mil eslabones del dispositivo de seguridad desplegado para este fin de gira. El público quería marcha desde las siete de la tarde, y su expresión más joven tomó los subterráneos antes que los bares. Se dejaron caer por la taquilla de invitaciones y prensa personajes como Toni Garrido (CQC) o Jesús García (batería de Platero y Tú y amigo de la familia Extremoduro) para acompañar al grupo en el último concierto de esta gira 2008, y quién sabe si de sus vidas. 

La caída del telón del centro deja ver al “genio de Plasencia” con sus pantalones bombachos grises y su jersey morado, que no entona otros acordes que los de Deltoya. Un minuto después caen los dos telones laterales para mostrarnos los vaqueros pitillo y camiseta sin mangas ya clásicos de Iñaki Antón (guitarra), la de tirantes negra de Miguel (bajo) o la hiperactividad rítmica de Cantera en la batería. 

 ¿Alguien dijo “viejos”?

Iñaki recorre el escenario al más puro estilo Angus Young con su SG de madera, Cantera no salta porque no puede y Miguel no deja la cabeza quieta un segundo. El Robe, más elegante, nos deleita con un leve movimiento de pierna, sólo alterado en los duelos de guitarra en que Iñaki le traslada su más que sobrada energía. Finalmente un “buenas noches, Madrid” encendió al público, seguido de quince minutos de concierto con clásicos como Sol de Invierno o Golfa, con un sonido impecable salvo por el volumen excesivamente bajo de la guitarra de Robe.

Dulce Introducción al Caos es bien recibida y más que coreada por el público, reflejo claro de los maduros e incombustibles Extremoduro. Pese a la mínima energía de sus movimientos, descubrimos que Robe se la guarda toda para su voz. Como en toda obra clásica (a La Ley Innata no le falta mucho para serlo) la introducción va seguida de un primer movimiento, y suenan las primeras disonancias de El Sueño. Los dos temas siguientes acaban con un descanso que parece rogado por el Robe, pero nos engaña y entra a escena a los pocos segundos con la inconfundible guitarra de So Payaso.     

Vuelven tras un respiro necesario con Tu Corazón. Sucede, Amor Castúo y De Acero es el siguiente triplete, quedando claro en la última quién ha sido el mejor batería que ha pasado por la formación. Nos sorprendieron tras otras dos canciones con Central Nuclear, reflejo de la parte más “sucia” del grupo.

Tema que devuelve al público la energía perdida, y deja el ambiente caldeado para los primeros acordes de Jesucristo García, cuya melodía es coreada como un auténtico himno, El único “pero” a la canción fue el solo de Iniesta, excesivamente largo. En sus agradecimientos se escucharon frases mal recibidas como “hasta siempre” o “éste es nuestro último concierto”, pero el público terminó ablandándose y vitoreando al grupo: ahí estaban sus amigos.

En el BIS se escucharon Salir, Ama ama ama y ensancha el alma, y Autorretrato (con solos de todos los miembros). Robe levanta la guitarra emocionado y se despide con otro “hasta siempre” y un abrazo a Iñaki. El broche final lo pondría, como ya es costumbre, su versión del Rockin’ all over the World de Status Quo. A falta de puertas grandes, los reyes del rock nacional se despidieron en su particular Palacio, sin fuegos artificiales que pudieran eclipsar la enormidad de estos maestros. ¡Hasta siempre!