Tengo tanto interés por el fútbol como por el apareamiento de los koalas. Directamente me resbala la liga y todas las demás competiciones que se celebran. Sólo, reconozco, que me gusta ver los partidos de la selección, pero por una cuestión patriótica que para eso soy muy mía.
Pero hace falta vivir en las montañas sin acceso a internet, no tener teléfono, ni tele, ni radio y no convivir con nadie para no saber a estas alturas quién es Cristiano Ronaldo.
Este jovenzuelo, nuevo fichaje del Madrid (el más caro de la historia) es, además de por lo que se ve (un portentoso del balón) un tipo que gusta de estar con el torso al aire para que se vean bien las horas que se curra en el gimnasio. Se suele acompañar de una cadena de oro bien maciza y grandota que termina en crucifijo: vamos, lo que viene siendo un macarra de barrio. Hay un mercadillo cerca de mi casa en el que, concretamente en el puesto de ropa interior hay un gitano muy simpático que viste de esa guisa, o sea, medio viste y lleva también, como Cristiano Ronaldo, una cadena que (imagino) será falsa. Uno mete goles y el otro vende bragas a un euro pero son idénticos salvo por un detalle: la pasta
Cristiano Ronaldo está pasando unas vacaciones en Portugal con su mamá. Un inciso, los jugadores que tienen una infancia pobre cuando se convierten en multimillonarios hacen como las tonadilleras, se dejan acompañar de mamá allá dónde van. Y veraneando, veraneando, ya saben chancleta en los pies, torso desnudo y meneíto de un lado para otro al mejor estilo Tony Manero (me lo estoy imaginando), aparecen unos paparazzi que disparan su cámara y zas, se arma el belén. A CR7 no le gusta que le hagan fotos. ¿Ven? Ya tenemos una nueva estrella en el firmamento que se comporta como tal. Las versiones coinciden: Ronaldo se monta en el coche, los fotógrafos le persiguen, él frena, habla con ellos y, de repente, se lía a puñetazos y rompe un cristal del coche de los periodistas en el que además viajaba una menor que resulta lesionada por los cristales rotos.
A mí no me sorprende esta noticia para nada. A mí lo que me sorprendería es leer en los periódicos: Cristiano Ronaldo participa en el Círculo de Bellas Artes en la lectura del Quijote.
Seamos serios. Este tipo sólo tiene dinero. Y tener dinero no es una virtud, es una circunstancia, luego no puede ser digno de admiración. Y tiene dinero porque juega bien al fútbol. Sí, pero tampoco es para subirlo a un pedestal. No me quiero poner demagógica…bueno, pensándolo bien, me voy a poner súper demagógica. ¿Qué pasa con los cientos de científicos que tenemos en nuestro país que trabajan incansablemente para avanzar contra el cáncer u otras enfermedades? Cobran una miseria, son anónimos y su labor perdurará para siempre. Estos tipos sí son para ponerlos en un pedestal.
Pero estamos empeñados en adorar al Vellocino de oro y despreciamos cualquier enseñanza diogénica (y así nos va, claro) y cualquier hortera con cadenas de oro y los bolsillos llenos provoca desmayos, admiraciones y todo tipo de histerismos.
Una cosa me consuela: este tipo de hombres suele juntarse con un específico tipo de mujeres. Ya saben: tetonas, uñas postizas, falditas imposibles, rubias teñidas…lo que viene siendo un primor.
Cristiano, suerte con tus goles pero ojo, no levantes la mano: It´s no nice y además en este país, depende a quién, es delito. Florentino, yo que tú lo ataba en corto. Temblad bares de Madrid.
Más cosas de CR9 y el fútbol:
Si (
No(
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